Sábado. Mi cumpleaños. Hace casi una semana, Ashton me había confesado que tenía Leucemia. En un principio, entré en pánico, no sabiendo qué decir o hacer. Después de aquel mensaje, me tomé mi tiempo para responder, tensa. A los veinte minutos, Ash dijo que no debería sentirme mal, no quería que lo compadezca o sienta lástima. Me relajé, y literalmente le dije que no sabía qué decir, al poco tiempo contestó que todo lo que necesitaba, era apoyo. Y distracción, sobre todo. Por ende, acabamos por mandarnos mensajes todos los días siguientes, al menos tres veces por día, hablando de banalidades, mayormente.
Por otro lado, mi semana había sido agotadora. Exámenes. Trabajo. Mudarme. Brook hablaba en serio cuando me dijo que saliera. La única vez que nos vimos después del rompimiento, fue en el departamento, donde sin cruzar palabras, él me dio una lista de los horarios en los que no estaría en casa, para que pase en ellos a buscar los muebles, ropa, etcétera. No le pude reprochar nada, ni discutir al respecto, porque después de eso, se fue, y casualmente, cuando él estaba en el lugar donde ambos solíamos vivir, yo tenía que estar en otro lado.
Decirle a mis padres que la relación con Brook no daba para más, fue lo más difícil. Mi vieja lloró todo lo que yo no lo había hecho, incluso me culpó por “haber arruinado la relación”. No me sentí mal, sabía que no era mi culpa, simplemente no dábamos para más. Aún así, no podía volver a vivir con mis papás, no podría con ellos encima mío todo el tiempo. Tenía plata para irme a vivir sola, pero no era legal, siendo menor de edad. Por ende, estaría viviendo con Jenn, y a partir de mi primer lunes como mayor de edad, buscaría algún lugar donde vivir. Obviamente, mi estadía con Jannies tenía su relación con Luke algo pausada, sabía que eso la irritaba, pero cada vez que intenté pasar la noche en otro lado, para qué el pudiese visitarla, mi amiga se negaba rotundamente.
Otra cosa que decidí hacer, aprovechando mi mayoría de edad, sería anotarme como donante de médula. Y eso lo haría hoy mismo, por esto estaba despierta a las siete de la mañana, caminando entre el frío y la humedad, para llegar al hospital.
“¡Buen día, Ashley!, ¿Cómo estás?” –Le envié a Ashton al detenerme esperando que pasen autos, y poder cruzar la calle. Sabía que Ash estaba despierto, ya que a esta hora lo levantaban para hacerle algunos controles.
“¡Te despertaste antes!, no me dejaste levantarte con un mensaje de feliz cumpleaños. Tu crueldad es inmensa, Meg. Estoy bien, gracias. ¿Y usted?.
PD: Feliz cumpleaños, gracias por todo. ¡Felices dieciocho!”
Sonreí.
“Perdón, perdón, perdón, tenía que levantarme temprano, ahora que soy mayor me puedo inscribir como donante, cosa que me hace muy muy feliz, todo lo feliz que se puede estar a las 7.12am, obviamente. ¡Muchísimas gracias!, gracias a vos, por todo :)”
No respondió durante un tiempo, durante el cual yo llegué al hospital, expliqué en recepción lo que deseaba. Al ver mi documento, y notar que era mi primer día como mayor de edad, la recepcionista hizo un par de bromas, finalmente, explicó que tenían que sacarme sangre, para analizarla. Preguntó si estaba enferma, a lo que respondí que no, y me hizo llenar una planilla que marcaba si había tenido algunas enfermedades, y si llevaba tatuajes o piercings. Contesté a todo que no, y al entregar la encuesta, la señorita con la que había hablado antes, me dio un papel con mi nombre y número de obra social, un folleto explicativo sobre cómo sería si mi médula era útil, para donarla.
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Mensajes. (Ashton Irwin)
Fiksi PenggemarUna chica demasiado normal. Un chico demasiado perezoso. Un mensaje que nunca llegó a destino...