La Sombra del Coloso

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Sebastián llegó a la casa de su difunto amigo lo más rápido que pudo, comenzó a correr con el corazón en un puño hacia la entrada. La madre de Joaquín lo estaba esperando.

-Sebastián, cariño ¿que pasa? te veo muy preocupado - dijo Verónica

- Señora, necesito ver la playstation 4 de Joaquín, usted me dijo que en estos días él estaba jugando un videojuego - le comentó Sebastián recordando la conversación telefónica que habían tenido minutos antes.

- Así es cariño, la consola está arriba en la sala de estar, por favor pasa - Verónica lo invito a pasar con el tono más dulce que pudo utilizar.

Sebastián entró a una pequeña salita, donde se encontraba una TV pantalla de plasma de 43 pulgadas, una consola negra de PlayStation 4 y una carátula de un videojuego abierta. El juego se llamaba "La sombra del Coloso".

Sebastián abrió la caja del juego, pero se encontraba vacía. Pensó unos 10 segundos en donde podía estar, hasta que prendió la consola y apareció el menú de inicio en la pantalla. Buscó como iniciar el juego para ver si este tenía relación alguna con la muerte de Joaquín. Finalmente encontró la aplicación y puso" iniciar".

El videojuego comenzó de manera simple, aparecía una escena en donde se encontraba el guerrero portando un arco y una extraña espada montando un caballo en una tierra basta y amplia. Esta tierra tenía praderas, bosques y hasta estructuras de piedra que fueron creadas por el hombre. El guerrero luego de caminar por un sendero, llegó a un puente gigante de piedra en donde conducía a un templo. Sebastián observaba esta secuencia con detenimiento para no perderse ningún detalle.

El guerrero con su caballo finalmente entraron al templo y luego descendieron unas escaleras para finalmente llegar a un altar donde una luz reflejaba la base de este. El guerrero descendió de su montura y tomó un saco que traía entre sus piernas y lo dejó en el altar. Cuando estuvo bien colocado, el hombre abrió el saco y lo arrojo lejos, dejando a la vista a una joven muchacha de piel tan blanca como las perlas. Tenía el cabello largo, liso y negro, era delgada de nariz respingada y tenía un cintillo de color zafiro. Sin embargo, parecía que estuviese dormida, ya que en ningún momento se le vio abrir los ojos.

De pronto la luz que reflejaba el altar se puso más intensa y el cielo se oscureció para luego dar inicio a una tormenta eléctrica. El guerrero se sorprendió, pero mantuvo la compostura y valientemente sacó su espada y la mostró al cielo, en ese momento una voz misteriosa que sonaba como una mezcla entre hombre y mujer habló.

-Mmmm, parece ser que tienes la espada antigua - habló la voz

-Eres Dormín - contestó el guerrero

-Así es somos aquellos que llaman Dormín, ¿Se puede saber qué haces tú en estas tierras tan olvidadas y lejanas? - lo increpó Dormín

El joven mirando a la muchacha dijo -Fue sacrificada por tener un destino maldito, Por favor, te pido que le devuelvas su alma -

-Hahahaha, ¿el alma de esa doncella?, las almas no se pueden recuperar ¿No es esa la ley de los mortales? Pero con esa espada... quizás sea posible - propuso Dormín.

- Haré lo que sea - le respondió el guerrero con ímpetu.

- Contempla el pasillo y sus paredes ¿Ves a esos ídolos replicados como estatuas? Tienes que destruirlos todos. Pero no pueden ser destruidos por alguien mortal - sostuvo Dormín

- ¿Entonces qué hago? - dijo el guerrero algo preocupado

-En esta tierra hay colosos que encarnan a estos ídolos, si derrotas a esos colosos los ídolos caerán. Pero te advierto el precio a pagar puede ser muy caro - le conto la voz.

-No me importa - dijo el guerrero

-Muy bien, proyecta tu espada hacia la luz, ahí estará el primer coloso al que debes vencer - finalizó Dormín.

Sebastián pausó el juego, estaba totalmente sorprendido por lo que acababa de ver, la carta que su amigo había escribido era una clara referencia al juego. La "tierra lejana", era aquel lugar donde estaba el guerrero, "los seres creados por luz" era Dormín y probablemente los Colosos que serían los antagonistas del juego, la "doncella", era aquella muchacha que estaba muerta en el altar, y claramente la última frase de la carta ("alguien puede recuperar las almas de los muertos") era el deseo del guerrero. Sebastián supo en ese momento que solo jugando el videojuego podría llegar a más pistas. Sabía que Joaquín relacionaba el juego con su vida cuando leyó el primer párrafo de la carta y, al parecer era a lo único que se dedicaba en sus últimos días. Tal vez la respuesta a su muerte tenía que ver con el videojuego, pensó Sebastián. 

Punto CeroWhere stories live. Discover now