Después de lo ocurrido me quede ahí viendo el desastre que quedo, no solo el gigantesco mecanismo que estaba retorciéndose en el suelo, sino al Libano que había matado esa cosa antes, me sentí un poco mal de no haberlo ayudado, pero fue tan rápido que simplemente no se podía hacer nada. Como no podía levantar los brazos por lo adolorido que estaba tras recibir el golpe del mecanismo, así que tuve que apoyarme de Lyra quien me ayudo a levantarme poniendo mi brazo en su hombro. Mientras caminábamos hacia la carreta Minerva se puso a lado mío y dijo:
-Ahora que nos ocupamos de esa cosa, ¿qué haremos con los Libanos? -
- ¿Deberíamos hacerles algo? - Le respondí.
-Mag no lo entiende. - Dijo Lyra uniéndose a la charla. - Los Libanos no suelen ser amables con nosotros los humanos, a lo mucho comerciamos, pero de ahí en fuera yo no los consideraría más que ladrones. Son una raza muy agresiva, hasta con ellos mismo, sus pueblos están en guerra con regularidad y a veces nos llevan a nosotros.
-Así es. - Intervino Minerva. - Además, por sus constantes guerras siempre andan escasos de recursos, por eso roban.
Nos callamos porque ya estábamos cerca de la carreta, no me había fijado pero el Libano que cayó encima de Lyra era más robusto que el que estaba herido, y se nos quedaba viendo mucho. Vi la carreta y luego al Libano robusto.
-Suelta eso, no es tuyo. - Le dije al Libano
-No sé a qué te refieres. - Dijo poniéndose nervioso
Lyra se estaba poniendo tensa ya que el Libano se sentía hostil, pero en eso hablo el Libano herido diciendo:
- ¿De verdad quieres robarle al tipo que acaba de matar un mecanismo?, eso sería muy tonto, hasta para ti. - El Libano herido se levantó y le quito de las manos la bolsa que tenía, y la volvió a poner en la carreta. - Muchas gracias por ayudarnos, a los dos. - Miro con mala cara al otro Libano.
-Yo... Lo siento, mi familia está pasando un momento difícil, siento mucho robarle a mi salvador, pero mis hijos están heridos y vi como estas pócimas curaban...-
-Tómalas. - Le dije antes de que pudiera acabar.
- ¿Como dices?, ¿lo dices enserio? - Me dijo asombrado
- ¡Mag!, ¿cómo sabes que no está mintiendo? - Me reprocho Minerva que estaba a lado mío.
-Si está mintiendo al único que le pesará la conciencia será a él. - Le respondí. - Ahora tómalas y cuida a tus hijos. -
-Muchas gracias, de verdad. - El característico zumbido de los Libanos parecía quebrado en la voz de él.
El otro Libano se rió y dijo:
- ¿Hasta dónde llega tu benevolencia humano? -
Solo sonreí y me puse encima de la carreta. Después de eso los dos se fueron, cada uno por distintos caminos, pero ya casi cuando nos íbamos el Libano más robusto regreso con una lanza en las manos. Lyra estaba desenfundando su arma y yo solo lo veía.
-Esta arma es de uno de mis hermanos caídos por el mecanismo, quiero que la tomes en señal de respeto. - Me dijo mientras extendía la lanza hacia mí.
Con mi mayor esfuerzo levanté los brazos y la sostuve, era una madera bastante dura, y en la punta tenía algo parecido a un cristal de color rojo, parecía bastante afilado a simple vista. Le agradecí por el regalo y luego de eso extendió sus alas y se fue volando. Cuando los dos se habían ido Lyra guardo el arma y se sentó en el suelo, miro al cielo y dijo:
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Llamado del destino
FantasyUn joven despierta tras estar 500 años dormido a un mundo que fue conquistado por los Krijeses, ahora junto a su salvadora deberá liberar el mundo de estos seres.