Capítulo 09
Recuperé la conciencia y no podía abrir los ojos, estaban pesados y me dolía todo. Un olor entre fármacos, alcohol gel y cloro inundó mis fosas nasales.
Sentía a lo lejos que personas gritaban, otras lloraban y otras sólo respiraban ruidosamente. Mis ojos intentaron abrirse pero los cerré bruscamente ya que la potente luz blanca arriba de mí me molestaba. Comencé lentamente a sentir y tomar conciencia de mi cuerpo, me dolía todo, sobre todo el pecho, tenía un dolor punzante en esa zona y me impedía moverme.
—Por favor —escuchaba a alguien llorar a lo lejos. —Por favor.
Alguien tomaba mi mano y la acariciaba lentamente, por la estúpida luz no logré divisar quien era. Pero su voz me era familiar.
—Por favor —volvía a repetir una y otra vez mientras sollozaba y lanzaba pesados suspiros. Esta vez su voz se oyó más cerca— ¡Por favor!
¿A quién le pedía por favor? ¿A mí? ¿Había hecho algo malo? ¿Qué sucedía? No tenía idea, pero estaba desesperada por saber que pasaba.
—Despierta ─murmuró la voz al lado mío. — Por favor despierta.
Lentamente abrí mis ojos y la luz disminuyó su potencia dejándome abrirlos bien, y dejándome ver quien era la persona a mi lado. Giré la cabeza para encontrarme con mi madre y mi tía sentadas a los pies de mi cama llorando.
No entendía lo que pasaba, miré a mí alrededor y, de algo estaba segura, estaba en el hospital y me quedaría aquí por lo menos dos días. La bolsa de suero se agitó cuando moví mi brazo, estirándolo.
—Isabelle, ¡despertó, despertó!— decía mi tía, jaloneando a mi madre para que me observe.
Ella lo hizo y sus ojos estaban rojos e hinchados, había estado llorando. Quise llorar también al ver lo destrozada que se encontraba mi madre.
─ ¿Por qué estoy aquí?—pregunté de golpe. Necesitaba respuesta. Lo último que recordaba era a Áshall arrodillado en el suelo pidiéndome ser su amiga. Con respecto a eso... ─ ¿Dónde está Áshall?
Mi madre y mi tía se observaron entre ellas ─ ¿Hablas del niño que llamó a la ambulancia para que te trajeran aquí? ─asentí repetidas veces, y de inmediato me arrepentí por ello, mi cabeza pareció haberse despegado porque sentí una puntada horrible que me hizo gritar de dolor. ─ ¡Beatriz! ¡Ten cuidado! Tu cabeza aún no cicatriza ─abrí los ojos, asustada cuando escuché aquello. ¿Mi cabeza? ¿Para qué mi cabeza tendría que cicatrizar?
─ ¿Qué fue lo que sucedió?
Mi madre respiró y se dispuso a hablar, ─No lo sabemos, pero de la nada te desmayaste y al caer tan bruscamente te rompiste la cabeza. Por suerte ese chiquillo estaba contigo. Él llamó a la ambulancia y...
─ ¿Dónde está? ¿Él está bien? ─interrumpí preocupada.
Mi tía asintió. ─Tu padre fue a dejarlo, dijo que tendrían una seria conversación entre hombres.
Eso hizo que palideciera más de lo normal. No esperaba que mi padre tomara esa iniciativa tan pronto, ni siquiera he tenido el tiempo de mencionar a Áshall con mis padres, menos que él tuviera a dichosa charla con mi padre. ¡Ay, no! Si Áshall no es aprobado por mi padre, mejor me voy olvidando de tener un amigo.
─En fin, lo bueno es que ya despertaste, estábamos tan asustadas cuando nos llamaron del hospital ─mi madre acaricia mi mejilla con suavidad.
No podía estar más confundida.
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Nada Diferente © [RF#1]
Novela JuvenilRE-SUBIENDO LA HISTORIA POR TERCERA VEZ EN MENOS DE UN AÑO. ¡LA TERCERA ES LA VENCIDA! ¡VAMOS CON TODO! Libro uno de la Trilogía Romances Frívolos. Está expresamente prohibido copiar, transmitir, retransmitir, transcribir, almacenar, alterar o repr...