Programados

Lidia

Según se despertó, lo primero que percibió fue el calor extremo que hacía; lo siguiente fue el dolor penetrante en el brazo izquierdo. Al mirarse el brazo se dio cuenta de que estaba cubierto por un mar de sangre. Apenas recordaba lo que le había pasado, solo sabía que se llamaba Lidia.
Se levantó trabajosamente y cogió la mochila que tenía al lado. La abrió y vio un poco de todo, comida, medicamentos, vendas, etc; un mini-kit de supervivencia básica. Comprobó que podía mover bien las piernas y los pies, y se puso en marcha.
Era una zona casi desértica, y podía ver a cierta distancia los muros de la ciudad. Tenía mucho calor y el dolor del brazo era inaguantable.  A veces se le nublaba la vista y no sabía bien hacia donde iba. Quería llegar al muro de la ciudad a toda costa.
No sabía qué hora era, pero intuía que era por la mañana todavía.
Cuando llegó al muro, vio que era imposible de trepar, no tenía oquedades ni grietas; no tenía ningún sitio donde meter ni las manos ni los pies. Estuvo un rato merodeando cerca del muro, pero de poco le sirvió. La herida ya le había dejado de sangrar y la sangre se le había secado, formándole una costra en el antebrazo.
Como no tenía nada más para ver por allí, decidió adentrarse en el bosque.
Al rato de caminar se encontró con un lago de agua limpia, y decidió limpiarse la herida.
Con la herida ya limpia, no supo qué más hacer. La cabeza le daba vueltas y no sabía a donde tenía que ir, así que se sentó a la orilla del lago y se puso a comer.
Quería creer que se trataba de un error, no era posible que estuviera fuera de la ciudad. No recordaba nada de la ciudad, pero sí recordaba el vídeo que le habían puesto, ése vídeo tan raro. "¿Que yo soy peligrosa para la ciudad? Eso es imposible". Quería volver, pero para darle una lección a quien le hubiera echado; según su opinión, no tenían motivos para dejarla a su suerte fuera del muro.
La desesperación que sentía hacía que no viera nada de su entorno, evitando que se diera cuenta de que un grupito de gente la estaba rodeando. Eran seis personas, todo jóvenes, dos chicas y cuatro chicos. Aprovecharon que Lidia estaba despistada mirando su reflejo en el agua para asaltarla y darle un golpe por detrás.
Lidia perdió el conocimiento al momento.