Capítulo 21

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Era Mariana, su madre.
Colgó la llamada y apagó el móvil.

Pasó el resto de la tarde con Alonso en la playa, jugaban como niños en la arena, la estaban pasando de lo mejor.

Cuando empezó a oscurecer, regresaron a la casa, y cenaron algo ligero.
Alonso tomó un baño antes de dormir.
Jos le prestó un poco de su ropa, la cual le quedaba un poco grande.
Cuando se recosto llamó a Jos, que estaba saliendo de la ducha.

- Jos ... - dijo.

Canela se giró para verlo, mientras secaba su cuerpo con una toalla.

- Quédate conmigo- Dijo tímido.

Canela sonrió.
Alonso se levantó de la cama y abrazo al pelinegro, levanto la cabeza y las miradas azul y miel chocaron.

- Tienes unos ojos hermosos, Jos - dijo Alonso volviendo al abrazo.

Jos se sonrojo levemente y lo abrazo con más fuerza.

Esa noche durmieron juntos, Alonso abrazaba el torso desnudo de Canela, recargaba su cabeza en su pecho, podía escuchar el latido de su corazón.
Alonso era feliz, se sentía en paz, era el Alonso de antes, sonriente y optimista, el Alonso de antes del accidente.

Aunque esto no duraría mucho.

~

Cuando Canela despertó a la mañana siguiente, noto que Alonso ya no estaba a su lado, se sobresalto y se levanto de golpe.
Lo busco por toda la casa, pero no estaba.
La angustia se apoderó de el.
Salió de la residencia y lo vio, suspiro y toco su pecho.
Estaba sentado muy cerca del mar, las olas mojaban sus pies.

Camino hasta el y toco su hombro.
Alonso volteó y le sonrió dulcemente.

Frente a el había un corazón, dibujado en la arena, que contenía la A y la J.

El enojo que sentía Canela desapareció por completo.
Levanto a Alonso le dio un cálido beso para después abrazarlo.

- Te quiero, Jos - dijo.

Canela lo sustuvo entre sus brazos, quería que ese momento fuera eterno.

Pero no fue así, los brazos de Alonso se aflojaron y sus ojos se cerraron.

- ALONSO - Gritó el ojimiel.

Pero este no reaccionaba, respiraba, pero no parecía vivo.

~

José conducía desesperadamente en la carretera, ya había llamado a su madre y a Columba, pero ambas estaban furiosas, no podían escuchar razones.
Pero eso a el no le importó, lo único que quería era que Alonso estuviera bien, no podría perdonarse si algo le pasaba.

Después de casi 2 horas llego al hospital, dónde Columba, Mariana, Carla y Sofía los esperaban.

Recibieron a Alonso y lo internaron de inmediato.

Columba lloraba deseperada.

- ¿QUE LE HAS HECHO A MI HIJO? - Gritó enojada.

- Columba yo ...- dijo pero un fuerte golpe en la mejilla lo detuvo.

Era Carla.

El Piano (Jalonso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora