1. Emmy

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- Hoy es tu primer dia de trabajo, no?- preguntó Abi a mi lado- Tierra llamando a Emmy- volvió a llamarme dando un pequeño golpe a mi mejilla y alejándome de mis pensamientos.

- ¿Que?- pregunté regresando a la realidad. Ella soltó una risita burlándose por mi tonta reacción.

- ¿Que si hoy empiezas tu trabajo?- repitió con una sonrisa.

- Si. Ya sabes, en la cafetería del parque.

-Nunca he ido.

- Ni yo, pero pase por el lado y ponía un cartel de que necesitaban camarera y yo necesito ahorrar para la universidad- y era verdad, el dinero no crecía de los árboles y a mis padres les venía muy justo pagarme la universidad. La dura vida de una persona de clase media.

Abi se giró hacía la puerta del instituto y un coche se detuvo justo delante de esta. Una sonrisa se instaló en el rostro de la rubia, su novio había venido a por ella.

- Mucha mierda- dijo levantándose del banco que estábamos sentadas- Yo me voy con Matt- se acercó nuevamente a mi, dejándome un beso en la mejilla, como hacia siempre a la hora de despedirse- Hasta mañana.

- Adiós- observé como se alejaba y se tiraba en brazos de su novio, Matt, no lo conocía mucho pero hacía feliz a mi mejor amiga y eso me bastaba. Conocía a Abi desde los tres años, habíamos ido a la misma clase desde primaria, 11 años juntas, y desde el primer momento que la vi fuimos inseparables. Peor que la uña y la carne según los profesores.

Me levanté del banco dejando escapar un suspiro. Saqué el móvil y me miré reflejada en el. Quería dar una buena impresión el primer día de trabajo, las primeras impresiones siempre eran las más importantes. Con esto en mente empecé a caminar mientras repasaba una y otra vez mi presentación pero cuando me di cuenta ya estaba parada enfrente de la puerta y a penas me acordaba del pequeño discurso que había estado preparando toda la semana.

Me arreglé mi cabello un poco y tomé aire. Leí el letrero de mi próximo trabajo. La cafetería Roque, alias la cafetería del parque, que era así como todos los de nuestra generación la conocían y la razón era bastante obvia, estaba al lado de un parque.

Volví a tomar aire antes de coger el pomo y entonces la puerta se abrió, portazo que me llevé en toda la nariz.

Me toqué la cabeza maldiciendo a la persona que había abierto la puerta ¿No podía ver a través del cristal? Y cuando levanté la vista vi a unos ojos verdes mirándome con muchísima preocupación.

-Lo siento ¿Estás bien?- preguntó, el chico tendria que ser mas pequeño que yo, con sus granos tipicos en la adolescencia que ocupaban un poco su frente y un poco de vello en la cara. El ojiverde notablemente preocupado dejó la bolsa de basura en el suelo y acercó esa mano a mi cabeza. Yo inmediatamente me alejé unos pasos. No pensaría tocarme con esa mano que estaba sujetando la basura, no?

-Si, estoy bien...- dije sobando un poco el lugar del golpe, ya tenía un pequeño bulto- ¿Trabajas aquí?- el asintió- Mucho gusto soy Emmy. Soy nue...

- ¿Tu eres la nueva? Entra, entra- el chico abrió la puerta invitándome a entrar. En la cafetería había bastante gente. Como el comercio llevaba toda la vida aquí, su clientela ya era prácticamente fija, a eso tenías que sumarle todos los padres que a diario llevaban a sus hijos al parque y paraban a tomarse algo.

-Jefe, la nueva - avisó el muchacho cuando se acercó al mostrador para luego salir por la puerta con la bolsa de basura- Adiós, chica nueva.

Entonces apareció un hombre de más o menos 50 años, lo reconocía, el era el que me había hecho la entrevista un par de semanas atrás.

Ahora ya te conozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora