Cinco. Si esperas por el amor de tu vida, será mejor que sea sentado.

14 0 0
                                    


La semana llegaba a su fin. Paso martes, miércoles, jueves e incluso viernes... estaba volviéndome loco por esa llamada. No comía casi, y la rutina de esos días se volvió: Correr, ver el celular, correr, ver el celular, dormir. Había vuelto a ser un ermitaño. No salí en esos días más que para correr. Mis amigos me escribían para saber si Rubén me había escrito o llamado, cosa que no servía de nada ya que me recordaba lo miserable que era.

¿Será que me habrá estafado? ¿Me mintió?

Estuve tentado a llamarle en esos días. Al momento de agregar su número me percaté de que podía enviarle whatsapps, eso me tentó aún más, pero él me había dicho que esperara su llamada porque tenía trabajo. Maldita sea, Rubén... ¿Quieres volverme loco? ¿Qué me muera por ti?

Al final, se llegó el sábado, sábado 15 para ser exactos... donde todos aquellos esperaban su quincena y se disponían ir a hacer las primeras compras navideñas.

Me desperté temprano sin querer, mire el reloj y eran apenas las 6:00 am. Johnny estaba acostado cerca de mis piernas y lo acaricie. Pensé en levantarme e ir a correr, de todos modos ya no tenía sueño para seguir durmiendo.

Los ojos de Rubén vinieron a mi mente, llenos de delineador, rodeando con oscuridad y un café tan brillante destellando. Supuse que simplemente se había olvidado de mí y desecho el papel que le había dado con mi número. Era mejor que no me hiciera falsas ilusiones.

Fui a la ducha y me recosté en el suelo. El agua fría caía en mi cabeza. Los ojos de Rubén continuaban en mi mente.

"Él no te quiere, Mangel, ni siquiera sabe que existes. Te olvido"

Sentí caer una lágrima además del agua de la ducha. ¿En que estaba pensando? Creyéndome importante por nuestro encuentro aquel lunes. Debía olvidarlo ahora que aún no lo quería tanto. Pero díganme como...

Salí de la ducha y me seque el cabello. Oí a lo lejos mi teléfono sonar, era el sonido de notificación de mensaje. Me vestí rápido y fui a ver. Al desbloquearlo, mi corazón se detuvo.

Rubén: ¿Me extrañaste aunque sea un poco? ¿O ya te olvidaste de mí, capullo? ;)

Arroje el teléfono a la cama del susto. Mi corazón comenzó a bombear tan fuerte que no podía respirar. ¡No se había olvidado de mí! Corrí a la cama y me acosté, no podía estar de pie de los nervios. Revise el chat y vi que aparecía la foto de perfil de Rubén. Era su rostro iluminado por el sol quizá, y su cara miraba hacia un costado.

Sin pensarlo tanto, le conteste: Hola Rubén, ¿puedo llamarte?

Y presione la tecla enviar. Al momento, lo vi en línea, eso hizo que me asustara más, haciendo que cerrara whatsapp lo más rápido posible. Agarré el celular y fui a la cocina para preparar un café. Estaba ansioso esperando por el mensaje o la llamada de Rubén... ¿Me volvería a dejar esperando? Supongo que le encantaba el hecho de volverme loco. Al servir el café en la taza, escuche el timbre de llamada del celular. Corrí como toro hasta el teléfono y vi su nombre, Rubén llamando... respire profundo y conteste.

-H-hola... ¿Eres tú, Rubén?-

-Claro que soy yo, capullo. ¿Estabas ocupado? -pude escucharlo reírse.

-No... estaba por desayunar... ¿Cómo estás?-

-Pues ya sabes...-exhalo– He estado con mucho trabajo y casi sin tiempo para poder pensar...-

-Oh pues lo siento, supongo que ¿ahora también estas ocupado?-

-Por el momento no... estaba a punto de desayunar y he pensado en ti...-río

Madre santa, ¿pensó en mí?

-Oh bueno... yo igual estuve pensando en ti...-me estaba muriendo de vergüenza.

-Ah ¡qué bello eres! Pensé que ya me habías olvidado... me estaba sintiendo tan solo...-

-Tú ¿solo? Debes estar rodeado de hombres ahorita mismo. -no pude evitar sonar enojado.

-Uyuyuy ¿Estas celoso, capullo? -podía notar su picardía

-No... bueno...-mierda me descubrió...- ese no es el tema... ¿llamaste para aceptarme el café?-

-¡Ah sí! Ven a mi hotel y conversemos un poco ¿sí?-

-Está bien, ¿Dónde te hospedas? -Joder, ¡estaba invitándome a su hotel!

-En el Wellington de Madrid, ¿sabes dónde?-

Al oír el nombre casi escupo el café –Si, si... un hotel de lujo para un stripper de lujo ¿No?-

-Hahaha, tu sí que eres tan raro, no me hagas esperar ¿sí? Escríbeme cuando estés en el restaurante, besos capullo. -y colgó

Oh mi señor... Rubén acababa de invitarme a su hotel. Grite de la emoción y comencé a bailar sin control ¡no me cabía la felicidad! Corrí hasta la habitación y me cambie más formalmente, quería darle una mejor impresión. Aunque el hotel quedaba algo lejos, me tocaria tomar el metro, pero no me importaría ¡tomaría un barco si fuera necesario!

Escribí en el grupo donde estaban todos mis amigos: ¡Rubén acaba de invitarme a su hotel!

Al momento escribieron. Claro, no podían faltar sus obscenas bromas...

Alexby: ¡Dale con todo tigre!

Cheeto: ¡Hoy cena polla!

Alexby: Que ligón eres, en un futuro enséñame como le haces :(

Maximus: ¡Comételo entero, cabrón!

Eran unos idiotas, tampoco era que al llegar al hotel nos follaríamos sin parar. Rubén ya había captado que yo no haría nada de eso, pero ¿y si lo intentaba? No podría contenerme... pero sabía mi objetivo y tenia que seguir así, quería dejarle claro que yo tenía intenciones serias.

¡Aprovecha lo que te dan los dioses, Miguel!

Corrí a mi habitación y empaque cosas para el viaje hasta Madrid, serían mínimo 2 horas. Metí en la mochila el libro que estaba leyendo "Revival" de Stephen King, las llaves, el móvil y claro mi billetera con extra de dinero, es lo que requeriría un hotel caro. Sin más pensarlo, partí.

¿Sacaría por fin algo bueno de toda aquella presión? ¿Mi victoria?    

It's Rubén, not Sydonai. || Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora