| Capítulo 06 |

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—¿Al menos besa bien?

Edward se dejó caer en el sillón que se encontraba en la sala de la aparente casa en la que se encontraban. Fingía interés mientras intentaba prender un cigarro. Thomas se encogió de hombros.

—No lo sé.

—¿Perdón? -Abrió la boca amenazando con dejar caer el cigarro que apenas había logrado encender; lo tomó entre el dedo índice y el medio y puso toda su atención en su amigo- ¿Como que no lo sabes?

—Simplemente no lo se. No tengo idea de que besa.

El mayor comenzó a reír con fuerza durante medio minuto. Cuando se recuperó vio el ceño fruncido de su amigo.

—Lo siento, pero yo esperaba la respuesta que siempre me das.

—¿Que respuesta?

—Ya sabes -lo miró con una sonrisa de lado -"Besa bien, pero coge mejor".

Ambos empezaron a reír recordando las veces en las que Thomas había contestado eso.

—Si -contesto aun riendo- Eso suena a algo que diría.

—Pero ya en serio, ¿No lo haz besado?

—No, aún no.

El ojiverde dio una bocanada a su cigarro y lo mantuvo en sus pulmones mientras pensaba.

—Que extraño -dijo para después dejar salir el humo- yo habría jurado que no se podía mover por las tremendas embestidas que le dabas -rió un poco de nuevo y luego suspiró- en fin, disculpa por interrumpir tus intentos de meterte en sus pantalones, pero- tomó otro bocanada de el cigarro y rápidamente dejó salir el humo- tenemos un problema con tu novio- a pesar de la broma, el tono de Edward era bastante serio.

—¿Que es lo que pasa ahora?

—Hablé con el señor Wales, me dijo que aceptaría darle mas tiempo a tu suegro.

—¿Que hay de malo en eso?

—Que cada día que pase después de el veinteavo será cobrado con alguna parte de el cuerpo de Newt -se inclinó hacia adelante y recargó los codos en sus rodillas -Es decir, tendremos que cortarle pedazos a tu novio y enviárselos a su padre.

Thomas se puso pálido con sólo pensarlo. Tenía que hacer algo, no podía resistir que lo golpearan, mucho menos que lo cortaran en pedazos.

—Hay que avisarle a su padre, tenemos que decirle que venda sus cosas, que haga algo, ¡No puede permitir que le hagan eso a su hijo!

El menor había comenzado a gritar con desesperación, aumentando poco a poco después de cada palabra.

—Thomas, relájate. Aun le queda tiempo- se levantó de el sillón y camino hasta el- tiene diez días para juntar el dinero, te juro que lo va a lograr, es su único hijo, va a hacer todo lo posible.

—Sabes que no está haciendo todo lo que podría hacer. Tal vez si le llamamos y le explicamos...

—¿De verdad quieres que tu novio sepa que lo cortaremos parte por parte? -El ojiverde lo miro serio dejando salir una nube de humo de sus labios.

—¿Por qué tendríamos que decirle?

—Todas las llamadas las hacemos frente a él, ¿no es así?

—Esta no, ni siquiera conversaremos. Le diremos y colgaremos el teléfono.

—Si se enteran que le advertiste antes de que te lo permitieran se van a molestar.

Estocolmo [Newtmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora