Capítulo 03

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Capítulo 03

Un año después


Llevo al parecer o aproximadamente unos 27 minutos observando una gota de agua caer lentamente por el vidrio hasta llegar al marco de la ventana y reventar allí, algo poco llamativo pero que me hace pensar bastante.

— Hey, Beatriz. — me llamó un irritante ser al cual no quiero ni mencionar, un año y ya lo quiero en la luna — ¿Terminaste las cuatro páginas de fracciones?

Ignoro su pregunta y ahora me dedico a garabatear las esquinas de mi cuaderno.

— No me dejes el visto querida. —Hace un puchero fingiendo tristeza, iugh, qué molesto —anda Beatriz dime la ocho de la C y te dejo en paz. Lo prometo.

Ahora busco el crayón azul en mi estuche y coloreo la parte superior de mi cuaderno del color que escogí. Él por otro lado frunce el ceño y se acerca a mí, puedo sentir su respiración en mi cuello, a pesar de me provoca tensión, continúo ignorándolo.

— Beatriz Amatista, ─ el hecho que sepa mi nombre hace que me sienta más vulnerable, no tendría nadie porqué saber nada de mí─ respóndeme en éste instante. — me ordena con autoridad.

Reprimo una sonrisa y continúo con lo mío. Ignorado con éxito.

─Te voy a lamer la cara si me sigues ignorando. ─advierte intimidante. ─Bueno tú te lo...

El irritante sonido de la campana interrumpe su amenaza y me levanto del asiento para salir sin prisa de la sala. Obviamente él va tras de mí insistiendo en que deje de ignorarlo.

─ ¡Beatriz Thyssen! ─grita en un intento fallido de llamar mi atención.

Su mandíbula se tensa y harto de que lo evite se coloca al frente mío evitando que continúe caminando. Sus ojos se clavan directamente en los míos esperando el momento exacto para hablar. Pero las palabras nunca llegan y lo único que recibo de su parte es una monstruosa lamida desde la comisura de mi labio hasta el borde de mi mejilla, perfecto.

─ ¿¡Qué Demonios!? ─farfullo histérica.

Sonríe. ─ Te lo advertí.─ comenta divertido.

─Eres un maldito Imbécilo ─ escupo enojada.

─Ay, no te coloques frambuesa que tu igual me lo hacías.─ se defiende ignorándome. ─Pero lo bueno es que por fin me hablas. Después de que hace un año decidiste hacerme la ley del hielo.─ alzo una ceja, tratando de que reflexionara por lo que acababa de decir.─ Está bien, no hay necesidad de mirarme de ese modo, antes eras más alegre y divertida, ahora eres demasiado amargada.

─Sí─ afirmé endureciendo el tono de mi voz, él estaba cruzando un terreno que no quería tocar, estaba sobrepasando los límites ─pero eso era antes de que... ─dejo la frase incompleta. Aún no puedo con ello.

Su mirada busca la mía y al encontrarla se quiebra, sus ojos reflejan arrepentimiento puro y sincero. Pero no puedo perdonarlo, no aún.

─Me odias por eso ¿verdad?─ pregunta entristecido.

─No te odio, el odio para mí es un sentimiento muy inmaduro y estúpido, pero tampoco te quiero y supongo que es por eso que no te he perdonado aún. ─ razono confusa.

Él asiente. ─Te comprendo yo...─rebusca la palabra adecuada. ─tampoco me perdonaría ─ríe sin gracia.

─No se trata de si te perdono o no es sólo que...

─ ¿Es sólo qué? ─ insiste él.

─Nada. Volvamos a clases. ─ concluyo caminado hacia las escaleras.

(...)

Camino lentamente por las calles de la ciudad, me gusta caminar sola, así disfruto del viento, además estuvo lloviendo y todavía hay rocío en el aire. Mi respiración es húmeda y más fresca. Observo todos los lugares de la avenida y mi mirada se detiene en un cartel.

¡Atención, Humano!

¿Te gusta la música?
¿Los instrumentos?
¿Tienes el sábado Libre?
¿Eres responsable y puntual?

Pues llega a Grindelwald
La Orquesta y Banda de New York más famosa del mundo a iniciar las postulaciones gratis para jóvenes de 8 a 16 años.

¿Cumples los requisitos?
¿Qué esperas para inscribirte?

Éste Viernes en el teatro R.M  Straigenberger a las 16:45 horas.

¡No te lo pierdas!

La idea me emociona y me apresuro a llegar a la estación para tomar el autobús y llegar a casa para contarles a mis padres, ésta es una oportunidad que no puedo rechazar.

─ ¡Papá! ¡Mamá! ─los llamo al llegar a casa. ─Adivinen que va a pasar.

Ellos me sonríen y se miran entre ellos.

─ ¿Qué cosa, hija?

─La Orquesta y Banda más famosa de New York va a venir éste viernes a hacer postulaciones musicales a todos los jóvenes de ocho a dieciséis años─ les informo entusiasmada.

Ellos dudan un momento.

─Pero Cariño, esas postulaciones deben costar una fortuna.─ ríe mi madre nostálgica.

─Eso es lo mejor. ─mi madre hace una mueca de confusión ─Es totalmente gratis.

Ellos abren los ojos y sus bocas crecen de asombro.

─ ¿Estás segura de lo qué dices querida? ─ insiste mi padre mirándome fijamente.

─Sipie, por seguridad, saqué el cartel y se los traje, es un proyecto del gobierno para incentivar el arte juvenil y la creatividad adolescente. ─busco en mi mochila y desdoblo el arrugado papel para entregárselos.

Ellos lo toman y me miran sonriendo. Analizan un poco y asienten, encogiéndose de hombros.

─Entonces puedes ir, linda ─me confirman a lo que yo doy un salto y salgo corriendo a mi habitación.

De un brinco me subo a mi cama y comienzo a saltar de alegría. Esto es lo mejor que me podría haber ocurrido en toda mi vida, por fin algo que me gusta pasa.

Ahora la mejor parte de todo: Investigación y Elección del instrumento.



Nada Diferente © [RF#1]Where stories live. Discover now