Mi Huracán De Felicidad [Terminada ✔]

Cpt. 04- Sebastián.

Narra Karol

Había venido a un parque para comer un helado, el parque estaba cerca a casa, solo por unas cuadras, así que pude venir sola. Cuando vi este parque hoy cuando iba al instituto, me gustó, y recordé las veces que paseaba en el parque cerca de mi casa. Sinceramente, sentí nostalgia.

El semáforo está verde para los coches a si que espero. Cuando el semáforo se pone en rojo escucho un estruendo. Volteó y abro mucho los ojos al ver una moto chocando con un coche.

Y yo como buena cotilla que soy, voy a ver.

Pero ¿saben? La moto me hace pensar en alguien. Rugge ¿Dónde estará él ahora? Debe estar con esos chicos que vimos hoy. Es lo más probable.

Cuando llegue ya hay mucha gente amontonada y murmurando, y otras llamando a una ambulancia, espero.

Me hago espacio entre la gente y me quedo en un tipo shock. Un suspiro entre cortado sale de mi boca al tiempo que siento una lágrima caer por mi mejilla.

¡Es Rugge!

—¡Rugge! —grito al tiempo que estoy tirando mi mochila al piso para correr hacia él.

Me pongo que rodillas y su cabeza en mis piernas.

Miles de preguntas llegan a mi cabeza, pero la más importante:
¿Estará muerto?
Oh, no, Dios, eso no.

Miró la moto, esta está destrozada. ¡Chispas!

Por suerte, puedo ver su celular un poco cerca. Me estiro un poco y lo tomo, tiene la pantalla rota. Lo guardo en mi bolsillo.

—Rugge —lo llamo golpeando levemente su mejilla— Despierta, vamos.

El sonido de una ambulancia se cuela en mis oídos y alzo la mirada. Hay unas personas vestidas con ropa blanca y raen una camilla.

—¿Lo conoce? —me pregunta uno de ellos, por lo que yo asiento—, Entonces venga con nosotros.

Vuelvo asentir viendo cómo suben a Rugge a la camilla. Tomo mi mochila y subo tras ellos.

Le han puesto un inhalador en la boca, y uno de los enfermeros le revisa.

¡Su Nana! Debe estar preocupada.

El celular de Rugge está destrozado así que... ¿tendrá su agenda de contactos en su SIM?

Abro el cascarón del celular y saco la memoria, luego tomo el mío y hago lo mismo que al celular de Rugge.
Guardo mi tarjeta de SIM en un mini bolsillo de mi mochila y pongo el de Rugge.

Lo enciendo y busco en contactos.
¡Que suerte! Tiene la lista de contactos aquí.

Busco en nombre "Nana" y lo encuentro.

Cuando me contesta le pido que no se angustie con lo que le diré, luego le digo lo de Rugge. Escucho como solloza y me pregunta a qué hospital vamos, y yo tipo no se. Le pregunto al enfermero que va a mi lado y el me dice, le digo a Nana y queda en venir.

Luego llamo a mis papás, porque sino se arma la tercer guerra mundial con sus preocupaciones, pues según ellos dicen que soy su única hija, oigan ¿Y donde queda Jorge? ¡Por Dios!

¿Pero sabes que más? Mi padre dice que como soy una "niña" tengo que casarme a los treinta y siete años y llegar virgen —sigo siendo— al altar.

Pero lo que ellos no entienden es que tengo diecisiete. Soy una adolescente de diecisiete años muy madura que le encantará mirar Peter Pan, ver la Cenicienta, la Bella y la Bestia, comer Nutella a montones, que sueña con encontrar un clóset para poder ir a Narnia como Lucy, la muy condenada tiene suerte, sería genial ir a Narnia y conocer a Aslan. Ese León es fantástico.