Cap. 14 "Noche lluviosa"

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[Jimin]

Habían pasado ya dos meses desde la última vez que había visto a Jungkook, a decir verdad nuestra despedida fue poco agradable, y más, porque jamás pensé despedirme de él.

Tiempo después Namjoon y Jin me dieron de alta, aunque bajo una cierta vigilancia, ya que Darlyn permanecía conmigo en tiempos libres, como mi enfermera personal. En realidad no podía acabar de creer en qué lío me había metido. Lo primero que hice, fue regresar a Busan en busca del lugar donde mi madre yacía.
Tenía miedo, ni siquiera había podido despedirme como se debía, y tal vez, todo era mi culpa.
Al bajar del avión sentí un hermoso cambio y en parte nostalgia. Había regresado al lugar donde pasé el mayor tiempo de mi vida, donde conocí a Jungkook, donde solía ser feliz.
Me preguntaba si Jungkook ya había regresado, o tal vez seguía viviendo en Seúl, pues por lo que Darlyn me había contado, tiempo después había conseguido un empleo en un restaurante.

No podía desearle mal a Jungkook, era mi amigo y... Aún lo amaba.
Caminé por aquellas calles, no se escuchaba nada, a excepción de las ruedas de mi maleta. El viento en mis rostro no hacía más que hacerme sentir un tanto tranquilo.

Estaba ahí, frente a la puerta de la que una vez fue mi hogar, donde vivía solo con mi madre, donde... Ella había muerto.  No sabía si alguien ya la habitaba, pero Namjoon al parecer estuvo al pendiente y me dió la llave, misma que le había dejado Jungkook a cargo. Debo admitir que mis manos temblaban al tratar de meter la llave en aquella cerradura. No sabía que era lo que iba a encontrar dentro, pero ciertamente sabía que nada bueno. Al abrir la puerta un olor desprendió del interior, el olor a humedad de la madera de los muebles. Estaba oscuro a pesar de que era poco más de medio día, no pude evitar que mis ojos se nublaran al ver, sobre la sala principal, cinta amarilla con la palabra "restringido", estaba ahí, justo en el lugar donde mi madre había perdido la vida. Al momento sentí una náuseas horribles, que provocaron que corriera a el baño que se encontraba en la planta baja, cuando todo lo que estaba dentro de mi cuerpo salió, recordé que no había comido nada en todo el viaje, y entonces entendí a qué se referían, con qué fui de esas personas que dejaban de comer en días, pero no... Haber cometido errores en el pasado ya me habían costado la amistad, el amor y la muerte de mi madre. No volvería a ser aquel chico infeliz del que todos se sentían decepcionados. No volvería a ser esa persona que tanto lastimó a Jungkook.

Salí del baño, observé todo el lugar y noté todo lo que hacía falta hacer. Me quité la sudadera, me puse una gorra hacia atrás, dejé mis maletas en un rincón y comencé a limpiar todo aquello que tanto descuido tenía.
Estaba muy concentrado limpiando que no me percaté de la hora, pasaban más de las cuatro de la tarde y yo aún seguía limpiando la misma habitación, a ese paso, me llevaría casi tres días limpiar por completo, considerando que era una casa de dos plantas.
Me dejé caer en uno de los sofás, estaba exhausto y mi estómago ya había empezado a hacer ruidos extraños, tenía que comer algo, pero mi cansancio me traicionó ocasionando que mis ojos fueran cerrándose de a poco, sin embargo, alguien tenía planes diferentes para mí. El timbre de mi casa sonó, y fue un poco extraño ya que nadie sabía que iba a regresar ahí, a excepción de los tres amigos nuevos que había hecho en Seúl.

Caminé hacia la puerta.

—¿Quién? — Pregunté con tono serio.

—¡Pizza para comer!

De inmediato reconocí la voz y abrí rápidamente la puerta, encontrándome con dos siluetas masculinas y una demasiado femenina. Namjoon, Jin y Darlyn estaban frente a mi casa.

—¡Chicos! ¡Qué sorpresa! ¡Qué bueno que vinieron! ¡En verdad tengo antojo de pizza y muero de hambre!— En realidad estaba emocionado por su repentina visita.

"NO ME ODIES"  (Jikookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora