La lluvia golpeaba mi rostro, me dolían las piernas y apenas podía mover los brazos. No fue hasta que Lyra me ayudo a levantarme cuando pude volver a andar. La vi a través del casco, habíamos ganado, pero ni ella ni yo lo sentíamos como una victoria.
Antes de que pudiera hablar Lyra me dio un golpe en el brazo.
- ¿Porque hiciste eso? - Exclame con dolor.
-Por temerario, no puedo creer que te hayas lanzado a esa cosa tu solo. -
-Solo quería darles tiempo, se lo prometí a Sirius...- Me quedé callado un momento mirando mi espada.
-Hablando de él, no lo he visto. - Ella miro hacia los lados buscándolo.
Solo agache la cabeza para después decirle:
-Él está muerto. - Le dije mirándola a los ojos.
Ella abrió muchos los ojos, pero mantenía una cara seria.
- ¿Como paso? - Me pregunto.
-Me salvo de un ataque del alfa, pero fue herido por ello, al poco tiempo su cuerpo fue cubierto por esas extrañas raíces verdosas, solo me dijo su último deseo, el cual era que todos sus compañeros salieran vivos de aquí. -
-Llévame hasta su cuerpo. - Me dijo Lyra con seriedad.
La conduje hasta ahí, pero tuve que detenerme de ella para poder caminar. Poco tiempo después llegamos, al encontrar el cuerpo note que se veía más deteriorado que a última vez, parecía momificado, apenas se veían sus rasgos ya que todo estaba tapado por esas raíces extrañas. Lyra se acercó al cuerpo, tomo la espada de Sirius y la clavo en el suelo con fuerza. Volvió a ver el cuerpo y dijo:
-No hay mayor honor que dar la vida por alguien, te respeto por ello, fuiste un gran líder y un gran compañero, hasta nunca amigo...-
No pude decir nada, solo me quedé junto a ella viendo el cuerpo. Por mi descuido Sirius murió, estaba tan enojado conmigo mismo, apreté mis dientes junto con mis puños.
-No te enojes contigo mismo. - Me dijo Lyra. - Sirius te salvo por algo, él sabía que podías sacarnos de aquí y encima de eso vengaste su muerte, ya has hecho todo lo que él quería...
Lyra me volteo a ver y me toco el hombro.
Después de eso tome el cuerpo de Sirius y lo cargue hasta llevarlo con los demás guerreros. Lyra les explico todo, nadie me incrimino de nada, pero sabía que su muerte fue debido al error mío, yo me distraje y eso le costó la vida.
La lluvia no cesaba, a los demás también les parecía extraño, pero por lo menos ya no caía tanta fuerza. Algunos guerreros fueron recogiendo los cuerpos de sus compañeros, por mi parte fui con un pequeño grupo a revisar las ultimas chozas. Pero mientras ellos entraban a las chozas a mí me llamo la atención un granero que estaba al fondo, o bueno eso era a lo que más se asemejaba. A pesar de la lluvia el olor que emanaba de aquel lugar era horrible, no puedo describirlo con exactitud, pero era casi insoportable.
Abrí las puertas de una sola patada, con mi espada en mano estaba listo para atacar cualquier cosa, pero lo que presencie fue aun peor... Eran muchas mujeres desnudas, pero vivían en la inmundicia, es difícil de explicar, pero mi mirada alcanzo a ver algunos cadáveres estos tenían la sombría particularidad de tener un gran agujero en la parte del vientre. Entre el olor y lo que veía me comenzó a dar asco, me preguntaba cómo podían sobrevivir aquellas mujeres en un lugar así, viviendo en esta suciedad y sus propias eses. Todas se veían muy asustadas, sus ojos reflejaban un terror horrible, aun así, estaban tan débiles que no podían ni huir. Logré notar que algunas de ellas estaban embarazadas, fue ahí cuando entendí todo.
Para mi suerte Lyra llego al lugar, no fue muy grata su sorpresa al ver todo.
-Santa Nika..., cuando crees verlo todo pasan estas cosas. Tenemos que sacarlas de aquí, llama a los dem...-
Cuando me volteo a ver creo que noto mi cara de asco a punto de vomitar.
-Ponte esto en la nariz. - Me dio un pedazo de ropa. - Creo que tu olfato es muy agudo, no aguantaras mucho, ve a llamar a los otros.
Asentí y me puse en marcha. Fue difícil sacar a las mujeres, como estaban tan atemorizadas gritaban, se retorcían para luego simplemente quedarse en posición fetal. Una de ellas llamo especialmente mi atención ya que estaba en el rincón, intentaba esconderse entre los cuerpos. Me acerqué con el trapo aun en la nariz, cuando estuve lo suficientemente cerca de ella su vientre comenzó a moverse de forma frenética, dio unos fuertes gritos por el dolor llamando la atención de todos.
-Aléjate de ella. - Me grito Lyra a la lejanía.
No le hice caso y seguía intentando ayudarla, pero parecía que ni siquiera me hacía caso, comenzó a retorcerse, las lágrimas brotaban de ella con fuerza, pero en el momento menos esperado una criatura salió del vientre de la mujer, era un acechador, era un bebe y ya había cobrado una vida, no tenía pelo, estaba envuelto en una baba extraña que lo protegía un poco, no podía abrir los ojos y hacia un extraño sonido. La mujer se desmayó del dolor para poco después morir. La criatura se arrastraba intentando llegar a un cuerpo para alimentarse de él. No se lo permití, le puse el pie encima y fui aplicando presión, hasta que lo maté. Ningún guerrero dijo nada al respecto.
Subimos a las mujeres a unas carretas que habían traído los guerreros, también subimos en otras los cuerpos de los caídos. Lyra estaba demasiado callada, no la culpaba, para mi todos esos hombres eran conocidos, pero para ella eran casi hermanos, sin decir lo que le había sucedido a Sirius...
Mi mecadrajo comenzaba a brillar de forma extraña, de la nada la voz de Angela sonó.
- ¿Hola?, probando, ¿me escuchas?, probando, probando. - Decía ella a través del artefacto.
-Si, te escucho Angela. - Le respondí.
-Excelente, ¿llame en mal momento?, es que intentaba arreglar esto. -
Ella no sabía, pero me había hablado en el mejor momento posible, me subió demasiado el ánimo.
-Para nada, ha sido una misión muy difícil, es bueno escucharte. -
-Lamento escuchar eso, me preocupe cuando el detector marco que fuiste herido, ¿cómo te sientes? - Me pregunto con cierta preocupación.
-Tranquila, estoy bien, pero quiero saber algo, y quizá suene raro. -
Después de decirle eso le explique todo acerca de las mujeres que había encontrado. No se inmuto al saber lo que llevaban dentro, pero si se sentía curiosa.
-No te preocupes. - Me dijo con seguridad. - Cuando vuelvas les daré atención medica con las cosas que los mecadrajos han reparado. Bueno te dejo me prepare para cuando llegues.
Me despedí y volví a ayudar a los demás. Terminamos más rápido de lo esperado, todos subimos a las carretas, yo iba con Lyra adelante de la carreta. Ella seguía muy seria viendo hacia el frente.
-Yo lamento lo que paso con Sirius, fue mi culpa que aquello pasara. - Le dije a Lyra agachando la cabeza.
Me miro con un cierto enfado en su semblante para después decir:
-Mag, todo esto son como los platos rotos. -
- ¿A qué te refieres? - Pregunte.
-Si te disculpas con un plato que rompiste, ¿vuelve a estar igual? -
-No. -
-Bien, esto es lo mismo, lo que sucedió ya paso, Sirius decidió, nadie aquí te culpa de nada, al contrario, todos están aliviados de que vengaras su muerte y estés vivo. - Me puso su mano en la cabeza. - Y yo también estoy muy alegre que estés vivo. Sirius ya había cumplido su objetivo, él también debe estar contento, donde sea que este él y mis demás camaradas.
Ella me sonrió y yo igual se lo devolví, en ese momento la lluvia dejo de caer.
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Llamado del destino
FantasyUn joven despierta tras estar 500 años dormido a un mundo que fue conquistado por los Krijeses, ahora junto a su salvadora deberá liberar el mundo de estos seres.