capítulo 4

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Por suerte el timbre suena y yo me levanto como un rallo a abrir

Vesta

Después de esa pausa tan rara, se levanta corriendo del asiento. Ese truco con los ojos me lo enseño mi padre para poder trabajar. Según el, si nadie puede ver tus sentimiento nadie podrá ver tus debilidades.

Al abrirse la puerta pasan todos sus amigos y yo me pongo alerta. Soy consciente de que no me van a poder hacer nada, pero como la gente dice es mejor prevenir que curar.

-que pasa nerd, no te da vergüenza que con lo fea que eres estar aquí – dice uno de los amigos de Pablo, del cual ni siquiera me he molestado en aprenderme su nombre.

Melo quedo mirando sin mostrar sentimiento alguno. Este solo pone lo ojos en blanco, se tita en el sofá justo donde está el mando. La tele se enciende y yo niego con la cabeza, de verdad es imposible ser más torpe.

Yo estoy a punto de despedirme cuando la señora de la televisión dice:

-después de una larga búsqueda se ha encontrado una foto de la hija y futura heredera del la mafia más poderosa conocía. Esta foto es algo borrosa, pero pedimos que si alguien reconoce a esta chica que llame inmediatamente a las autoridades – termines de decir y la tele se paga. Todos se me quedan mirando.

- deberemos de llamar a la policía para que se lleven a la nerd. Es súper parecida y encima en el cole le cogería mas asco-dice otro de sus amigo a pablo

Yo me le quedo mirando perpleja. La parte positiva es que no piensan que sea yo de verdad, la negativa es que su idiotez va más allá de mi entendimiento y aun así van a llamar a la policía

Pablo asienta y ríe un poco. Coge el teléfono, pero antes de que pueda llamar...Vesta

Durante un segundo todo pasa a cámara lenta. Mi mente empieza a barajear todas las ideas posibles, hasta que encuentro lo que podría ser la mejor solución, para no destapar mi identidad.

-Como quieras- le digo con la expresión más relajada que puedo.

Antes de marcar el último número me mira algo sorprendido, al igual que sus amigos.

-¿Cómo?- pregunta justo antes de marcar el último número.

-que puedes llamar, no me importa. Yo iré un segundo a la comisaria para luego salir sin que me pase nada- hablo lo más confiada que puedo. Pero con los nervios a flor de piel. Sin poder para de pensar, que en cualquier momento tendría que sacarla pistola, para poder acabaron esto por lo malo.

-mientras que tu padre, se mete en un lio, hay un escándalo y tú te quedas castigado hasta que cumplas los 55 años- sonrió con toda la seguridad, mientras lo voy viendo colgar el teléfono.

-está bien nerd de esta te has salvado. Pero de esta casa no te vas tan rápido- espeta con enfado, al no haber podido seguir con su plan.

Estoy a punto de decirles algo, o directamente cortar por lo sano y darle un tiro entre la dejas. Pero al ver a los tres intentando rodearme respiro para no alterarme y tirar a la basura, esta fachada que tanto me ha costado tener.

Cojo la mochila e ignorándolos olímpicamente. Cuando otro de sus amigos me corta el paso, justo en ese momento me coge del brazo. Yo estoy a punto de volarle los sesos con mi pistola preferida. Cuando se escucha una voz.

-¡Mi niño, quieres algo para merendar!- grita la voz de una señora, hace que los tres pijillos se queden muy quietos.

-¡no nana! ¡No quiérenos nada!- responde pablo y allí veo mi oportunidad.

- ¡tienes nana! – Digo sin aguantarme la risa- tienes dieciséis años, que pasa te tiene que hacer la camita –suelto estallando en carcajadas.

-bueno, yo me voy que ella es tarde. Además los niños pequeños tienen que ir a la camita a ver los Lunis.

Recojo mis cosas y me voy de allí. Mientras ellos me miran sin mover un musculo.

Al salir de esa casa la tensión de mi cuerpo desaparece y consigo respirar con tranquilada.

Pero esa tranquilidad dura poco y se sustituye por la rabia que tengo hasta las entrañas, al recordar que una foto mía sé a colado en prensa. Mi cara de la rabia de pone roja, acelero el paso hasta llegar a casa

Pablo

Me quedo sin habla con su voz resonando por mi cabeza, una y otra vez. Los recuerdos del pasado empiezan a pasar por mi cabeza, mareándome. Mientras sigo oyen do las mismas voces del pasado una y otra vez.

Las lágrimas no tardan en aparecer y no puedo controlarlas.

Tranquilo tío no pasa nada, es solo una niña tonta- me consuela Carlos, mientras me da una palmadas en la espalda.

-chicos os podéis ir. No estoy de humor para nada- intenso convencerles para que me dejen

-¿estás seguro? podemos salir por la ciudad y dar una vuelta- intentan convencerme.

Pero yo niego con la cabeza. Después un rato se rinden y se van de la casa dejándome solo con mis recuerdo.

Empiezo a sudar, a recordar todo lo que paso cuando apenas era un niño pequeño, en esa ciudad en la que nací. Tenía unos cuantos quilos de más y todos se reían de mí, dándome insultos y risas por todas partes empiezan a acumularse en mis oídos. Sin para atormentarme

Pero todo pasa cuando me repito varias veces, que yo soy el fuerte ahora y ellos lo débiles. Me levanto a toda prisa corro por las escaleras y tiro el cajón. Meto de la mano y saco unas de pastillas

La gente dice que es malo, que mata las neuronas, que si empiezas no puedes parar. Tienen todos ellos la razón, pero cuando empiezas no puedes para aunque tengas las pagas de tus padres de hayan agotado y no sepas como pagarlos, pero no se puede para una vez que entres, es imposible salir.

Vesta

Llego a casa hecha una furia dando un gran portazo. Todos me miran, pero salen corriendo para no cruzarse en mi camino.

-LUCAS- grito a todo pulmón.

En menos de un segundo aparece con su uniforme se e smoking impecable.

-¿A ocurrido algo? – pregunta como si tú viera que estoy echando humo por la orejas.

-¡trae a mi despacho a todas la personas que trabajen para que no se filtre la información!- grito

El asiente y se va corriendo mientras yo voy mi despacho a esperar a esos infelices que no duraran mucho más en este mundo.

Llego al despacho cierro la puerta y espero a lo inevitable.

el ángel de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora