Capítulo 19

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Era lunes y yo estaba saliendo de los cambiadores de chicas. Me había tardado en darme mi ducha, así que le dije a Renee que no me esperara. Cuando estaba saliendo sentí una mirada sobre mí, pero no le tomé importancia. Seguí caminando, pero alguien me haló por el brazo y me tapó la boca para que no gritara. Alguien me arrastró hasta uno de los salones, el cual estaba vacío, y me lanzó al piso. Yo me voltee a ver de quién se trataba. Era de suponerse.

"¡¿Ahora qué quieres?!" le pregunté furiosa.

"Aprovechar que tus amigos te dejaron sola. Y más ahora que no tienes al estúpido de Motionless para que te defienda" me respondió el maldito de Tony.

Yo abrí mis ojos sorprendida. ¿Cómo se enteró de que ya Chris y yo no éramos amigos?

"¿Creíste que no me daría cuenta? Yo me entero de todo. Ya ni siquiera se sienta contigo en las clases" me dijo, como si hubiera leído mi mente.

"No necesito que él me defienda. Tengo a mis amigos" le respondí con odio, aún tirada en el piso.

"¿Tus amigos?" se lanzó una carcajada, "yo no los veo aquí".

Tragué saliva. Hace días que Tony no me molestaba, así que ya me había olvidado de él. Había cometido el error de quedarme sola, pero no fue culpa de mis amigos, sino mía.

"Ahora sí me las vas a pagar, piojosa" dijo Tony y me tomó por el cabello.

Yo me quejé del dolor cuando me levantó por el pelo y me miró con odio. Yo intentaba safarme, pero no podía. Tony me golpeó en el estómago y sentí ganas de vomitar. Él se comenzó a reír y eso me dio más coraje, así que lo escupí. Él se limpió la cara con su mano libre y me miró aún más enojado. Sin pensarlo dos veces, me dio una bofetada en la cara y caí al suelo. Intenté arrastrarme en el suelo para huir, pero estaba realmente aturdida. Apenas podía moverme, y mucho menos pedir ayuda. Sentí como me pateó en la espalda y luego me pisó el tobillo. Era difícil distinguir cuál de los cuatro golpes me había dolido más. Una risa malvada se escapó de su boca. Me volvió a tomar por el pelo para levantar mi cabeza y se acercó a mi oído.

"¿Ahora sí me tienes miedo?" me preguntó.

Tomé todas las fuerzas que tenía para mirarlo directo a los ojos y responderle.

"Sólo un cobarde le pegaría a una chica, y más cuando está sola. Y yo, no le temo a los cobardes" le dije.

Esperé pacientemente a que me volviera a golpear, pero para mi sorpresa no lo hizo. Siguió mirándome con desprecio, aunque pensativo a la vez. En eso la puerta se abrió y él me soltó de inmediato.

"¡Suéltala!" escuché una voz gritar.

Intenté voltearme a ver, pero no pude.
Reconocería esa voz en cualquier parte. Escuché como los compañeros de Tony lo sostuvieron para que no se nos acercara y luego vi los pies de Tony alejarse de mí. Ya sabía lo que le harían a él también.

"Tú. ¿También viniste por tu paliza?" lo amenazó Tony.

Escuché cómo lo golpearon. Me sentía impotente al no poder ayudarlo, pero el dolor apenas me dejaba respirar bien. Lo escuché gemir de dolor, y me dolió más que los golpes que me dieron a mí.

"¡Déjenlo!" les grité con mis pocas fuerzas, casi llorando.

Escuché a Tony acercarse a mí lentamente.

"¡No!" le gritó el agonizante.

Miré de reojo junto a mí y vi su pie acercarse rápidamente a mi cara. Después de eso todo se volvió negro y no recuerdo nada más. No se cuánto tiempo había pasado, sólo se que sentía un terrible dolor en mi cabeza y en mis costillas. Estaba en la camilla de un hospital con mi padre sentado en una silla junto a mí. Se veía cansado y con los ojos llorosos. Moví un poco mi mano para tratar de llamar su atención. Él escuchó mi movimiento y levantó la mirada de inmediato.

The CrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora