La situacion era peor ahora. Walt Disney necesitaba saber qué había pasado con Oswald, pero a su edad y solo, no lograría nada.
Así que ahora requeriría de una ayuda muy especial.
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Sorpresiva continuación de mi historia "Walt y Oswal...
Se quedó por un momento allí parado, tan pequeño y ridículo con sus orejotas.
No se sentía parte de aquello. Era un intruso.
-Ozzy- el hombre lo miraba con gentileza, y Mickey en sus brazos, igual -Yo sé que dije cosas... Yo sé que te olvidé por muchos años. Pero ya no más. Ahora eres parte de este reino-
Entonces Oswald se le acerca, y Disney le extiende la mano:
-Ven, tengo algo que mostrarte-
El conejo toma su mano y los tres toman un camino muy distinto ahora, caminaban hacia Fantasyland, y Oswald nunca había visto algo tan hermoso.
Había estado en el olvido demasiado tiempo.
-¿Podré regresar a casa entonces?- pregunta emocionado.
-Ya estás en casa. Ya no te olvidaré- Disney se detiene -Escucha, el mundo humano a donde yo pertenezco tal vez no pueda verte todavía. Allá rigen leyes que están fuera de mi alcance- suspira, profundamente cansado -Pero otros te dibujarán al igual que a Mickey, Minnie, Donald y todos. Cuando yo no esté...-
El hombre no mostró señal alguna de tristeza o debilidad, sin embargo solo responde:
-Mick, tú solo preocúpate por vivir y hacer feliz a los niños, y a los adultos también-
Oswald se aferraba fuertemente a la mano de su creador. Y él regresa su mirada cansada hacia el conejo afortunado:
-Y algún día tú Oswald volverás al mundo de los humanos. Te lo aseguro. Pero por ahora, ve, creo que alguien quiere verte-
Walter suelta a Oswald y extiende su mano hacia el frente para señalar Fantasyland. Y estaba vacío el parque, hasta ese momento.
El conejo abre mucho sus ojos, distinguiendo lo que había allá: Había algo en verdad.
Un personaje se aparecía por el camino, era Ortensia:
-¡Oswald!!- grita la gatita agitando su mano.
El conejo afortunado no podía creerlo, pues había estado buscando y buscando por todo el lugar sin encontrar nada.
Ahora ella se aparecía.
-¡Ve, vamos!- lo animaban Walter, y Mickey también.
Y detrás de Ortensia venían los conejitos.
-Ohhhh- Oswald exclama y al fin corre hacia ellos.
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Walter y Mickey observan como se abrazaban todos.
-¡Gracias Walt gracias!- exclamaba Oswald -¡Tengo un hogar!!-
-Así es amiguito- el hombre sonreía muy satisfecho -Bueno, y tú, Mick- se dirige a Mickey ahora.
-Otra aventura juntos, Walt- ríe su ratón.
-A ti también te esperan- dice con un gesto.
Mickey salta al piso y juntos siguen su rumbo por ése, su reino, que salió del olvido para brillar otra vez:
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Finalmente Walter le señala a Minnie, que lo estaba esperando por el sendero que iba hasta su casa allí en Toontown de la Disneylandia imaginaria de Walter Elias Disney.
-¡MINNIE!!!- grita Mickey y corre hacia ella.
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Cuando Walter regresa a su mundo, nadie se imaginaba que había un personaje más en el reino imaginario.
Un personaje junto con sus amigos, que muchos no sabían todavía que había sido de él antes de tener su imperio.
Pero así como volvió a su mundo, también volvió la enfermedad, la vejez y todos los problemas que tenía encima.
Pero Walt estaba feliz, porque aún podía visitar la Disneylandia imaginaria y encontrar a Oswald allí.
Sentía que ya había cumplido con todo en su vida.
Así que ya podría marcharse en paz.
Si bien el mundo seguía igual, en un futuro, el conejo afortunado se uniría definitivamente con su hermano menor y todos sus amigos.
FIN
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