Cap. 23: Rosas negras.

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Jenn estaba sentada sobre las piernas de Luke, él la escuchaba hablar atentamente, mirándola fijo, y depositando, de vez en cuando, besitos en su cuello. Se veían tan felices. Estaba contenta por mi amiga.

           

            Sentí unas ganas terribles de ir al baño, siempre me pasaba lo mismo con el alcohol, fácil entra, fácil sale. Me disculpé al pararme de la mesa, y caminé al sanitario.

           

            Después de hacer mis necesidades y toda la cosa, al abrir la puerta del cubículo donde me encontraba, di de frente al espejo. No había nadie más en la habitación, así que aproveché para tomarme mi tiempo ahí adentro, porque  con las ansias del tema Ashton, hace bastante que no tengo tiempo para mí misma. Me miré, acomodé un par de mechones que caían por mis hombros, sacándolos de delante de mi cara, retoqué mi ropa, estaba bien. Me miré la cara, buscando imperfecciones en el maquillaje que había elegido, pero no noté nada fuera de lugar. Empecé a hacer caras que resaltaban las mejores partes de mí. Descubrí que si ponía los labios como si fuese a dar un beso, mi mandíbula se marcaba, creando la ilusión de una cara más triangular, reducía mis cachetes. Decidí poner esa cara cada vez que la situación lo sugiera, y tras hidratar mis labios con manteca de cacao, me quedé mirándolos. Ash los había tocado. Con sus labios. Literalmente. Nos habíamos besado. Quién sabe que más, o que le dije. Qué me habrá dicho él.

            Me reí sola, no podía imaginar a alguien tan educado como él, diciendo algo como “Hola,  ¿Queres chapar?”. Me volví a reír, ruidosamente. Pero frené cuando alguien abrió la puerta del baño. Entonces me lavé las manos y volví a la mesa, Ash estaba parado, hablando por teléfono.

            -Sí, ma. No, estoy con… No. ¿Qué?, no. Con Luke, y unas amigas. ¡No! –Se sonrojó. - ¿Qué?, ¿Por?. Bueno, bueno. Está bien, ya voy. Sí, sí. Chau. –Cortó, volviendo a la mesa con cara de perrito, me dieron muchísimas ganas de abrazarlo, era tan tierno. –Me tengo que ir. –Sentí  la noticia caer como un balde de agua fría, entristeciéndome.

            -¿Por?. –No pude evitar preguntar. Me miró con ojos iguales a los míos.

            -Mi mamá necesita que haga algo. –Respondió. Jenn se paró para saludar, su novio la siguió. No quería ser la tercera rueda, no me quedaría sola con ellos.

            -Ah, bueno. Yo me tendría que ir yendo también, ya es tarde, y me tengo que volver caminando. –Expliqué, asintieron, nos saludamos. Salí con Ashton a la puerta.

Saqué mis auriculares, fingiendo estar distraída, aunque realmente estaba esperando nuestra despedida, no porque quisiese alejarme de él, sino todo lo contrario, lo tendría cerca, aunque sea por unos segundos.

            -Bueno, gracias… por todo. –Empezó a saludar él. Era divertido cuanto más alto que yo era, me sacaba alrededor de una cabeza, y estando tan cerca, tenía que mirar para arriba si quería verlo a los ojos.

            -Gracias a vos. –Respondí con una sonrisa, y me acerqué a abrazarlo, gesto que respondió rápidamente. Puse una pierna entre las dos suyas, y lo apreté con fuerza, pegándolo contra mí. Me agarré de su abrigo, no lo quería dejar ir. Olí su perfume, sentí lo suave de su ropa, disfruté de su calor.

            -Te quiero, Meg. –Me tomó por sorpresa susurrando aquellas palabras en mi oído derecho. Él se iba a separar, pero no lo dejé. Estaba segura de que estaba sonrojada, y no lo dejaría verme así. Estuvimos unos segundos, hasta que sentí el calor abandonando mis pómulos, y lo solté.

Mensajes. (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora