Capitulo Dieciocho

21 2 0
                                    

Las pisadas rápidas de los caballos sonaban rápidamente, estaba dentro de un carruaje visualizando las zonas en las que me estaba por meter. El carruaje dió una vuelta fuerte haciéndome tambalear.- Oye! Conduce bien ten más cuidado!.- le grité al chofer que estaba conduciendo apresurado, él volteó y asintió con vergüenza pidiendo perdón.

-Príncipe, se que no es de mi incumbencia pero a donde se dirige?.- preguntó mirando al frente.

-Como tu lo dices, no es de tu incumbencia sólo conduce rápido y ni hagas preguntas.

No respondió nada solo siguió conduciendo hasta que llegamos a nuestro destino, las afueras del reino, el carruaje se detuvo, abrí la compuerta y le miré.- Mas te vale que no le comentes esto a nadie sobre todo a mi padre.

-A sus órdenes.- hizo una reverencia para irse de regreso al castillo.

Corrí por los extensos llanos buscando alguna pista de su paradero, en la carta no especificó nada así que opté por aún seguir corriendo hasta conseguirlo.

Pasados ya 10 minutos de búsqueda, vi una gran roca y decidí tomarme un descanso, cuando me intenté meter dentro me di cuenta que el estaba ahí malherido con su brazo derecho vendado con un trozo de tela que le hacía presión como si de un veneno tendría en su cuerpo.

Me miró y sonrió amargamente con leves quejidos de molestia.- Sabía que ibas a venir cabrón.-

-¿Que mierda te ocurrió?

-Pues ya ves.. Problemas de la vida.- bromeó.

-Hablo en serio...-suspiré.- me dijiste en la carta que te estaban persiguiendo.- caminé hacia él y me senté a un lado.- Así que.. ¿Estas seguro que en verdad era él?

-Si.. No completamente pero tengo la sospecha de que quiere deshacerse de mi, no soy tan estúpido Zeref.

-Pero te estaba persiguiendo no es así? Como lograste escabullirse de él?.- pregunté mirándole su brazo.

-Es una larga historia...-hizo una mueca de molestia.- sólo se que logré escaparme de él, pero ya ves como resultó mi brazo.

-¿Que te hizo?

-Una de sus serpientes me mordió.

-¿Serpientes? El tiene serpientes?

-No por algo lo llaman Cobra..- ironizó.

-Que problema.. No debería estar aquí ayudandote pero mira que me has hecho venir.

-Eso es porque aún me consideras tu amigo cabrón.- me codeó.

-Maldito, te curaré con la finalidad de yo mismo matarte no dejaré  que Cobra se adelante entiendes?.- le sonreí engreído. El solo negó con el rostro mientras sonreía.

-Bueno dejame ver tu brazo.- lo tomé y el hizo un quejido.- mierda.. Esto se ve mal.

-Me lo imaginé.. En ese caso.- sacó una espada de su estuche de defensa.

-¿¡Pero que mierda estas pensado?!.- le grité.

-Cortalo

-Estas loco! Tiene que haber un antídoto o algo, no puedes simplemente perder tu brazo además..

-No hay que perder tiempo, tengo que escapar de aquí, si Cobra me encuentra estoy perdido, sólo corta mi brazo si lo cortas puede que sobreviva pero si no lo haces el veneno me matará, es es la única opción.- interrumpió.

Me levanté y miré con cierto temor a si brazo, no quería cortarlo pero la situación favorecía eso, tenía que hacerlo, así que agarré la espada la alcé, vi que cerró sus ojos apretando sus dientes con la tela de su ropa, bajé rapidamente cortado su extremidad derecha.

Entre Dos Guerras -Nalu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora