| Capítulo 07 |

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Cuando Thomas entró a la casa, eran las tres y media de la mañana y se dirigió a su habitación sin decir nada. Edward lo siguió y no habló hasta no verlo acostado.

—¿A donde fuiste? -Preguntó con molestia.

Por ahí -contesto Thomas mirando al techo de manera distraída- ¿Por que? ¿Paso algo?

—Tu novio es realmente una nena en cuanto a recibir información.

El menor se sentó de golpe y lo miró con atención y seriedad.

—¿Que le dijiste?

—La verdad.

—¡¿Que verdad?! -Se acercó con fuerza y lo miró con rabia.

—Tranquilo, no le dije que lo ibas a despedazar -Por un par de segundos Thomas sintió paz; paz que no tardó en irse -le dije que tuviera dignidad.

—¿Que?

—Le dije que te dejara en paz, que tu no te enamorabas y que solo era un juego para ti, como lo es todo en la vida.

—¡¿Por que mierda hiciste eso?!

—Por que es la verdad, tu crees que esto es amor, pero Thomas, te he visto "enamorado" -marco las comillas en el aire - como quince veces y siempre terminas aburrido. Eso no es amor.

—¡Eres un imbécil!

Thomas lo empujó con fuerza haciéndolo chocar contra la pared, luego salió de su habitación y corrió hacia donde se encontraba Newt.

—¡Te estoy evitando que vuelvas a perder el tiempo, y si regresas por él, el imbécil eres tu!

Thomas ignoro por completo sus palabras y corrió con todas sus fuerzas hasta llegar a Newt. Al llegar, abrió la puerta sin importarle no llevar nada que lo cubriera y, la empujo de vuelta, para evitar que la luz le mostrara a Newt su rostro.

—¿Newt?

Thomas se acercó temeroso de no recibir respuesta alguna, para su sorpresa, el pequeño si volteó a verlo al escuchar su voz y se sentó para verlo mejor.

—¿Solo soy un juego para ti?

Su voz había dejado de ser dulce, para volver a ser fría como la del día que le dirigió la palabra por primera vez.

—Por supuesto que no, Newt -intentó tomarle la mano, pero Newt la quitó al sentir su tacto -No hagas esto. Mi amigo es un completo desgraciado, sabes lo mucho que le gusta verte sufrir, discúlpame por no estar esta vez para defenderte.

El pequeño sintió un latigazo por todo su cuerpo y comenzó a relajarlo poco a poco, aunque por fuera, seguía inmóvil.

—No te creo -su voz ya no era fría, sino seria y esto tranquilizo a Thomas -todo lo que dijo tu amigo tiene mucho sentido y te costará una noche entera contestando mis preguntas. Esa es mi condición para creerte.

Thomas forzó la mirada para observar la hora que marcaba su reloj. Faltaban escasas dos horas para que amaneciera y el juego de Newt terminara. Si alargaba las respuestas, evitaría que le preguntara algo indebido,

—El juego termina a las seis. Empieza con tus preguntas.

Newt se recostó y miro hacia arriba, buscando la pregunta indicada para hacerle.

—¿Cual es tu nombre?

Thomas sintió como su cuerpo se acalambraba por la impresión, pero más que nada por el miedo a contestar y a no contestar.

—¿Seguro quieres saberlo?

—Si.

—Tengo un nombre que no sale de tu cabeza.

Estocolmo [Newtmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora