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El sol estaba empezando a ponerse, tiñendo el cielo de tonalidades rosadas y naranjas. Rápidamente, el aire se tomó frío, anunciando así el otoño que no tardaría en llegar. Una ligera bruma surgió de la laguna. Entonces, Jungkook agarró la mano de Iseul. Al sentir el tacto de su piel, ella se echó a temblar de un modo que no tenía nada que ver con la fresca noche.
Él se detuvo sobre un puente que había entre la piazzeta y el canal.
— ¿Tienes frío?
Ella asintió. ¿Cómo podía decirle la verdad? ¿Cómo podía decirle que había sido el tacto de su piel lo que le había provocado aquel escalofrío?
—Toma entonces —le dijo.
A sus espaldas, Iseul vio las hermosas cúpulas bizantinas de la basílica de San Marcos. La puesta de sol le acariciaba el hermoso rostro y se lo teñía de un ligero color rojizo.
La envolvió con la gabardina que había llevado hasta entonces colgado del brazo. Jungkook era tan guapo... Mientras se abrochaba el cinturón, no pudo evitar mirarlo, casi con la boca abierta.
Entonces, un grupo de hombres pasó a su lado. Iseul oyó un ligero silbido. Se miró y se sonrojó. La gabardina le tapaba justamente el vestido, por lo que daba la impresión de que no llevaba nada debajo.
—Tal vez deberíamos tomar un taxi.
—El restaurante está muy cerca. Al otro lado de la plaza. Vamos —le dijo.
Resultaba increíblemente romántico ver cómo el sol se ponía sobre el Gran Canal, aunque seguían incomodándole las miradas de los hombres que la perseguían desde todas partes. Jungkook era consciente de ello. La sujetaba con fuerza, mirando con desafío a los demás hombres.
Era como un león dispuesto a luchar, a matar, para proteger a su hembra.
Iseul se sintió una vez más muy vulnerable, como una gacela a la que un león estaba a punto de devorar. ¿Qué importaba de qué león se tratara? Miró a Jungkook. Había algo en él que la asustaba de un modo que no podía comprender. Se decía una y otra vez que era porque no lo recordaba. Si lo hiciera, no le tendría miedo... ¿O sí?
A sus espaldas, vio que una figura los seguía a una discreta distancia.
—Nos está siguiendo alguien —dijo, algo nerviosa.
—Es Kim—replicó Jungkook tras comprobar de quién se trataba—. Sólo se acercará a nosotros si es necesario...
—Pero...
—Lo necesitamos. Aunque sólo sea para protegerte de todos tus admiradores italianos.
—Te aseguro que no me gusta su atención. No quiero que me miren.
Sabía que Jungkook no le creía por completo. En ese momento, decidió que tendría que cambiar su guardarropa.
Entraron por fin en un pequeño hotel, cuyo restaurante daba al Gran Canal. Estaba a rebosar, pero les acompañaron inmediatamente a la mejor mesa. Allí, compartieron una deliciosa cena de risotto de marisco y tagliolini con scampi. La cena en sí resultó una experiencia muy sensual. Mientras terminaba el risotto, sintió que él la estaba observando. Sin poder evitarlo, se echó de nuevo a temblar. Entonces, incapaz de soportar la intensidad de su mirada, apartó los ojos. A través de la laguna, vio una hermosa iglesia cuyas blancas cúpulas estaban inusualmente iluminadas.
—Es Santa María della Salute —dijo él—. La última vez te gustó mucho.
— ¿La última vez?
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All Of My Life ♡ Jjk
Fiksi PenggemarAll of my life ‖Jjk † "Amargo y dulce a la vez" "Prohibido y atrayente" "Amor y venganza" "Perdón y anhelo" . . . *Adaptación