Pólvora.

Los personajes no me perteneces, si no a Gorila senpai, Hideaki sorachi,tampoco la imagen de portada, esa pertenece a su respectivo dueño , lo único que me pertenece es la historia.

Cronología: 3 años en el futuro, semi au. Okita 23 años. , Kagura 19 años

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Summary: Solo necesitaba una pequeña chispa para hacer explotar todo a su alrededor

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Pólvora.

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La etapa de pubertad era horrible, Kagura lo sabía bien, sobre todo cuando era consciente de sus sentimientos, por aquel malandro que trabajaba para el gobierno.

Desde que Kagura fue consciente de sus sentimientos hizo lo imposible para dejar de sentir aquello, desde leer revista estúpida hasta consejos de Internet que en vez de ayudar empeoraba el asunto.

Sobre todo aquel idiota, que en vez de ponerse más feo, se ponía más guapo y demasiado apetecible.

Kagura tuvo muchos problemas, sobre todo en tiempo de su periodo, parecía que su cuerpo añoraba el tacto de ese hombre, más de una vez tuvo sueños raros con Sougo, sueños que terminaba con ella despertado a medianoche, colorada y con cierta húmeda entre sus piernas.

Además de agregar el hecho que el estúpido cara de niña, ya no tenía esa estúpida cara (ahora como lo molestaría) no, su rostro poseía rasgos más masculinos, incluso su mismo cuerpo se había ensanchado (mismo que ella deseaba que la sujetaran) sin olvidar esa sonrisa sádica que la hacía fantasear varias veces.

Quizá se estaba convirtiendo en una "masoquista" tal vez después de tantos golpes propiciado a ese chihuahua despertó su instinto sádico, no, no, se repitió varias veces, pero era imposible no pensar en ello.

Varias veces Kagura reprimió el impulso de gemir, cuando Sougo por accidente rozaba su cuerpo en sus constantes peleas, había estado evitado (o más bien deseado que ese imbécil le tocara por error), tenía vergüenza de admitirlo, pero realmente lo deseaba, deseaba esa sensación que producía sus caricias accidentadas, era como si todo su cuerpo sintiera cosquillas, una que le generaba una sonrisa estúpida y ganas de besar sus labios hasta quedarse sin aliento.

Era difícil mantenerse cuerda en su presencia, la tensión sexual era evidente entre ellos dos, que solo aumentaba con el paso de los días, pero no era la única, Sougo estaba igual o peor que ella.

Él no era idiota y no es que fuera un santo pero había visto que china ya no era aquella niña de 14 años, por el contrario tenia diecinueve y por ende un cuerpo mucho más desarrollado.

Un cuerpo que se desarrollaba día con día.

¿Cómo mierda hacia china para no tener una barriga? con las horribles cantidades de grasa que digería, era un milagro que tuviera un cuerpo esbelto y lleno de curvas.

La respuesta era bastante obvia, se iba directo a sus pechos y trasero, no es que el fuera un pervertido, pero la ropa que antes usaba ya no le quedaba tan bien como antes.

A veces pensaba que al final tanto el pecho como el trasero de Kagura iba a estallar, aunque Sougo sabía que lo único punto de explotar era su virilidad, parecía un puberto urgido, que se excitaba a la primer roce de su cuerpo, más de una vez tuvo que hacer uso de auto-control para no arrancarle la ropa a Kagura a media pelea y terminar de poseerla a medio parque.