Walt en el reino olvidado

Capitulo 6

-¿Quién eres? ¿Eres tú Ozzy?-

Disney sonaba muy emocionado ante la idea de haber encontrado a su conejo.

El parque estaba sumido en el blanco de la nada todavía y la presencia desconocida no se revelaba.

El hombre esperó, sin ver nada. Pensando que ahora sí había perdido a Mickey.

-Jajajajajaja, oh Disney. Te pusiste viejo, Disney- habló al fin una horrible voz.

Walter se pone de pie incapaz de reconocer aquella voz. Voltea para todos lados y supo que, tal como ya lo había pensado, cualquier cosa podría encontrarse allí. Cualquier cosa.

Pero seguía confiando en que no había creado nada horrible para su mundo.

En definitiva, él nunca dejaba de ser ingenuo.

-Tal vez no lo sepas, extraño, pero si estás aquí es porque yo te creé. Así que demando respeto, señor- dijo al fin con seguridad, hablando hacía la nada.

-Ohh. No me conoces, Disney...- se mofó la voz - pero tal vez sí has oído hablar de mí. Soy George-

Walter se queda con la vista en blanco por un tiempo.

-¿George? Conozco algunos George...-

-¡Fui uno de tus Imagineers!!!!- gritó la voz entonces, indignada.

Ahora Disney estaba terriblemente asustado, de nuevo se deja caer sobre el único banco que había allí, e hizo memoria:

Sí había oído hablar de ese George, pero eso era lo último que quería encontrarse allí en ese momento...

-Y morí por construir tu sueño, Disney- le recordó implacable la aparición.

-Fue un accidente- balbuceaba Walter, presa de las manipulaciones de aquella aparición.

-Sí, accidente- bajó el tono la espectral voz -Pero...parece que para ti todo es un accidente ¿No?- agregaba con horrible mofa.

-¿A QUÉ TE REFIERES?-

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Entonces Mickey sintió que el reino se estremecía, y temblaba, y las siluetas de las calles, las casas, el castillo... se difuminaban.

-Oh, ¡es Walt!- exclamó con alarma- Oh no oh no oh no- y comenzó a correr de regreso, por donde había llegado.

-¿Qué sucede???- dijo otra voz, que Mickey oyó detrás de él y que lo hizo detenerse en seco -¿Hay un terremoto o qué?-

El ratón se queda paralizado en medio del puente, girando su cabeza otra vez hacia el camino que dejaba atrás, mirando hacia la nada que había allá... hasta que empezó a dibujarse allí una pequeña silueta.