El sonido tintineante de las llaves resonó por el pasillo del edificio cuando las sacó del bolsillo para introducirlas en la cerradura. Tras un par de vueltas, el cerrojo de la puerta se abrió, dejando a la castaña chica ingresar a su añorado hogar. Arrastró su negra maleta delante de ella y cerró con un suave golpecito, avanzó lentamente hasta el mueble frente a ella y dejó las llaves encima de este.
—¿Jin, eres tú?
Una conocida voz llegó a sus oídos, haciéndola sonreír y girarse al pasillo por el que los pasos del chico pelinegro se escuchaban cada vez más cerca. Al llegar al salón de la casa el chico levantó la vista del móvil en sus manos y se quedó de piedra al verla allí plantada, con una mano sobre el asa de la maleta y la otra sin saber muy bien dónde colocarla.
—¡Yoohye! —corrió a darle un abrazo una vez procesada la información de volver a tenerla frente a él.
—Yo también me alegro de verte, Jiminnie —rió devolviéndole el abrazo apretado que su querido amigo le estaba dando.
—¿Cuándo has llegado? Podríamos haberte ido a buscar al aeropuerto.
Ella negó con la cabeza cuando se separaron, agarró nuevamente su maleta y se dirigió a su habitación mientras le respondía al segundo más mayor de los vocalistas, que la seguía por el pasillo del que justo acababa de salir.
—Mi vuelo se ha adelantado y he llegado antes, quería daros una sorpresa—dejó que las ruedas llevaran dentro del cuarto su equipaje y se volvió a girar hacia Jimin con una mano en la cadera—. ¿Dónde están los demás?
Antes de darle tiempo a contestar a su hyung, un adormilado Taehyung salió de la habitación a la derecha de la chica, sorprendiéndoles y despertando de golpe al ver a su compañera de banda tras un tiempo que para aquellos siete chicos había parecido interminable.
Todo pasó muy rápido entonces y para cuando quiso darse cuenta unos brazos la envolvieron de nuevo, levantándola del suelo y gritando lo feliz que estaba ahora que se reencontraban.
— ¿Por qué hacéis tanto ruido? —preguntó seriamente el líder del grupo apareciendo por una de las esquinas de la casa. Al ver a Taehyung pegado a la pequeña chica se quedó mudo—. ¿Yoohye?
—¿Por qué habláis de Yoohye? —justo detrás de él apareció un curioso chico castaño, retirándose el pelo de la cara y prestando atención a la escena ante sus ojos, abriéndolos de par en par—. ¡Has vuelto!
Fue rápidamente a abrazarla, apartando al menor de ellos de golpe que le miró seriamente y con una expresión de indignación que desapareció tan pronto el mayor de los raperos bajó las escaleras del lugar y se encontró con ellos. Al principio no se percató de la presencia de la chica hasta que Hoseok se alejó un poco de ella. La mano con la que rascaba su cabeza perezosamente cayó a su costado y sonrió cerrando los ojos, dándole la bienvenida.
—¿Dónde están Jin y Jungkook? —preguntó curiosa por no verles por ahí.
—Jin ha ido a comprar y Jungkook está en su habitación haciendo a saber qué —informó Namjoon apuntando al final del pasillo, justo donde comenzaban las escaleras en un rincón del salón—. Verás cuando se entere de que has vuelto: no puede vivir sin la pequeñaja del grupo.
Le revolvió el pelo afectuosamente mientras le sonreía, acción que contagió a la castaña. Se alejó de ellos para ir a buscar al chico más joven y con quien mejor se entendía.
Llamó a la puerta de madera y esperó una respuesta que llegó unos segundos después. Al ser afirmativa, abrió y se adentró en el cuarto del chico que estaba escribiendo algo en una libreta, de espaldas a ella.

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La chica Bangtan
Hayran Kurgu¿Qué habría pasado si BTS hubiera debutado con una chica siendo parte de ellos? El día que la llamaron de aquella empresa no podía creerse que al fin su sueño de ser cantante profesional se estaba cumpliendo. ¿Lo mejor? Formaría parte de un grupo...