Capítulo 5

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Dejo el tazón de leche encima de la mesa, agarro la mano de Abby y salgo disparada hacia la habitación. Subimos y nos sentamos en la cama con nuestras piernas cruzadas tipo indio.

- Abby, ¿qué pasó anoche? No me acuerdo de nada.

- ¿Quieres lo bueno o lo malo?

- Depende - digo mientras que ella se encoge de hombres.

- La buena es que te emborrachaste. - Me dice sonriente.

- ¿Y eso es bueno? - Mis manos vuelan por el aire en tono de frustración. - ¿Y lo malo? ¿Qué es lo malo, Abby?

- No comprendo cómo no te acuerdas. - Me responde riéndose. - Echaste un buen polvo anoche con el mayor de los hermanos Davis.

- Fuera verdad o no, dejemos este tema. - Le digo y se vuelve a reír. - ¿Debería aceptar la cita de Sam?

- Menos mal que he dicho que dejemos de hablar de este tema.

- Lo siento - dice volviéndose a reír otra vez.

Sacamos varios temas más de conversación, hasta hacerse de noche. Jane se queda a cenar y después vuelve a su casa.

Voy al baño y me ducho, me tapo con una toalla de baño y voy a mi habitación donde me encuentro con el par de gemelos, mis hermanos.

- ¿Qué hacéis aquí?

- Tenemos que hablar - me dice Dylan.

- ¿De qué? - Frunzo las cejas.

- De la fiesta - dice Jaden tajante.

- Quiero vestirme si puede ser posible. - Les digo, en cierta parte para evitar el tema de la fiesta.

Voy a mi vestidor y me pongo el pijama, después vuelvo y me siento en la cama, frente a ellos.

- ¿Cómo que ayer lo hiciste y no te acuerdas? - Me dice Jaden y su voz suena diferente. ¿Cómo cojones lo sabe?

Mis mejillas se tornan rápidamente de color rojas, esto no me puede estar pasando a mí, estos no son mis hermanos, ellos no me están haciendo preguntas incómodas de las cuales yo no recuerdo nada.

- No lo sé. Según Abby... sí, pero no me acuerdo Jaden. - Le respondo muerta de vergüenza.

- En el caso de que sí, ¿usasteis preservativo? - Pregunta ahora Dylan.

- Supongo que sí. - Le respondo no muy segura, pero rezando porque sí hubiésemos usado preservativos.

- ¿¡Cómo que supones!? - Dice Dylan, mientras sus ojos se agrandan.

- ¡No me acuerdo de nada Dylan! - Le respondo exasperada.

Mis hermanos niegan a la vez, después se van y yo me quedo sola en la habitación, de nuevo, mientras un silencio tranquilo abunda mi habitación.

Una imagen mía y de Mason corre por mi mente, cada vez van apareciendo más, hasta acordarme de la mayoría de las co

¿Bebé a bordo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora