Capítulo 67

147 15 1
                                    

Ese lunes comenzó como un día normal en la escuela. Llegué temprano como de costumbre y me la pase todo el día escuchando los chistes tontos de Ronnie, tomándole la mano de vez en cuando a Chris, discutiendo con Vic durante el almuerzo, disfrutando de la violencia de Renee, bostezando por las explicaciones científicas de Kellin y soportando que Andy me despeinara el cabello. A la hora de la salida me quedé unos minutos hablando con Chris y Kellin, ya que él estaba esperando a que su madre lo recogiera.

"¿Seguro que tu madre vendrá por ti? Ya se está tardando mucho" le preguntó Chris a Kel.

"Tranquilos. Tal vez se volvió a quedar dormida" le respondió él.

"¿No quieres que te lleve?" le ofrecí.

"No se preocupen, enserio. Mira, allí está" nos anunció Kellin y señaló un auto que se estaba acercando al estacionamiento.

Kellin tomó sus cosas y se despidió de nosotros para ir corriendo a subirse al auto. Chris y yo soltamos aire aliviados y nos miramos.

"¿Quieres ir a comer algo?" me preguntó.

"No, gracias. Papá no debe tardar en salir del trabajo y quiero hacerle de comer. Además, tengo mucha tarea pendiente. Otro día será" le respondí.

"Está bien" me dijo con una pequeña sonrisa y me besó dulcemente, "no lo olvides, este domingo es el cumpleaños de papá. Dile a tu padre".

"Lo se. Se lo diré tan pronto llegue" le contesté y lo abracé.

Él me devolvió el abrazo y luego me dio otro beso. Después de despedirme de él, me subí a mi auto y lo encendí. El camino hasta mi casa fue acompañado por Aerosmith y por mis típicos golpes al volante al compás de la batería. Al llegar a mi casa, me estacioné y me bajé del auto junto con mis cosas. De camino a la puerta, mi celular empezó a sonar, así que lo busqué y mi mochila cayó al suelo. Mientras intentaba recoger todas mis cosas y encontrar mi celular, sentí a alguien acercarse a mí. Antes de poder voltearme a ver de quien se trataba, una mano cubrió mi boca y me tomó a la fuerza por el abdomen.

Fui arrastrada por la acera mientras luchaba por liberarme o gritar por ayuda. Entonces me di cuenta de que ya había llegado a una camioneta. Dos personas completamente vestidas de negro y con máscaras blancas me recibieron allí adentro, me ataron y cubrieron mi boca con cinta adhesiva, mientras que la camioneta se ponía en marcha. Luego, cubrieron mi cabeza con un saco para que ya no pudiera ver nada. Ninguno de ellos dijo nada, supongo para que no reconociera sus voces. Debía tratarse de unos verdaderos profesionales en secuestro.

El miedo que sentía era incontrolable, jamás pensé que algo así me podría llegar a suceder. No podía parar de pensar en si alguien me había visto o escuchado en medio del forcejeo. Maldije mil veces por no haber aceptado la invitación de Chris a comer. Sentí las lágrimas bajar por mi rostro. Quería gritar con fuerza, pero la cinta adhesiva me lo impedía. Cada segundo que pasaba dentro de ese vehículo se me hacía una desesperante y ansiosa eternidad. No se cuánto tiempo pasó, pero se sintieron como largas horas aquel camino angustioso.

Cuando finalmente se detuvo la camioneta, me arrastraron por un camino desconocido. Escuchaba puertas abriéndose y cerrándose, cosas cayendo al suelo, gruñidos de parte de mis secuestradores debido a la pelea que estaba dando. Logré pisar a uno de ellos y comencé a empujarlos. Tontamente comencé a correr sin saber siquiera a donde me dirigía, pues no podía ver nada. Como era de esperarse, me alcanzaron y me tomaron de nuevo. Luego de tanto forcejeo, por fin escuché una voz.

"¿Qué pasa?" preguntó un irritado hombre.

"¡No para de pisarnos y empujarnos! ¡No se quiere rendir!" dijo uno de los hombres que me tenía atrapada.

The CrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora