Capítulo 38

162 18 20
                                    

Luke

No podía entrar, no podía hacerlo, no tenía el valor suficiente para hacerlo era algo totalmente imposible. Maldecí por lo bajo. Tenía que hacerlo, habían pasado seis años, pero era como si no hubieran existido.

La gente pasaba, era gente que nunca había visto en mi vida y gente que definitivamente tenía dinero. Todos llevaban presentes para los novios e incluso eran su tema de conversación.

Sentí náuseas.

Respiré hondo varias veces tratando de tranquilizarme. No lo pensé más y caminé hasta que quedé en la puerta de aquel lujoso lugar, pude divisar a Carter quien estaba a un lado de las damas de honor e incluso estaba Evan charlando con una chica pelirroja.

Retrocedí involuntariamente.

—Simplemente tienes que poner un pie dentro, no tiene mucha ciencia —habló la voz de una chica.

Me gire a verla topándome con dos ojos azules que lucían cansados e incluso estaban enrojecidos, la chica sorbió su nariz sin dejar de mirar hacia adentro lugar donde se encontraba Harry con un traje completamente extraño en espera de Blake.

—Lo dejé ir —masculló la chica dándole una calada a su cigarrillo.

Me lo tendió y negué.

—No fumo.

—Es una delicia —indicó. —No entiendo que tiene Mad Max, es escuálida y carajo, no puedo encontrarle defectos —se maldijo y cubrió su rostro por un instante.

—¿Mad Max?

—Por su cabello, ya sabes Charlize Theron sabes olvídalo, es algo idiota —se rio sin ganas y siguió fumando. —Es solo que, me di cuenta muy tarde de cuanto lo necesito y de que él es el hombre de mi vida —una lágrima escurrió por su mejilla, pero inmediatamente la limpió. —Pero ahora está siendo feliz con alguien más y no lo culpo por ello.

—Yo también la dejé ir —indiqué haciendo que soltara una risa sarcástica. —Pero lo hice porque la amo.

—¿Por qué tenemos que amar sin ser correspondidos? Deberíamos amar y ser correspondidos.

—Eso sería muy fácil —respondí sin ganas. —Y nada en esta vida lo es.

—¿Estás escuchándote? Mierda, el amor de tu vida está casándose con otro hombre —señaló con obviedad.

—Lo sé.

Me miró sin poder creerlo, después posó su mirada hacia dentro y después hacia mí por más de tres veces seguidas.

—No puedo quedarme, no puedo —suspiró.

—No es necesario que estés aquí —soltó una carcajada.

—Ni debería estar aquí —se encogió de hombros. —Sabes, deberíamos salir —me dijo la chica mientras se alejaba de mí.

—No lo creo.

Soltó una risa.

—Robin.

—Luke —contesté.

—Lo sé, eras el gran rival de Harry como no saber de ti —se rio. —Si, aunque no estuvieras aquí eras un gran pilar para él.

—Yo...

—Mad Max siempre te recordaba y eso lo mataba —se encogió de hombros y me dio la espalda. —Hasta que un día dejó de hacerlo.

—Yo nunca podré dejar de recordarla.

—Lo sé.

Sin decir más comenzó a alejarse de mí y de aquel lujoso lugar en el cual nuestros amores estaban contrayendo matrimonio.

Hotel California |l.h|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora