El Piano (Jalonso)

Capítulo 7°

Cuando Canela llego a su casa comenzó a hacer sus tareas, eso era algo que casi nunca hacia, y a ordenar un poco su habitación, que por cierto era un desorden.
Cuando llego la hora, Mariana llamo a su hijo, Canela tomo su mochila y guardó lo necesario para comunicarse con Alonso, un cuaderno y una pluma.

Jos, es hora de irnos.
-dijo Mariana entrando a la habitación de Miguel-

Si mamá solo dame un minuto, enseguida bajo.
-dijo el pelinegro-

Al fin arreglaste tu habitación Jos.
no tardes te espero abajo
-contesto ella y salio de hay-

El ojimiel comenzó a desordenar un poco su cabello, tomó su mochila y la coloco sobre sus hombros.
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Canela y su madre caminaban con dirección a la casa del chico del piano.

Mientras tanto, Alonso esperaba ansioso la llegada del pelinegro, se había arreglado especialmente para verlo.
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Cuando Los Canela llegaron a la casa de los Villalpando el ojimiel toco la puerta, esta vez no la abrió Columba ni Braulio, sino un chico, era la primera vez que lo veía, pero su rostro se le hacia conocido.

Hola Mary
-Saludo aquel Chico-

Hola Diego
-Contesto ella amablemente-

Hace mucho que no te veía.
-dijo el chico abrazandola-

Haz crecido mucho.
-dijo la pelinegra correspondiendo-

¿Quien es el?
-preguntó Diego terminando el abrazo-

El es Jos, mi hijo
-contestó ella-
Anda Hijo presentate.

Hola soy José
-dijo el ojimiel estirándo la mano-

Diego
-contestó el chico haciendo lo mismo-

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El pelinegro se zafó del agarre y entro a la casa, su madre se quedo afuera hablando con aquel chico.
El ojimiel busco a el ojiazul en la planta baja de la casa, pero no lo encontró, supuso que estaba en su habitación así que subió las escaleras y camino hasta llegar a ellas.
Abrió la puerta y entro con una gran sonrisa, la cual se borro cuando vio a el pelirrojo tomado de las manos con otro chico, al parecer era el mesero de la cafetería.