Terrible voz que nunca existió, era la voz que había imaginado nada más:
"Estoy aquí para hacerte recordar, Walt"
Y Walter recordó.
Qué facil fue deshacerse de él cuando no lo fue la primera vez -pensaba en toda su madurez- y lo lamentaba demasiado.
Cuando algo que no tenía voz, la tiene de repente, era para decirle algo importante, pero un joven de 26 años lleno de ambición y de sueños, harto de que las adversidades truncaran sus sueños, podía ser a la vez demasiado tonto.
El hecho era que había abandonado a su primer personaje, de la manera más tonta en verdad y ahora se sentía irremediablemente mal.
Oswald le había dicho unas cuantas verdades y ¿qué hizo él? Le dio la espalda y se fue a pasear.
Y ahora no podría volver a verlo.
Pero el conejo afortunado sí podía, y lo estaba haciendo, podía ver a Walter en aquel momento, desde un lugar del que no podía salir.
Tenía sus ojos ovalados y muy negros brillando de esperanzas, gracias a aquellas palabras que le había dicho su creador allá en el parque.
Pero la tristeza se adueñaba de él nuevamente.
"Walt, yo sé que tú puedes" dijo pero nadie lo escuchó.
---*---*---*---
Durante su trayecto a casa, Disney no habló. Siempre ocultando, siempre aparentando, y con una sonrisa en la cara cuando se encontraba en público.
Toda esa gente pasaba a su alrededor como sombras borrosas "¡señor Disney señor Disney!" pero él no captaba nada.
Tampoco podía decirle a nadie que había pasado la mañana siendo joven otra vez y que había estado en Disneylandia, acompañado por una alucinación.
No, no dijo nada. Ya todos estaban lo suficientemente preocupados por él como para añadirle una enfermedad mental a eso.
Aunque Lillian no hiciera comentarios, se podía ver la tristeza en sus ojos y Walter no haría nada más para aumentar su dolor.
"Pero no fue una alucinación" le aclaró su voz interior.
Esa noche estuvo más pensativo que nunca, con la mirada perdida hacia las estrellas, desde la ventana.
Se preguntaba si debía hacer algo, eso era lo que le decía su interior. Se preguntaba si desearle a una estrella aun funcionaría para él.
-Walt, necesitas descansar, querido. No has parado en todo el día- le dijo una voz.
-Lilly, tranquila. No quiero oírte hablar así- él notaba aquella tristeza - Estoy bien, créeme, que todavía Walt Disney no se va de esta tierra-
Lillian era fuerte, no lloró ni le mostró debilidad. Pero igual él la consuela.
-No estás bien ¿Qué te sucede? Solo dime...- ella insistía en saber, porque no podía ocultarle que no era la enfermedad lo que tenía esa noche.
Por un rato, Walter permaneció en silencio. Luego, la mira a los ojos y dice:
-Me encontré con viejos sueños. Hoy, en la oficina. ¿Podrás a caso creerme eso?-
-Querido, yo creo cualquier cosa- ella se ríe -Tienes algo de magia ¿recuerdas?-
Sí, Disney sí recordaba, eso decían todos.
-¿Pero crees que aún la tenga?-
-Definitivamente-
Y eso significó todo para él.
El mundo sabía que Walter tenía algo de magia, como había dicho Dick Van Dyke cuando trabajaron juntos "A ver si se me pega algo de tu magia, Walt" últimamente, después de saber que tenía cáncer, después de saber sobre el fin, él había dejado de creer que la tenía.
Hasta ese día, Lillian tal vez tenía razón.
Su esposa lo deja solo, en las penumbras, y regresa a observar a través de la ventana.
Las estrellas, la luna.
-De alguna manera tengo que buscarlo. Debo hacerlo- murmuraba en voz baja -No puedo abandonarlo otra vez-
Suspira con dificultad, terminando en otra atormentante tos.
-¿Pero cómo? Yo ya no puedo hacer nada.
Así decide cerrar las cortinas y retirarse. Después de todo, él no se acostaba para dormir.
Se acostaba para soñar.
Y esa noche soñaba, que debía hacerlo, y tal vez sería lo último que haría en su vida.
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Walt en el reino olvidado
FanfictionLa situacion era peor ahora. Walt Disney necesitaba saber qué había pasado con Oswald, pero a su edad y solo, no lograría nada. Así que ahora requeriría de una ayuda muy especial. ---*---*---*--- Sorpresiva continuación de mi historia "Walt y Oswal...