El domingo por la mañana manejamos a Corte Madera a comprar mi disfraz.
Afortunadamente, Underwood tiene un uniforme, así que sólo necesitaba un
traje básico de chico para atravesar la puerta. He estado practicando hablar en
una voz grave y masculina, usando la respiración de la manera en que me enseñó
nuestra profesora de teatro cuando interpreté la escena de travestismo de Portia. En el
auto, de camino al centro comercial, Rafaela y Belén aceptan que es un registro pasablemente convincente para Nat.—Sin importar qué, no puedes volver a tu voz normal de chica —advierte Belén—. Tienes que mantenerla como la de un chico todo el tiempo.
Rafaela pone el intermitente y conduce su Honda hacia el centro comercial. —Quizás
Nat debería ser tímido. Si no hablas mucho, tendrás menos oportunidad de ser
atrapada.—Sí, ¿pero entonces realmente obtendré respuestas? —pregunto—. Crees que por sólo
estar allí, ¿mágicamente entenderé todo lo que hay que saber sobre ellos? ¿No tendré
que volverme, ya sabes, muy afable?—¡Oooh! —dice Rafaela, aparcando su auto en un lugar sombreado—. ¡Tienes que
averiguar si le gusto a Josh! ¡Él es tan lindo!—No estoy haciendo esto para poder arreglarte con el Sr. Limpio —refunfuño.
—¿Entonces por qué lo estás haciendo? —Saca sus llaves del encendido y se retoca el
labial en el espejo retrovisor.—Para crear un entendimiento más profundo entre los sexos —digo—. Para responder
las preguntas que las chicas se han hecho sobre chicos desde el inicio de los tiempos.
Se gira para mirarme en el asiento trasero. —Bueno, soy una chica, y tengo una
pregunta: “¿Le gusto a Josh?”—Bien —digo, abriendo la puerta del auto—. Veré qué puedo averiguar.
En Macy’s, Rafaela se distrae en la sección de zapatos, pero le recordamos severamente
que no tenemos tiempo para hermosas botas de otoño. Mientras estamos mirando las
camisas de botones, un hombre de mediana edad, barrigón y con inicio de calvicie se acerca y pregunta si puede ayudarnos a encontrar algo.—Estamos comprando para su hermano gemelo —dice Belén, señalándome—. Ella se va a probar algunas cosas, para estar seguros de que todo le queda. A su hermano, quiero decir. Le queda a él. Nat. Su hermano.
—Muy bien, excelente —dice el hombre—. Háganme saber si puedo ser de ayuda. —
Su rostro claramente dice, Malditos niños.
En el vestidor, reímos por la forma en que los vaqueros cuelgan por debajo del inicio
de mi trasero. Cuando encuentro algo que es lo suficientemente holgado para hacerme
parecer un chico pero no tan suelto para terminar alrededor de mis tobillos, los
combinamos con una simple camisa blanca de botones. Ante su insistencia, camino de
un lado al otro por el pasillo afuera del vestidor un par de veces mientras ellas me
enseñan cómo moverme.—Tienes que verte más encorvada —dice Belén—. Tu postura es demasiado femenina.
Rafaela asiente. —Piensa gangsta10, ya sabes. Inclínate.
Lo intento, pero todavía no están satisfechas. Un hombre viejo que sale de un vestidor
cargando un montón de suéteres frunce el ceño, lo que nos hace reír de nuevo. Cuando
nos reponemos reanudo mi práctica de caminar, pero incluso puedo ver en el espejo
que no es convincente. Algo está mal, pero no puedo entender qué. Rafaela me estudia,
sacudiendo su cabeza, luego repentinamente su rostro se enciende con inspiración.—¡Sé qué necesitas!
—¿Qué? —Reconozco ese brillo en sus ojos, así que instantáneamente desconfío.

ESTÁS LEYENDO
Babe in boyland - Harry styles(Terminada)
Teen FictionEsta novela NO es mia, yo solo la estoy haciendo con Harry La autora es Jody Gehrman