Capítulo 2

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"Lo lamento mucho, ahora veo todo lo que quisiste decirme"

En la tierra del olvido, el conejo afortunado leía aquella carta escrita por la mano de su creador.

Tenía miedo del lugar donde estaba, de nuevo allí, completamente solo.

Deseaba volver, pero no podría volver. No hasta que él hiciera eso posible.

"Te decepcioné otra vez pero ahora tengo la oportunidad de recapacitar contigo" continuó leyendo.

Y Oswald se ilusionó mucho, y se sentó sobre la nada, a esperar.

Aquellas cartas venían del mundo y eran pensamientos de Walter que después de 38 años volvía a pensar en él.

-Yo sé que no fue tu culpa, Walt- habló entonces, con la voz que le había imaginado Disney.

Y tenía esperanzas, y esa esperanza lo hacía feliz.

---*---*---*---

Al día siguiente Disney no fue a la oficina, y ese día siguiente también disimulaba que había llorado en la noche.

Ese día torció su recorrido, que usualmente iba hacia la entrada donde lo esperaba su chofer, y se dirigió hacia las puertas de la biblioteca de su casa.

La excusa perfecta era él tomar el  descanso que le aconsejaban los doctores.

Se quedó metido en la biblioteca de su casa, revisando cuentos infantiles e incluso, material de su propia compañía.

Y estaba completamente solo porque su esposa había salido y sus hijas hacía tiempo que estaban casadas y con sus familias.

Pero era tonto pensar que él estaba siempre solo:

-Hola-

Walter sonríe y responde como si hubiera estado esperando ese encuentro:

-Hola viejo amigo-

Una alegre figura de orejas negras y redondas brinca de entre los estantes.

-Jajajaja ¿Cómo está todo?- canturrea Mickey con la misma voz de Walt.

-Me alegra mucho verte, Mickey- saluda Walter. Y en otros tiempos ese saludo hubiera sido toda una exclamación, pero ahora era distinto.

Mickey salta hasta la mesa, donde el tenía puestos los libros:

-Cuéntame ¿Qué haces?- y su enorme nariz se asoma por encima de los libros.

-Estoy buscando en dónde pueda estar tu hermano-

-Mi...¿hermano?- los ojos de Mickey crecieron y miraron brillantes a Disney.

-Ah lo olvidé- Disney carraspea. La molesta tos empezaba a dificultar su respiración. Cierra el libro y se sienta - Mickey...-

-Dime, padre- el ratón se acerca y se sube a su regazo.

Walter se dio cuenta en ese momento que Mickey estaba allí porque él lo había llamado.

Tal vez de la misma manera en que había llamado a Oswald.

-Minnie, tus amigos Goofy, Daisy, Donald...Ellos digamos que son  "hermanos tuyos" porque yo les di vida igual que a ti. Pero no son realmente hermanos porque los creé para que fueran tus amigos. Pero...- el hombre hace una pausa como buscando la manera de decirlo, de entender en realidad lo que iba a decir, de cómo podía ser una caricatura hermana de otra como lo era Mickey de Oswald -Tú, Mickey, tienes un hermano, hermano de verdad-

-¿En serio???- el ratón casi se cae para atrás- Wow-

-Y está perdido- continuó seriamente y sin entrar en detalles -Se llama Oswald, y tú me puedes ayudar-

-Ohhhh- al enterarse de que Oswald estaba perdido, Mickey se entristece mucho- Quisiera conocerlo-

-Y espero lo hagas. Pero no tengo idea de dónde buscar una caricatura perdida- el hombre sonaba frustrado -En qué historia, en qué lugar. Busco y busco y no hallo dónde podría estar-

-Caray, una caricatura perdida- Mickey se rascaba la cabeza -¿Está realmente perdida?-

-Bueno...- el hombre rectifica -Tal vez "olvidada" sea mejor término-

-Ajá- el ratón lo había hecho dar en el clavo -Debería ser en algún lugar olvidado entonces-

-¿Y qué lugar? Rayos- Walter toma a Mickey y lo baja al piso, se levanta y empieza a buscar alguna idea, o memoria, en los libros otra vez.

Entonces el ratón se empieza a reír.

-¡No eres quien conocí antes, Walt!!-

Disney voltea a verlo pues eso era lo mismo que le había dicho Oswald.

-Mickey, tú debes saber algo que me ayude- decía el hombre con una sonrisa cómplice- Tú y yo, ya sabes, hemos sido cómplices en muchas cosas-

-¡Claro!- rie Mickey de un salto.

-Fantástico amiguito. Sabía que no me decepcionarías... Dime-

-¡TÚ creaste todo! ¡Solo tú puedes encontrarlo y descubrir qué lo llevó hasta a ti!- fue lo que le dijo Mickey, pero al ver el desconcierto en el hombre, continúa -Pero si puedo ayudarte, padre, te digo que debemos buscar a Oswald donde lo dejaste la última vez. Porque eso debes recordarlo, debe haber algún lugar-

-Pues sí, aquella Disneylandia de mi sueño, pero no creo que...-

-¡AJÁ!-

-No creo que aquel lugar sea *un lugar*- se explicaba Disney.

-Lo es-

-Ok...- Walter piensa y entonces ya no encontraba tan descabellada la idea del ratón -Es verdad, puede que eso sea- concuerda al fin.

-Me alegro entonces- Mickey da un brinco.

-Mickey, tienes que llevarme a Disneylandia tal como hizo Oswald. Así no puedo ni caminar, estoy demasiado viejo y enfermo...-

Mickey ladeó la cabeza con curiosidad, como si no comprendiera aquello.

-Disculpa, no es algo que quiera hablar contigo ahora...- añadía al ver el gesto ingenuo en el rostro de su ratón.

Y se hizo un silencio revelador.

-Necesito ser joven para regresar a aquella Disneylandia, la de mi sueño, y necesito tu ayuda para lograrlo-

-¡OKAY!- ríe Mickey con su misma voz, la voz de Walter - Suena divertido. Pero en serio has olvidado cosas-

-¿A qué te refieres?-

-Walt, tú fuiste quién lo hizo todo. Tú eres el que tiene la magia-

"Otra vez eso de la magia" piensa Walter con una mueca.

-Te olvidaste- menea la cabeza Mickey, esa cabeza con las dos redondas orejas.

-No me he olvidado de eso- se defiende Disney -Es que aquello es otro tipo de magia-

Mickey ríe, contagiando a Walt.

-No exactamente-

-¿Qué fue lo que hice exactamente? Explícame Mickey-

-Si fuiste a una Disneylandia imaginaria como un hombre joven, fuiste tú el que lo hizo, no Oswald-

Dijo esto el ratón y sonrió feliz.

Walt en el reino olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora