Suspiré, las manos me temblaban. Me había hecho una cola de caballo porque no toleraba el calor que sentía en el cuello, a pesar de que tenía la piel de gallina. Había llevado un tiempo ciega, pero no iba a dejar que me sigan tomando el pelo.
El hermano de Zara estudiaba abogacía con Brook, y ella me acababa de mandar un mensaje diciendo que había visto a mi novio en el patio de la universidad, acostado en el pasto, con una rubia abrazada a él.
Ahora yo estaba en la puerta del edificio, admirando la construcción, aún no estaba lista para entrar. La relación que teníamos con mi chico se había desmoronado en días. Había tomado un solo fin de semana destruir un noviazgo que llevaba años, y que en un momento yo consideré sólido.
“¿Seguís en la uni?”
Le envié a Zara, dos minutos después, respondió:
“Sí. Por?”
Volví a suspirar, antes de enviarle una petición.
“Podes venir a la puerta?”
Cinco minutos después estaba parada al lado mío, mirándome, severa.
-¿No vas a entrar? –Preguntó, no como si se tratara de que dentro del edificio se encontraba la respuesta de si mi novio me engañaba o no, sino como quién le pregunta a alguien si se va a quedar parado en la cocina, o va a reunirse con todos los demás en el living.
-No. –Respondí, sin pensar. Todas mis energías puestas en no llorar.
-¿Y para qué viniste, entonces?.
-No sé. No puedo entrar. –Me di media vuelta, dispuesta a irme.
-¿Qué?, no. –Zara me agarró del brazo. –Tu novio está con otra chica, ¿y vos lo vas a dejar?, ¿Te vas a ir?, ¿Y después qué?. Hacelo por vos, Meg. –Sentí esa frase quemar en la parte de atrás de mi cabeza durante un rato. Tu novio está con otra chica.
-Tenes razón. Ya se que tenes razón. –Respondí brusca.- ¿Pero qué querés que haga?
-Que entres, y lo enfrentes. –Dijo como si fuese lo más simple del mundo, y la miré como para acuchillarla.
-Dale, supongamos que es así de fácil.
-Y, sí. Entrás, le preguntás qué carajo cree que hace, rodillazo en las pelotas, y te vas.
-¡No puedo! –La miré,a los ojos, gritando.- ¡No puedo!, ¡Vivo con él!, ¡Mi familia lo ama!, ¡Él estudia acá!.
-¿Y vos lo amás?. –Odié muchísimo cuan calmada estaba ella.
-No, pero igual. No puedo hacer esto. –Me di vuelta, esta vez me iría. Sin darme cuenta de qué acababa de decir. No lo amaba.
-¿A quién no le podes hacer esto?, ¿A Brook?, ¿A tu familia?. –Soltó una risa tan sarcástica que se me partió el alma, me daba cuenta de que yo estaba siendo una estúpida, pero también era cobarde, andá a decirle a mi mamá, la perfecta, que ya no salgo con el futuro abogado. -¿Pero a vos misma si te podes hacer toda esta mierda?. –Paré por dos milésimas de segundo, suspiré por última vez, y caminé lejos.
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Mensajes. (Ashton Irwin)
FanficUna chica demasiado normal. Un chico demasiado perezoso. Un mensaje que nunca llegó a destino...