Uno. "Como cambiar mi amargura con una simple mirada ajena"

26 1 0
                                    

"Otro año más que se acababa, y otro peso más que se va."

Sin querer teclee eso en la computadora mientras terminaba el informe. Esto de trabajar en oficina, haciendo en resumidas cuentas "papeleo" era una porquería. Pero no podía quejarme, este trabajo me daba para vivir y darme ciertos lujos. Además no era tan malo teniendo aquí a uno de mis amigos. Lo único bueno es que hoy era el último día de trabajo, el jefe nos dio a todos las vacaciones de Diciembre y aprovecharía a descansar y relajarme todo el día en mi casa.
-Mangel! ¿Ya acabas?- entro Max a mi oficina.
- Hey Maximus- Así lo llamaba. –Solo me faltan ciertas redacciones, ¿Por qué?-
-Tío, acompáñame por unas cervezas, con este dolor de cabeza es lo que falta para curarlo.-
-Ya sabes que no me gusta ir a lugares llenos, ve con alguna tía que yo solo quiero llegar a mi casa y dormir- Fruncí el ceño.
-¡Ya empiezas! Siempre el mangel mister aburrido...- exclamó
-Lo sé, ríete lo que quieras...- y me di la vuelta para continuar el trabajo.
-Juro que algún día haré que te arrepientas. Extraño el mangel que sonreía y sabía divertirse.- y se marchó de mi oficina.

Yo también lo extrañaba, pero desde hace 2 años y medio que no me sentía con ganas de nada. El haber terminado con Beatriz (mi novia por 3 años), peleas familiares y el trabajo pesado me estaba asfixiando. Trataba a veces no ser tan aburrido o depresivo, pero no lo conseguía.

La tarde prosiguió, tenía dos o tres cosas pendientes antes de retirarme, sin más, maximus regreso junto a dos colegas para invitarme a alguna parte como de costumbre, recuerdo cuando recién comenzaba este trabajo, nos la pasábamos en bares cada viernes por la noche, aveces lo extrañaba... pero me negué rotundamente, en serio, quería estar solo, como siempre.
De repente mi celular sonó, era cheeto.
-¿Qué pasa tío?- conteste.
-Hey mangel, Max se acaba de quejar conmigo- hablo él.
-En serio no tengo ganas de salir, incluso Willy acaba de llamarme para salir de discotecas con Alex por ser último día de trabajo, pero solo quiero descansar...-
-Tío no seas así.- sonaba preocupado. –Hace bastante que no salimos de fiesta, ya supera lo de Bea y trata de disfrutar, lo digo en buen plan y lo sabes...- no deje que terminará.
-En serio no es eso, solo quiero descansar y ya...-
-Jumm- se quejó. –Como quieras, pero ya se me ocurrirá algo para sacarte en estas vacaciones.- y cortó.

Finalizo la tarde y logré terminar el trabajo a tiempo para mandárselo al jefe. Él estaba encantado y me dio la autorización de irme. Recogí mis cosas y me despedí de mis compañeros para al fin dirigirme a mi casa.

El metro estaba algo lleno, que fastidio... El clima estaba frío, parecía como que fuera a llover y yo sin suéter ni chaqueta, aún más fastidio, pero que se le podría hacer.

Mi casa en realidad es un departamento algo pequeño pero cómodo para mí, y está en una zona tranquila. Al entrar encontré a mi gato Johnny dormido y fui a acariciarlo. Ese pequeñín era la única felicidad que me quedaba. Tumbe las cosas del trabajo en el sofá y fui a cambiarme de ropa. Revise el refrigerador y me serví un vaso de jugo de naranja. Mire un rato la televisión y eso solo me canso más. Decidí ir a hacer mis respectivos 5 km de trote. Al correr, me deshice de un poco de la frustración del día. Mis amigos tenían razón, estaba volviéndome un abuelo a tan corta edad. Con mis 24 años debía volver a ser activo como antes, pero con los problemas sociales, familiares, entre muchas cosas, todo se acumula y siempre tengo ganas de explotar. He pensado ir al psicólogo o algo, pero no estoy loco, o tal vez sí pero lo que necesito es sentirme comprendido y dejar de ser molestado... o simplemente dejar de sentirme agotado.

Regresé al apartamento y me di una ducha, al salir me puse el pijama y fui a ver mí celular, había varios mensajes de mis amigos y publicaciones de ellos divirtiéndose. Lo apagué y lo coloque en la mesita de noche. Había decidido no estar al pendiente de las redes sociales ni de los mensajes de mis amigos, descansaría encerrado en mi casa justo como lo había planeado. Me tiré a mi cama y sin pensarlo dos veces, me quede dormido.

It's Rubén, not Sydonai. || Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora