Mañana.

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Pero si me pongo a pensar, ya lo habíamos hablado, siempre me lo mostraste, siempre estuvo ahí, pero yo no quería verlo, nunca me di cuenta, debí poner más atención, debí recordar que tú eras libre.

Miercoles. 16 de Abril. 6:56 P.M.

Estábamos de regreso, todo parecía estar bien; Pero nunca hablamos de eso, nunca pregunté, ¿habría cambiado algo? Ya no importaba, en el momento lo único importante era tu sonrisa al terminar ese extraño té.

"Para ti ¿Qué es la libertad?" Ahí estaba de nuevo.

"No lo sé, poder elegir sobre ti misma." Me encogi de hombros mientras hablaba sin levantar la vista.

"Pero entonces ¿Eres realmente libre?, ¿Qué hay de las responsabilidades?, ¿Puedes realmente elegir?, ¿Puedes realmente ser libre? ¡No! Al menos no mientras te sientas atrapada, ¿Cierto?" Podía sentir distintas emociones en tu voz pero no logre identificar una en específico.

"Supongo que tienes razón, a veces es algo complicado." Respondí sin pensarlo mucho.

"A veces... sería bueno poder escapar." Con una sonrisa te levantaste y me tomaste de la mano.

Después de pagar salíamos de la cafetería y aunque te hice mil preguntas no respondiste ni una, sin soltar mi mano seguías caminando con una sonrisa y después de 30 minutos andando te detuviste frente a un edificio.

"Espera aquí." Me señalaste antes de acercarte al guardia frente a la puerta.

Desde mi lugar no podía escuchar lo que decían pero el guardia sonreía lo que entendí como una buena señal, intercambiaron un par de palabras y sonrisas más antes de hacerme una señal para que te siguiera, al llegar a tu lado el guardia abrió las puertas y nos dejo entrar con un "buenas noches" al que no alcancé al responder ya que casi me arrastrabas por el pasillo lleno de cuadros e instrumentos.

"Esta es una de las pocas cosas que mi padre hizo bien; Entre semana solo esta abierto por las mañanas, ahora mismo solo hay un par de guardias, pero no te preocupes ellos me conocen, vengo más seguido de lo que me gustaría admitir ante mi padre, ven por acá" Caminamos a una de las habitaciones.

Era un cuarto grande, había un piano en el centro y un par de teclados y bancos al rededor de el, más adelante había también un par de guitarras, entre otros instrumentos; Por lo que asumí que aquí se daban clases de música.

"Nunca me hablaste de este lugar."

"No te hablo de muchas cosas, lo sé, tengo que mejorar en eso." Hablaste mientras te acomodabas frente al piano.

Tocaste un par de notas, te veías tan concentrada que no me atreví a decir nada, no quería interrumpir, decidí seguir observando en lugar, entonces las notas se volvieron melodías, Después en una versión a piano de "From eden" de Hozier y tu voz tal vez no era la más impresionante pero seguía siendo hipnotizante.

Tocaste un par de canciones y no hacía otra cosa que no fuera aplaudirte, elogiarte, y caer un poquito más por ti; Fue a mitad de "I know places" de Taylor Swift (a petición mía) que dejaste de tocar.

"Si no querías tocar a Taylor Swift pudiste decir que no y listo." Me reí.

"No es eso." Sonreiste también. "Lo siento, pero se me vino una idea a la cabeza... Pero, tenemos que irnos ahora." Te levantaste, sacaste tu teléfono y empezaste a mandar un par de mensajes mientras me tomabas de la mano para salir.

Te despediste del guardia y me acompañaste a casa, no soltaste el celular en todo el camino, tampoco me dijiste cual era la idea, "Es una sorpresa" decías.

"Te veo mañana después del trabajo, yo voy por ti, espérame." Besaste mi frente. "Y no hagas más preguntas, anda a dormir."

"Bien, te veo mañana."

Un beso.

"Nos vemos mañana, princesa."

Esa noche, por primera vez, dormí sin la duda sobre si te volvería a ver, esa noche dormí felíz, con la promesa de un buen día por venir.



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