Dos. "Rubén, el ángel que baila".

22 1 0
                                    







¿Qué cojones?

Sentí que mis piernas no se podían mover. Temblaban demasiado y mi mirada se clavó en él. Así que él es Rubén...

Sentí como mis amigos me jalaron de los hombros, voltee a verlos y se sonreían pícaramente.

-Ahora no podrás escapar, disfruta y ya luego juzgas- dijo Cheeto

¿Quién querría irse y perderse semejante espectáculo?

Tenía una mirada perdida en el público bajo el antifaz de terciopelo que llevaba, no podía ver bien el color de sus ojos, pero deduje que eran cafés claro. Alto, piel blanca y brillante, llevaba un bóxer plateado con medias caladas y unas botas de tacón negras que brillaban como cuero puro. Alrededor de su cuello llevaba una cadena plateada.

Oí al dj de antes dar su presentación.

-¡Damas y caballeros! Con ustedes el acto más esperado de la noche. Un hombre que prácticamente no necesita presentación... El rey del poledance, ¡Rubén sydonai!-

Al terminar de hablar, se escucharon aplausos y ovaciones, un reflector apunto hacia él con motivo de seguir cada paso que diera. Estirando sus delgadas piernas y dando unos cuantos giros, Rubén bajo del tubo y al tocar el suelo taconeo para que el sonido resonara en todo el bar, supongo que lo hizo para que todos guardaran silencio y acataran su llamado, cosa que funciono porque el silencio reino y se escuchaban algunos susurros.

Camino meneando sus caderas y sonriendo como una diva, parecía un pavo exhibiéndose. Volteé a mí alrededor y vi como los distintos hombres tenían la mirada perdida en él, casi babeando. Incluso algunas chicas bi que habían asistido al famoso bar lo miraban con envidia. Si, estaba más que claro que Rubén era la sensación del lugar.

Las luces parpadearon con unos sonidos distorsionados, él regreso al tubo trepando hasta la cima. De fondo se escuchaba la canción "Haunted" de Beyonce y sin hacer esperar más al público, Rubén prosiguió a dar inicio con su acto.

Comenzó a dar vueltas con el agarre de sus piernas, se dejó ir hasta abajo del tubo y sentí que el aire abandono mi cuerpo. Prácticamente era todo un experto, bajo un momento del tubo para modelar, agitó la cadena que llevaba y comenzó a agitarla en el aire. Bailaba como un bailarín de ballet con toque picante. Se arrojó al piso, gateó y estiraba las piernas como si fuera elástico.

Las luces se apagaron unos segundos, y al volver, Rubén ya estaba de nuevo en el tubo y continuo con su espectáculo. Él posaba largo rato, volvía a arquear la espalda y flexionaba sus piernas en diferentes poses, giraba y daba volteretas en el aire, todo al compás de la música. Movía sus muñecas como pétalos en el viento.

Señor, ¿Estoy presenciando al mismísimo diablo o a un simple ángel caído?

Rubén salto bruscamente en el aire, todos gritaron, y con la cadena que llevaba en el cuello, la arrojo para atorarse y prenderse en el tubo del techo del escenario y así sujetarse de ella, dio mil vueltas y quedo suspendido por unos minutos mirando fijamente el reflector que lo seguía. Vi claramente cerrar sus ojos y saltar al tubo principal de regreso, todos volvieron a gritar, se agarró del tubo con sus piernas dando giros y así finalizar su acto.

La ovación no paraba, todos aplaudieron y silbaban de la emoción. Varios hombres se acercaron al escenario y arrojaban billetes de 50 y 100 euros. Rubén bajo del tubo, sonrió como un niño que no había hecho nada malo y dio una reverencia en agradecimiento, luego el telón se cerró.

El dj anunció que el espectáculo había terminado pero no la fiesta y coloco más música haciendo que la gente volviera a la pista a bailar y a ver a los demás strippers.

Quede anonadado, fue un espectáculo impresionante y no creo que haya nada mejor. Definitivamente quería conocer a Rubén, quería hablarle, quería tenerlo más de cerca, aunque su actuación fue tan sensual y abrumadora. Me había atrapado para siempre. Pero algo me decía que era inalcanzable para mí, yo no era más que un chico cualquiera que quería hablarle y estar con él como todos los que están aquí.

Mis amigos me sacaron de mis pensamientos y me sacudieron con emoción.

-¡Ves que te dije!- dijo maximus –Sabía que ibas a adorarlo-

-Es un hombre que no tiene perdida- dije suspirando como un tonto.

-Y eso que tienes cita en unos 30 min con él- dijo Cheeto -¡Atrévete! Y veras que cae a tus encantos.-

-No me hagan ilusionar, chicos.- dije –Si, no lo niego, me atrae mucho y más que adorar, ame su presentación, pero yo y otros más estamos aquí embobados por él, soy uno más de sus admiradores y no creo tener oportunidad.

-¡No seas aguafiestas!- dijo max dándome una palmada. –Al menos conócelo en el tiempo que tengas con él, disfrútalo...- al decir esto sonrió con picardía. –Y a lo mejor sacas algo bueno, ¡Tal vez incluso una cita!-

Tenían razón, no iba a hacerme tantas ilusiones, pero tampoco iba a desaprovechar el tiempo con él, conseguiría aunque sea que me aceptase un café y una caminata fuera de este lugar de mala muerte.

¿Y si simplemente la cita que se acordaba con él era de sexo? Joder, no soy un experto. Me congelaría delante de él y se burlaría por mi inocencia.

Seguimos bebiendo con mis amigos y el momento llego, un guardia de esos tipo gorilas se acercó a Cheeto, le dijo algo al oído y el movió la cabeza en señal de negación.

-No soy yo, es mi amigo el de la cita.- dijo, dirigiéndose a mí.

El guardia me miro de pies a cabeza y sonrió irónicamente.

-Sydonai te está esperando. Acompáñame.- dijo el gorila.

Trague saliva y sentí que me faltaba aire.

-No la cagues.- dijo maximus riendo.

Tome el último sorbo de cerveza y me levante dispuesto a seguir al gorila que parecía guardaespaldas de Rubén.

Me guio por las habitaciones que estaban cerradas con las cortinas grises, podía escuchar toda clase de cosas que pasaban ahí dentro. Me puse nervioso aún más.

Por fin llegamos hasta una carpa plateada que estaba justo en el fondo. El gorila me hizo señal de que entrará y el regreso por el pasillo de donde vinimos.

Estaba a punto de retractarme, ¡Esto simplemente era una locura!. Yo, a punto de conocer a un stripper clase vip que era famoso y seguramente esperando a que hagamos cosas sucias. Comencé a marearme, la cabeza me daba vueltas, pero en serio quería verlo, conocer un poco de él, y no hacer cosas sucias, al menos no en el primer encuentro, no era esa clase de hombre.

-Al carajo.- exclame y entre sin pensarlo.

It's Rubén, not Sydonai. || Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora