Capítulo 5

208 23 0
                                    

Ciertamente no se había dado cuenta todavía que había vuelto a ser joven.

Lo hacía ahora, soltando una exclamación:

-Mírame, Mick- extendió sus manos y al brillo de aquella luz sobrenatural estaban las manos jóvenes que habían dibujado desde Blanca Nieves hasta Bambi.

-¡JA JA!- el ratón le dio ánimos, bailoteando a su alrededor.

-Bueno- ahora Disney sí que estaba animado. Mucho más ágil, ligero, con mejor vista y respiración perfecta, Walter era un hombre con una misión -Ahora ayúdame a buscar el parque. Regresemos a Disneylandia, amiguito-

-Okay, veamos- Mickey extendió la vista hacia el blanco de la neblina -Creo que una vez anduve por aquí ¡Ya vengo!!- gritó impetuoso y se fue.

-Hey Mick, espera ¿Qué hago yo?- exclamó pero ya era tarde, la neblina hacía que perdiera de vista a Mickey -¡Maldición! ¡No quiero que se me pierda Mickey también!-

Y ahí estaba el temor otra vez...

El hombre trotó detrás del ratón pero luego tuvo miedo de que él no pudiera encontrarlo. Así que se detuvo.

-Rayos. En fin. Estoy seguro de que Mickey sabrá regresar-

Buscó donde sentarse allí cerca y enseguida unos bancos aparecieron. Y eran los mismo del parque.

Ahora sí tenía la certeza de que estaban en Disneyland. Pero ¿qué era lo que sucedía?

Walter se sentó y deseó más que nunca tener un cigarrillo.

Pero debía ignorar eso, se enfocó en el parque y en lo difícil que era distinguir a Disneylandia, entre aquella bruma blanca tan espesa y desconcertante.

Entonces... escuchó algo.

Pero no era Mickey, ni tampoco Oswald, de eso estaba seguro.

En serio que había perdido mucho de su poder juvenil, y ni siquiera siendo joven en ese momento lo recuperaba. Disney en esos últimos años estaba experimentando el asedio de la gris madurez, ésa maligna, que mataba al niño interior. Y la estocada mortal había sido el saber que tenía cáncer.

Finalmente lo habían vencido.

Y estaba cansado de todo, y había estado deseando hacer películas más adultas... Y así era como había estado olvidando "su magia"

Sacudió la cabeza.

Entonces, volvió a mirar a la bruma y definitivamente que allí había algo:

-¿Quién está ahí?- pregunta.

---*---*---*---

El ratón caminaba hacia el castillo de la Bella Durmiente porque sabía dónde estaba, a pesar de la neblina.

Es solo que Walter no podía enfocar su mente.

Pero sería muy difícil encontrar a su hermano olvidado así de esa manera:

-Oh- se lamentaba.

Seguía caminando y caminando porque aquel parque era interminable.

La mente de Walt divagaba demasiado.

-¡Oswald!-

Comenzó a llamar.

---*---*---*---

Perdido en aquella nada, ahí seguía Oswald, cruzando un puente apenas visible, el conejo afortunado aun con la esperanza de encontrar a su Ortensia.

Pero su alrededor estaba cobrando forma.

"¿Oswald??" escuchó.

El conejo se detuvo en seco pues le pareció oir que lo llamaban. Volteó para mirar hacia atrás, giró para todos lados:

Ahora estaba viendo siluetas, de casas, la plaza, los bancos para la gente sentarse.

"Estoy en Disneylandia otra vez" al fin reconocía, y se emocionó muchísimo:

Dió un brinco de alegría y empezó a buscar qué era lo que lo había llamado.

Walt en el reino olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora