Narrador omnisciente:
Capítulo IV
La puerta de mármol se abrió y el joven de cabello oscuro ingreso al salón . Caminaba un poco tembloroso, estaba nervioso y ello podía arruinar las cosas. Adentro del dicho salón se encontró con la princesa Margareth y Mikenzie sentadas en un sofá. Se acercó a ellas hasta el punto de quedarse en frente de ellas, rápidamente la princesa Margareth se puso de pie.
- Alteza.- por fin dijo, el jóven, bastante nervioso. La presencia de ambas le ponía nervioso, bueno, en realidad la presencia de cualquier humano perteneciente a la realeza le ponía nervioso. Hizo una reverencia y besó la mano de la princesa.
-Sir Blake.- respondió la princesa Margareth con una pequeña sonrisa en sus labios.
Dicha aquella frase, la princesa Margareth se volvió a sentar en el sofá. Por unos cortos pero largos segundos el lugar quedó en silencio. Esperaba que Mikenzie se ponga de pie así podía saludarle pero ella ni siquiera movió un ojo desde que ingresó Adam.
- Mikenzie, no seas grosera. Ponte de pie y saluda.- Margareth rompió el silencio. Estaba molesta, se lo podía sentir en cada una de sus palabras. La princesa Mikenzie rápidamente se puso de pie y le miró con mala cara al jóven Adam.
- Alteza.- hizo una reverencia, cuando el trató de agarrar su mano para besarla ella rápidamente quitó su mano de la de Adam. ¡Que acto más vergonzoso!
- ¡Buenas señor Blake!- habló rápidamente Mikenzie con una sonrisa falsa en su rostro. Adam fruncio el ceño, no pensaba que una princesa tuviera el vocabularios de un campesino. Margareth se puso de pie.
- Disculpa, mi hermana es un poco insensata.- Margareth agarró el brazo de Adam y comenzaron a caminar. Adam no tenía ni idea a donde iban pero seguía caminando.
- ¿A dónde me lleva?
-Hoy me toca contigo hacer alguna actividad, así que ... - Margareth le soltó de la mano, abrió una puerta hacia el exterior que se encontraba a unos metros de Adam, se acercó a mí y me empujó hacia afuera.
-Oh, vaya.
- Aquí puedes ser tu. No me interesa si no hablas con modales.- Margareth cerró la puerta tras nuestro y se acostó en el césped.
-¿Puedo?- Señalé con mi mano si podía acostarme a su lado.
-¿De que podríamos hablar sir Blake?- preguntó, ella, con su enorme sonrisa en su rostro.
-No lo sé milady.
-¿Me permite hacerle una pregunta?
-Claro.
-¿Le gusta el palacio?- y la jóven clavó su mirada en el horizonte.
-Si, es muy bonito.
-¿Le gusta aquí?
-Si, este jardín es muy agradable.- Adam sonrió mostrando sus dientes perfectamente blancos. Ambos miraban atentamente las flores que adornaban aquel jardín apartado de todo.
-Me alegra que sea de su agrado.- dicha aquella frase, el silencio gobernó entre aquellos jóvenes. No era un silencio incomodó, más bien relajante.
-¿Le gusta ser princesa?
-Ciertas veces sí, otras no. Ya que hay muchas injusticias.
-Dime una de ellas.- Adam clavó su mirada en ella.
-Por ejemplo no tenemos mucha libertad.
-Es obvio. Necesitan protección.
- Nadie entiende nada.- Margareth se puso furiosa de pie y sacudió su vestido con brusquedad.
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La Chica De Las Sombras.
RomanceElla era la chica de las sombras, en las sombras se encontraba tratando de pasar desapercibida.» Adam es enviado a participar en el concurso para ganar alguna mano de las cuatro princesas solteras. En el proceso del concurso, Adam conoce a la chic...