TRAICIÓN (PAUSADA)

11.- Es por Karol, ¿no?

Ruggero

¿Amor?

A quien demonios le decía amor, estaba claro que al amor de mi vida y esa es Karol, pero evidentemente esa no es una buena respuesta para, Carolina.

—¿Y bien?— no sé si exigió que le dijera o más bien me preguntó.

—Eh a-amor?— ¿tartamudear? ¿En serio Ruggero? —No recuerdo haber dicho amor.

—Yo escuché bien Ruggero— aseguró está vez más firme, —¿Y bien a quién se lo decías?— la escuché irónica.

—A un amigo— fue lo único que pensé. Caro, puso una cara que ni les cuento, no sé si estaba confundida o asombrada, no pienses mal, Carolina.
—Pero no le dije amor, claro—, ella soltó un suspiro.

—¿Entonces que le dijiste?— preguntó más tranquila.

—Pues,— está si es una buena idea: —que tenía CALOR, además, ¿qué hacías espiándome?— intercambie los papeles

—¿Y tu por qué fuiste al baño para hablar?— se defendió.

—Porque no me dejabas escuchar, voy acostarme, Carolina, realmente tengo sueño.

Fastidiado por todo. Con Karol salió mal, ella pensó cosas que ni siquiera podían haber pasado, al menos no desde que ella apareció en mi vida. No sería capaz de tocar a Carolina, sabiendo que Karol está dando todo por mi y yo lo estoy haciendo por ella, estamos arriesgando demasiado para tan poco, para huir de todos y vivir nuestro amor a escondidas, como amantes, porque eso es lo que somos, amantes, que traicionan sin piedad, pero está vez es diferente.

Sumergido en mis pensamientos pronto el sueño me ciega, no sé cuándo he dormido y ya es de mañana.

Me estiró un poco antes de levantarme de la cama, Carolina aún dormida se queja.

La ignoro y me levanto lo más despacio posible, necesito hablar con Karol, tengo que aclarar lo que pasó, debe estar furiosa ayer no pude llamarle.

—¿A dónde vas?— pregunta soñolienta.

—Ya me voy a levantar.

—¿Qué hora es?— no le respondo pues ella misma ve la hora en su celular, — ¡Cielos ya es tarde!

¿Tendrá algo que hacer?

Carolina y yo miramos hacia la puerta, espero que se abra, más no lo hace, siguen tocando y puedo adivinar que es, Agustín.

—Despierten Dormilones. —grita desde afuera.

Suelto una risita que se que él puede escuchar y le grito un "ya vamos" de igual manera.

—Nos preparaste el desayuno, ¿no?

—Por supuesto, patrón.

Extrañaba tanto a mi mejor amigo.

Mientras charlo con él, observo a Carolina levantarse de la cama e ir al baño, luego de unos minutos sale lista y fresca para empezar el día, despido a Agustín de mi puerta para alistarme.

Una ducha rápida + lo habitual de las mañanas y estoy listo. Unos jeans y una camisa playera son mi estilo de hoy.

Muero de hambre, estoy por bajar pero recuerdo lo importante que tenía que hacer: llamar a Karol.

¿Por qué no me contesta?

Ahhh maldición.

Hasta que por fin.

Por fin pude comunicarme con ella -luego de marcarle mil veces, claro-  le expliqué lo de anoche y creo que entendió. Lo único que me pidió fue que fuera a verla, me extrañaba y necesitaba de mi en estos momentos y yo igual. El problema es, ¿que escusa inventó para salir? ¿Agus y Caro solos otra vez? Deben aburrirse.