Parte sin título 7

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Me intento soltar de su fuerte agarre sin revelar mi identidad de por medio. Opto por darle con la mochila en la cabeza. Con, lo drogado que va se cae con relativa facilidad. O eso o que tengo más fuerza que un culturista.

Salgo lo más rápido de allí hasta que llego a la clase, el día se me pasa bastante rápido, cuando le he suministrado yo a ese.

El timbre suena antes de lo pensado provocando la ola masiva de alumnos intentando salir de la cárcel, digo escuela. Salgo la última para no dar sospechas. Cuando casi todo el edificio esta vacio me dirijo hacia el descampado de siempre.

Mi coche esta aparcado con Lucas dentro. En cuanto me ve sale a recoger mi mochila y abrirme la puerta. Cuando estamos listo arranca el coche rumbo hacia mi casa, mansión

-Lucas, sabes que Pablo consume- le digo mirándolo fijamente.

Noto que su cuerpos tensa y le tiembla el labio de abajo, esta nervioso.

-s-si- me contesta tartamudeando.

- Con que lo sabías ¿he?-

Para ese momento ya estamos es el garaje. Salgo del choche sin esperarle. Con orden de que en cinco minuto este en mi despacho.

Entro en mi casa como alma que lleva el diablo. Como su futura líder me conozco a la persona que suministro, no se me puede haber pasado algo así. Sigo dando le vuelta al asunto sacando papeles recientes. Hasta cuando oigo que llaman a la puerta.

Le hago pasar sabiendo que es la persona que me va a resolver las dudadas. O eso espero.

Le mando dentro con la voz más fría que puedo. Lucas se va acernado poco a poco con miedo en el cuerpo.

Para ser una persona de aspecto tan intimidante, en cuanto entra en esta casa se convierte en un animalito indefenso. La única manera que ha tenido durante estos años de sobreviví es manteniendo me contenta. Ahora no estoy para nada contenta.

-¿Sabias que pablo consumía?- soy lo, mas directa que puedo, no me gusta perder el tiempo

-s-si, señorita- me responde de manera rápida

-¿Sabías que esa droga era de nuestra mafia?-

-si, señorita-

-Se puede saber por qué no lo has dicho nunca- No subo el tono de voz, pero lo vuelvo más amenazante. Parezco una leona que quiere cazar a su presa.

-por-porque creí que us-usted ya lo sa-sabía- se disculpa.

Me quedo un tanto pensativa. Es cierto que me se todas la persona que consumen lo mío. ¿Como se me ha podido escapar algo tan obvio?

-¿Sabes algo más?- le cuestiono sirviendo a una copa de alcohol

-por lo visto tiene una deuda bastante considerable-Lo dice de manera muy baja, es más un susurro que una afirmación

-con que el niño de papa tiene problemas ¿he?- sonrió de manera sádica- por lo visto vamos a empezar a jugar con mis normas

el ángel de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora