Capitulo 4

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Al otro día llegué un poco tarde a la escuela y tuve que correr hasta mi clase de geometría a toda velocidad y prácticamente azoté mi puño contra la ventana de la puerta.
-Ya es tarde, señorita Chase.-Dijo el maestro.
-Lo sé, pero ¿Aún tengo mis 15 minutos de tolerancia?-el maestro miró su reloj y después me vio a mí y se apartó de la puerta para dejarme pasar.
-La dejo pasar solo porque las calificaciones excelentes son una constante en usted.
El único lugar disponible era al lado de Rachel y Reyna, miré a Piper desde el otro lado del salón y me echó una mirada de comprensión y una cara triste. Traté de ignorar lo mejor que pude a las dos y anotaba cosas en mi libreta, el tema estaba verdaderamente fácil así no tenía mucho problema y al parecer Rachel sí, Reyna estaba tratando de explicarle a Rachel pero entre las explicaciones hacían bromas y en una de ellas Rachel soltó una carcajada y el maestro se volteó y la fulminó con la mirada.
-Señorita Dare, si vuelvo a escuchar otra de sus risas la mantendré en detención una semana.-Rachel no dijo nada y el maestro siguió escribiendo pero Reyna se acercó y le dijo:
-Deberían de mandarte a detención.-Rachel vio a Reyna con los ojos bien abiertos y llenos de dudas y Reyna soltó un suspiro.- Percy está en detención, es tu oportunidad de pasar tiempo con él.-Le guiño el ojo y siguió escribiendo en su libreta.
-Es cierto, Percy tiene una semana de castigo-Dijo Rachel con una sonrisa.
-De hecho ahora son tres-murmuré inconscientemente y Rachel se volteó hacia mí con los ojos abiertos.
-¿Dijiste algo, Annabeth?-sus ojos verde brillante estaban fijos en mí.
-No, no he dicho nada ¿Debería de aportar algo a tu conversación?-dije con todo el descaro de mundo y Reyna se volteó hacia mí.
-Realmente no, Annie-el “Annie” lo dijo con tono despectivo- No podrías saber nada sobre lo que hablamos, vamos, es Percy Jackson, no creo que tengas la más mínima idea sobre su vida.
-La vida puede darte muchas sorpresas, Reyna. Muchas.-Dije mientras sonaba la campana y recogía mis cosas.
Piper estaba en la salida esperándome, y me sonrió cuando llegué.
-Ayer te hablé, como a las 5 de la tarde y no me contestaste.
-¡¿Me hablaste?! ¡Rayos! No estaba en mi casa.
-¿Saliste con alguien? ¿Con quién?- caminábamos hacía los casilleros y llegamos al mío y empecé a buscar mi libro de historia-¡Annabeth! Contéstame.- Piper estaba mirándome fijamente en busca de respuesta.
-Con Percy, me quedé con él hasta las 8 de la noche.
-Espera ¡¿Qué?! Y ¿Pasó algo? ¿Cómo lo soportaste? Digo, a mí me cae bien pero a ti no te cae taaaaaan bien que digamos.
-Pues, es buena persona, me empieza a caer bien- no quería profundizar en el tema porque de seguro me iba a cuestionar TODO el día.- Realmente no lo tuve que soportar, me la pasé bien con él.
-¿Y por eso Reyna y Rachel te hablaron? ¿Para advertirte que te alejaras de su próxima víctima?
-Jajajajajajajaja. No, ellas no tienen ni idea que estuve con Percy.
-¿Quién no tiene idea de que estuviste conmigo?-Una voz llegó por detrás de mí oreja y obviamente era Percy, llevaba una playera de rayas negras con blanco y sus ojos verdes brillaban más que otros días.
-Tu novia y su amiga, Jackson. Creo que me matarían si supieran que estuve un rato contigo ayer.
-¿Mi nov…? Ah… te refieres a Rachel ¿No?-Rodó los ojos- ya te he dicho, Annabeth. No es mi novia y no creo que lo sea algún día.
-¿Ah sí? Creo que deberías informarles, ella está más que segura que eres su propiedad. –le dije y soltó una carcajada.
-De acuerdo, de acuerdo ¿Dónde estabas en la mañana? Te busqué aquí, en tu casillero y no te encontré, ni cuando sonó la campana.
-Llegué muy tarde.
-Annabeth -Piper me jaló el suéter- tenemos clase.
-Hola, Piper – Percy le sonrió- ¿Qué clase tienen?
-Historia- respondimos las dos al unisonó.
-¿En qué salón?
-en el 54- contestó Piper - ¿Has visto a Jason? –Los ojos de Piper eran brillantes naturalmente pero cuando Jason era el tema sus ojos casi se podrían usar como lámparas en la oscuridad.
-Ah… que chistoso, porque hoy me preguntó por ti. Si no he entendido mal ahorita tiene historia también.
-¿Preguntó por mí?- Ahora sí, sus ojos brillaban de un modo espectacular- Se nos hace tarde para historia, Annabeth.
-Adiós, Percy. Te veo en detención. –Dije mientras agitaba mi mano libre en forma de despedida.
-No, no. Te acompaño a tu salón, tengo ecología en el salón 57.
-De acuerdo, pero apúrate que no quiero otro retardo el día de hoy.
Piper movía el pie ansiosa y cuando nos pusimos en marcha ella caminaba más rápido que nosotros dos, prácticamente corría. Y efectivamente ahí estaba Jason, con su expresión calmada como siempre, sentado al lado de la ventana. Piper se sentó paralela a él pero del otro lado del salón, se sentó y abrió su libreta y justo cuando ella sacaba una pluma de su mochila Jason volteó hacía la puerta y vio a Piper y sus ojos se abrieron como platos y sonrió muy discreto.
Mientras yo veía la escena Piper/Jason Percy estaba a mi lado checando mi libreta de historia.
-Este edificio ¿Lo hiciste tú? – era un boceto a lápiz del Empire State con algunas modificaciones.
-sí, lo hice yo.-Y sonreí apenada, no estaba  acostumbrada a que la gente viera mis bocetos.
-me habías dicho que te gustaba la arquitectura.-me devolvió mi cuaderno.-Dibujas muy bonito, Annabeth. Me tengo que ir a Ecología, adiós. – pasó su mano por mi cintura antes de salir corriendo hacia el salón 57.
Por alguna razón me quedó la sensación de su mano en mi cintura durante toda la clase. Tenía dos horas seguidas de historia, ahora veíamos las mitologías. Jasón era realmente bueno en la romana y Piper y yo éramos bastante buenas en la griega. Mi diosa favorita era Atenea y la de ella Afrodita, aunque no lo mencionaba en voz alta porque Drew había hecho un gritito de emoción cuando la maestra de historia había mencionado a Afrodita.

Nuestra tarea era hacer una investigación de nuestro Olímpico preferido y dar razones por las cuales era nuestro preferido, así que todos estaban fascinados con la tarea.
Cuando estábamos en la cafetería Piper y yo estábamos sirviéndonos lo que íbamos a comer y justo cuando íbamos a la mesa Drew le tiró la charola a Piper de un manotazo y Piper se volteó y la fulmino con la mirada, se sacudió el polvo de cereal de la blusa y se dio vuelta hacia la barra para volver a agarrar su comida.
-¿Es todo lo que vas a hacer?-Gritó Drew- ¿O me tienes miedo?- Piper rió y se volteó, su semblante era retador pero tranquilo.
-Más bien, no pienso seguir mal gastando mi tiempo en ti.
-Típica excusa de los débiles- dijo Drew pavoneándose.
-Más bien, es el argumento de la gente con cerebro. Aunque claro, tú jamás podrás saber que se siente tener un cerebro- Le sonrió y se volteó hacia la barra y justo cuando ella deslizaba su charola Jason llegó y puso su charola junto a la de Piper. Drew los vio y se dio vuelta hacia su mesa con la poca dignidad que le quedaba.
Me senté y empecé a comer y cuando quería ver si Piper ya venía vi a Percy con Rachel colgada de su hombro y él tenía una mirada neutra y en eso lo salude desde mi mesa y su mirada se volvió incomoda y me sonrió de la misma manera y movió su hombro para tratar de zafarse de Rachel. Piper se sentó a mi lado y Jason se sentó con ella,  Piper tenía la sonrisa más brillante del mundo y Jason parecía nervioso.
-Vaya argumento que hubo entre Piper y Drew ¿no?- Era Leo Valdez, se había sentado a mi lado.
-Fue increíble ver la cara de Drew.-Reí y Leo también.
Leo me empezó a preguntar sobre unas cosas de materiales y de planos sobre cosas que le gustaba construir y nos enfrascamos en una buena conversación. Mucha gente creía que Leo no era muy inteligente porque era la persona más distraída del mundo, incluso más que Percy, pero Leo sí era inteligente y bastante, solo bastaba con prestarle la atención suficiente para percatarse de ello.
Me fui caminando a mi salón de Química y Leo me acompañó porque su mejor amigo (Jason) estaba bastante desconectado del mundo al igual que mi mejor amiga.
Llegué a tiempo, bastante a tiempo a mi clase, así que pude sentarme donde quería, o sea al lado de la ventana. La clase pasó sin que la sintiera y tampoco presté mucha atención, estaba viendo hacía la cancha de deportes, ahí estaba Percy corriendo por todo el circuito y como siempre, iba hasta adelante sin perder el ritmo.
Las demás horas pasaron igual salvo por el hecho de que Rachel logró ser castigada por una semana con el maestro de literatura y Percy llegó tarde y se sentó al otro lado del salón así que no platique con él pero vaya que Rachel sí lo hizo.
Cuando terminó literatura ya eran las dos y Percy estaba en la puerta esperándome.
-¿Por qué me has ignorado todo el día, Annabeth? Esperaba hablar contigo en el almuerzo pero estabas muy enfrascada en tu conversación con Leo Valdez- me lo dijo en tono de reproche y ¿Eso eran celos? Encantador.
-No te he ignorado, pero tú estuviste mucho rato con Rachel y…
-Y pudiste haberme salvado si tuvieras un corazón bondadoso.
-¡¡YA ENTENDI!!
-Te lo perdonaré solo porque te ves realmente bien hoy.-sentí la sangre subir a mis mejillas y sonreí hacia el piso.
-De acuerdo pero tengo una duda ¿No te cae bien Rachel?
-Me cae muy bien- dijo de inmediato y sentí una ligera punzada de ganas de matarla- pero como amiga ¿Me explico? Es algo incómodo que me abrace tanto o que quiera estar todo el tiempo conmigo. Si fuera tú no me molestaría en lo absoluto pero… nada, olvídalo.- se calló abruptamente y sus mejillas se tornaron rojas
-Pero ¿Qué?-pregunté. Si fuera yo…
-Nada, olvídalo, es una tontería.
-Viniendo de ti no me sorprendería,  sesos de alga.
-Silencio sabihonda que yo no fui la causa de nuestro castigo.
-Si no te hubieras sentado a mi lado...- Me vio con mirada resentida y le sonreí.
-Hola, Percy- Era la voz de Rachel desde atrás de él.
-Hola, Rachel- La saludo con la mano.
El señor Solace abrió la puerta del salón de detención y nos indicó que pasáramos, para eso Rachel ya estaba colgada de la cintura de Percy así que no pensé y tomé la mano de Percy.
- Vamos- Le dije con una sonrisa y él se deshizo del agarre de Rachel y respondió mi gesto con su mano.
-¿Qué fue eso?- Preguntó Percy en un susurro una vez que ya estábamos sentados, él se había sentado justo atrás de mí.
-¿Querías zafarte del agarre de Rachel o no?
-¡JACKSON Y CHASE! ayer les repetí que si seguían hablando les iba a aumentar el castigo ¿Quieren el mes entero?
-Lo siento, señor Solace.-Dijo Percy.
Rachel nos miraba desde su silla como tratando de identificar que pasaba entre Percy y yo y cuando salimos ella se fue sin siquiera voltear a vernos, Percy y yo observamos cómo se iba hacia el estacionamiento a paso verdaderamente rápido.
-Me has salvado, Annabeth, en serio, gracias- me abrazó por los hombros y me dio un beso muy fuerte en la mejilla.
-No hay de que, Sesos de alga. Ahora suéltame que me asfixias. –En ese momento volteé hacia mi casillero y ahí estaba Reyna, en medio del pasillo con cara de shock.

Déjame demostrarte que puedo ser un caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora