"¿Qué sería de mí sin ti?"

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Tres días después...

Laura:
Luz, que es como una hermanita pequeña para mí, despertó ayer y salió de terapia intensiva.
Además dentro de unos días empezarán a administrarle un nuevo tratamiento muy innovador, ojalá funcione.

"Familiares de la señora Sandoval? Vengo a avisarles que la paciente despertó. Sigue débil, pero está fuera de peligro. Dentro de poco pueden pasar a verla."-nos informó el doctor que atiende a Alti.

Sonreímos y nos abrazamos entre nosotros.

Ahora será duro para ella hacer las cuentas con la realidad, pero es una noticia muy buena que haya despertado.

"Yo...tengo miedo, no sé que decirle. Quiero verla pero..."

"Tranquilo Saúl. Si quieres yo voy primero, igual tenemos una plática pendiente. Yo se lo contaré."-dije.

"Creo que es mejor así, gracias Lau."

Tomé un gran respiro.
Estaba decidida a contarle todo lo que me había pasado esa noche.
Tenia miedo mezclado a vergüenza, pero necesitaba desahogarme con alguien y ella es la persona indicada, ella es la única que me puede entender.

Entré en la habitación de Alti sentándome con cuidado sobre su cama.

"Hola bonita, al fin despiertas. Nos tenias muy preocupados."-traté de disimular una sonrisa.
Empecé a jugar con su cabello para calmar un poco mis nervios.

"Acaso no sabes qué hierba mala nunca muere?"-bromeó.

"Así es, nos tocará aguantarte hasta que estés viejita. Ojalá mientras tanto se te quite lo gruñona."-sonreí de nuevo dejando pero caer una lágrima que ella se apresuró a limpiar.

"Dime...¿que fue lo que realmente te pasó ese día Lau? Sabes que puedes confiar ciegamente en mí. No te guardes todo por adentro."

"A eso vine, a contarte todo aunque me de mucha pena.
Lo que sospechaste desde el principio es cierto Alta: sí, abusaron de mí. Los dos. Repetidas veces. Como si no fueran a saciar nunca sus ganas. Me quedé sin lágrimas de tanto llorar y sin voz de tanto gritar. Les supliqué que no lo hagan pero no me escucharon. Parecía unas bestias en calor. Me golpearon para quedarme quieta mientras ellos seguían..."-suspiré.
"Me siento sucia, triste, vacía.
Sé que no es mi culpa, que tampoco es la tuya pero...esa noche te odié a ti tal y como los odié a ellos porque fue por hacerte daño a ti que me raptaron de la calle y me hicieron esto."-mi llanto se hizo incontrolable.

Sus ojos se oscurecieron llenándose de rabia, impotencia y lágrimas.

Apoyé mi cabeza en su pecho abrazándola mientras que ella acariciaba mi cabello.

"Perdóname mi niña, por favor. Yo sé todo lo que esto significa para ti, sé lo difícil que es vivir una simil experiencia. Pero tú no estás sola como lo estuve yo. Te vamos a apoyar, a cuidar, a amar. Siempre me vas a tener en tu vida y poco a poco irás superando este dolor. Vas a estar bien mi niña, vas a estar bien...." -me dijo.

Nos quedamos por muchos minutos en silencio hasta que yo decidí levantarme y hablar.

"Hay algo más que tengo que decirte. No se trata de mí."

"Mi niño...¿es sobre esto? El doctor no me dijo nada aún."-abrió sus ojos como platos y su respiración se puso muy agitada.

"Alti necesito que te tomes esto con calma. Matías...tu bebé ya no está. Lo perdiste. Las patadas que te dieron esos desgraciados lo mataron. La buena noticia es que José está preso y Braulio muerto, ya no podrá hacer más daño a nadie. Mi Alti bella...lo siento tanto, ni te imaginas cuanto!"-agaché mi cabeza.

Ella se quedó en silencio dejando fluir liberamente las lágrimas de sus ojos.

"Déjame sola por favor."

Saúl:
Entré a la habitación de Altagracia un par de horas después de que Laura había salido.
No logré encontrar el valor necesario.

La ví recostada sobre esa camilla aún pálida y débil, con las manos acariciando su vientre y unas lágrimas rodando por sus mejillas.

Se me erizó la piel y las lágrimas se hicieron presentes en mis ojos también.

Me duele haber perdido mi hijo sin ni siquiera conocerlo, pero mi dolor no es nada comparado con el suyo.

"Hasta que apareces! Eres un cobarde! Ni siquiera tuviste el valor de contármelo tú! Nunca debí haber vuelto contigo, ni regresar a México. Mi niño no está, lo mataron! Seguro a ti no te duele ni un poquito pero a mí me lo arrebataron a patadas de mi vientre Saúl, come se supera algo así!? Pero vosotros los hombres tienen sólo basura en lugar del corazón, siempre nos hacen sufrir, no les importa nada."

Me partió el alma verla así.
Esas palabras fueron como una puñalada en mi corazón.
Sin dejarla continuar me abalancé sobre ella dándole un profundo beso y luego la apreté fuerte a mi dejando que se desahogue sobre mi hombro.

"Shhhh. No tengas miedo. Llora todo lo que quieras mi amor. Grítame si esto te hace sentir mejor. Pero luego acuérdate que soy su padre y haberlo perdido me duele también, acuérdate que no todos los hombres somos iguales, que yo te amo más que a mi propria vida y no me importaría darla a cambio de que tú y Luz estén sanas y felices. Acuérdate que nuestro amor es más fuerte que todos los obstáculos que encontramos en el camino y que este amor va a sanar nuestras heridas. No puedes dejarte consumir por el dolor. Tienes que ser fuerte, yo y tu hija te necesitamos Altagracia. Vamos a salir de esta también.
Y te daré todos los bebés que quieras. Mientras tanto, cuando te recuperes, podemos empezar a hacer práctica."-limpié mis lágrimas sonriendo pícaramente.

Logré dibujar una sonrisa también en sus hermoso labios que no dudaron ni un segundo en acoplarse con los míos en un beso dulce y suave hasta que la falta de aire se hizo presente.

"Perdón por lo que dije. Sé que no es tu culpa. Gracias por estar siempre. ¿Qué sería de mí sin ti Aguirre?"

"Supongo que no seríamos nada el uno sin la otra."

Volví a besarla y luego me detuve a mirarla acariciando su cabeza y su nariz.

~Esta mujer es un ángel caído del cielo. Y es sólo mía.~ pensé.

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Este capítulo es un poco más largo, espero que les haya gustado♥️

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