Nos quedamos observando a nuestros enemigos, por suerte y gracias a los arboles teníamos cobertura de sobra. Sirius mando a una chica para hacer reconocimiento, era bajita, llevaba capucha y poca armadura, pertenecía a la tercera línea, pero tenía fama de ser la más sigilosa de los guerreros. Volvió después de unos veinte minutos, nos dijo que los acechadores estaban resguardados en sus chozas, además nos contó que vivían lejos unos de otros, en grupos de veinte aproximadamente.
Era perfecto, el plan sería más sencillo así. Avanzamos lentamente, para tomar sus respectivas líneas de batalla, yo iba en primera línea. Saque mi escudo y desenfunde mi espada, la tensión se podía casi que cortar con un cuchillo, si el plan salía mal seriamos masacrados.
Y sin previo aviso un acechador salió de una de las chozas, nos quedamos inmóviles y una gota de sudor frio paso por mi espalda. Fue entonces cuando volteo a vernos. Se sorprendió, pero lo primero que hizo fue gritar para llamar a los suyos.
-SOLDADOS, POSICIONES. - Grito a Sirius a todo pulmón.
Toda la primera línea hicimos una barrera horizontal mientras que los de segunda y tercera línea se preparaban con sus armas. Los acechadores salieron uno a una de distintas chozas, iban en fila hacia nosotros a toda velocidad, cada vez estaban más y más cerca, sostuve con fuerza mi espada para prepararme. Cuando ya estaban a punto de llegar Sirius volvió a dar otra orden.
-AHORA SOLDADOS. -
Los guerreros de primera línea nos hicimos hacia los lados para dejar un hueco entre nuestra barrera, fue ahí cuando la segunda línea desplegó sus grandes escudos de madera parecidos a un muro. La segunda línea estaba compuesta solo por hombres fuertes, lo suficiente para cargar esos enormes escudos. Con gran esfuerzo ellos formaron una media luna en el hueco que habíamos dejado. Como los acechadores iban demasiado rápido no pudieron detenerse a tiempo y por consecuencia chocaron con los escudos. Cuando la mayoría estaba dentro los encerraron, antes de que los acechadores pudieran intentar escapar los de tercera fila que solo estaba compuesta por tiradores los acribillaron. Se podían escuchar los gritos de los acechadores siendo atravesados por múltiples balas. Mientras que nosotros los de primera línea debíamos acabar con los que sobraban. Uno de ellos se abalanzo sobre un guerrero tirándolo al suelo, corrí para darle una patada al acechador, para después acabarlo con mi espada, cortando su cuello, fue ahí cuando note lo afilado de mi espada, sentí como si cortara mantequilla con un cuchillo caliente. Por otra parte, ya habían terminado los tiros, cuando los de segunda línea se dispersaron dejaron ver un escenario de cadáveres apilados, la sangre cubría los escudos de los hombres, poco después la hierba comenzó a teñirse de rojo, no era un gran paisaje.
No era momento de descansar ni mucho menos, otros acechadores se acercaron por el ruido y fue ahí cuando alertaron a otros de los suyos. Todos nos volvimos a preparar para el inminente ataque, nos pusimos de nuevo en posición, pero con lo que no contábamos es que venían más acechadores que la última vez. Venían a una gran velocidad, abrimos la fila y los acechadores entraron de lleno al círculo, pero como eran demasiados debíamos ayudarlos apuñalándolos con nuestras espadas.
-Detrás de nosotros. - Grito uno de los guerreros que sostenía un escudo.
Volteamos y se dirigían más acechadores hacia nosotros. Sirius señalo a algunos guerreros entre ellos a mí, para defender a los demás quienes estaban vulnerables. Los acechadores llegaron de a montón. Me rodearon tres de ellos, así que tuve que esquivar cada uno de sus ataques para luego apuñalarlos con la espada. Termine con mi espada bañada en sangre, mire a los lados, pero lo único que vi es como Sirius mataba acechadores a diestra y siniestra, otras veces solo los dañaba para que los otros guerreros los acabaran. Una vez que terminamos de abatir a los acechadores volvimos para ayudar a matar a los que quedaban, nuestra labor era matar a los que intentaran salir del circulo. Todo termino cuando se comenzó a formar un pequeño lago de sangre sobre nuestros pies. Ya habíamos acabado con unos cincuenta por lo menos, pero el gusto nos duró poco. La niebla dejo ver un gran tumulto, eran muchos acechadores, la estrategia que estábamos usando no serviría con tantos.
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Llamado del destino
FantasyUn joven despierta tras estar 500 años dormido a un mundo que fue conquistado por los Krijeses, ahora junto a su salvadora deberá liberar el mundo de estos seres.