Seducción.

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"Tu dolorosa, pero dulce paradoja
Tu ironía, tu propia existencia
Cuando me derrito y la bebo
Finalmente, lo que nos va a
absorber, la sexualidad"
—Sexuality, SHINee—

Después de una ducha fría me vestí mirando mi reflejo en el espejo, saque de mi maleta mi perfume favorito, el mismo que había usado cuando me entregue por primera vez en los brazos de Choi Minho, y como dicen que el olfato es un de los mejores sentidos, te traen a la memoria recuerdos, sin importar que sean bueno o malos, los hace venir a ti.

—¿Estas seguro de esto Tae? —me pregunto Kibum entrando a la habitación donde me quedaba.

—Bastante, jamás en mi vida me había sentido tan seguro en algo. —respondi  viéndome a mi mismo.

No reconocía el reflejo de quien veía, una sonrisa se asomo en mi, Minho me transformó en alguien despiadado, me acerque a Kibum quien sostenía a Suyhon, mi hija dormía en tranquilidad, bese su frente y acomode su cabellera.

—Cuida bien de ella. —le pedí a mi amigo.

—No tienes que decirlo, esta en las segundas mejores manos que podría estar, las primeras son las tuyas. —comento Kibum dándome las llaves de su auto.

—¿Vas a algún lugar? —me pregunto Jin entrando a la casa.

—De de hacer algo. —respondi pasando   por su lado brindándole una sonrisa viendo como el hacia lo mismo.

Por lo que investigue Minho   aún   vivía en nuestra antigua casa, no se había mudado, y de hacia un tiempo pasaba la mayor parte del tiempo allá, conduje hasta aparcar delante, viendo como regaba las plantas y se sacudía las manos cuando se le humedecieron, que curioso verle hacer eso, cuando muchas veces corto las rosas que plante con tanto amor.

—Hola. —salude desde la reja.

El me miró y se sobresalto, su mirada se iluminó al ver. ¡Ja! Que buen actor, fingiendo emoción.

—¿Taemin? Ven pasa, es grato tenerte aquí ¿Vino Suyhon? —pregunto con más emoción.

—No, ella se quedó con Key, vine solo. —respondí  mordiendo mi labio fingiendo inocencia.

Vi sus ojos agrandarse   ante mi gesto.

Entre en la casa que fue mi hogar durante mucho tiempo, sin pedirle permiso, ya no era el mismo sumiso que todo le daba miedo, lo sentí caminar detrás de mí.

—¿Qui-quieres algo   de tomar? —me preguntó con nerviosismo.

Tome un respiro antes de girarme, sabiendo lo que haría, esperando no arrepentirme después.

—Sí, quiero tomar algo. —susurre  acercándome a el tomando sus labios en los míos.

Al principio se tenso  con sorpresa, le tomó  segundos reaccionar y besarme con  desesperación, irradiaba anhelo, y yo solo deseo, mataría dos pájaros de un mismo tiro, me sacaría y lo llevaría al cielo, para después dejarlo caer de golpe y sienta los va y vienes que deja el desamor.

Sujetó mi cintura y me atrajo a el, coloque mi mano en mi su pecho y aleje mi cabeza para estudiarlo, su mirada me de confuso  ¿Qué era lo que veía? ¿Amor? ¿Deseo? No quise averiguar volví a besarle sintiendo su respuesta, su ereccion  contra la mía, me frote en él,  haciéndolo gemir.

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