Uno

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Era un día común para Laurel, levantarse a las 6 am, lavar sus dientes, tomar una corta ducha, vestirse con su uniforme, comer, volver a lavarse los dientes y salir a tomar el transporte público para ir a la escuela. Quedaba un mes para las vacaciones de invierno, dos semanas donde podría levantarse a la hora que quisiera, pero claro que siempre existe ese profesor que envía tareas o trabajos y no te deja descansar. Se supone que las vacaciones son para descansar. Era una mañana fría, pero con los comunes cambios climáticos lo más seguro es que a las 1 pm estuviera soleado. Laurel no era para nada común, tenía una imagen fría, pero era la persona más tierna, boba y risueña que podrías encontrar; quizás el cliché más bonito y real.
Faltaban unas calles para que Laurel tuviera que bajarse para poder ir a la escuela, así que comenzó a pararse porque el bus estaba lleno y necesitaba llegar a la puerta. Se bajo sin dificultades, cruzo la calle y camino hacia el portón de la escuela, antes de entrar suspiro.
Y entonces sintió el peso de un nuevo día de clases, realmente odiaba ese lugar, nunca se sentiría parte de la comunidad escolar y nunca le gustaría estudiar. Había un mundo más allá de lo que estábamos acostumbrados, visitar países y ver todo el arte... Claro, obviamente necesitamos gente que siga estudiando para lograr otro tipo de cosas, pero ¿por qué deben hacer pasar a todos los estudiantes por eso, cuando simplemente algunos pueden hacer otro tipo de cosas? Alguna vez se han tomado el tiempo de pensar en todos los alumnos que están muriendo ahogados estudiando ecuaciones y descubrimientos científicos, cuando pueden lograr pintar los paisajes más bonitos, o fotografiar las situaciones más comunes y hacerlas arte, o bailar y expresar emociones que no se pueden decir en palabras, o cuando hay gente que puede escribir cosas tan simples como el viento golpeando las hojas de los arboles y hacerte sentir emociones inconmensurables y completamente inefables. Mucha gente no entiende que el arte esta en todos lados, es importante en nuestras vidas; necesitamos a la música, a la pintura, a la danza, a la fotografía, a la actuación, a los escritores, el arte es aquello que nos hace libres.

Laurel concentrada en sus emociones entro y saludo por inercia al inspector que se encontraba en la puerta y se dispuso a caminar entre los pabellones, para finalmente subir las escaleras, llegar al final del pasillo y así poder entrar a la sala de clases. Segundos despues de entrar se encontró con las miradas de Laura y Lucia, le parecía gracioso que todas tuviesen las mismas iniciales. Las saludo y se sentó. Comenzaron a hablar, mientras pasaban los minutos y sonaba el timbre para que llegase el profesor que tocara por la mañana. Esos pequeños minutos, son los únicos que Laurel apreciaba de la escuela. De pronto una chica se acercó, no sabía su nombre, pero definitivamente ella si sabía el de Laurel.

-Laurel, te busca Patrick afuera.

Le dijo una de sus compañeras

-Gracias.

Fue lo que respondió, no sin antes sonreír rápidamente en una forma de lucir agradable. Seguido de eso se paró e hizo una seña a sus amigas que pretendía decir "ya vuelvo". Salio con la cabeza en alto del salón de clases, lo saludo e intentó mantener una conversación normal, pero los gritos en el aula lo impedían. Hablaron sobre lo que hizo Patrick el fin de semana
y luego Laurel le comento como estaban subiendo las ventas de su libro luego de llegar a las librerias de  México. Entonces vio llegar al profesor de lengua y literatura.

-Viene el profesor, necesito entrar a clases.

Patrick pensó que quería pasar más tiempo con ella, y si tienen dudas Patrick era el novio de Laurel, llevaban 6 meses y todos creían que era la pareja más linda de la escuela.

-Amor, te veo después.

Fue lo único que pudo decir, Laurel de alguna manera siempre escapaba de Patrick, y aunque sonara bastante mal, después de 6 meses comenzaba a darse cuenta de que realmente no lo amaba en lo absoluto, todo era una imagen falsa. La chica de ojos verdes debía admitir su realidad. Entro a la sala y el profesor, el cual tenia su jefatura en el curso de Patrick, le dio una mirada cómplice. Laurel se quejó en su interior, le molestaba que la gente se entrometiera en su vida personal, pero por fuera solo dio una mirada de respeto.

-Buenos días, chicos.

Dijo el profesor con gran entusiasmo y acompañado de su particular gran sonrisa, no piensen que Laurel sentía algún tipo de atracción a su profesor,  simplemente su sonrisa le parecía especial porque irradiaba demasiada felicidad.

-Buenos días.

Respondieron todos los alumnos en coro y con la típica voz escolar desanimada y de "Nada me importa", es lógico considerando que la escuela es un total infierno.

-El día de hoy tengo una actividad preparada para la clase, para la cual tienen dos opciones: Escoger un cuento corto y modificarlo según su imaginación o escribir un cuento, pero... los que modifiquen un cuento y no sean originales tendrán un punto menos, esta en las rubricas de evaluación que les entregare en la biblioteca.

-¿Y a qué se refiere con original? 

Pregunto un alumno con bastante curiosidad, o quizás simplemente el interesaba cumplir con las expectativas del profesor y a su vez del sistema educativo.

-Simplemente algo que no haya leído antes, que no sea prácticamente la misma historia cliche, que me haga sentir algo diferente a lo que he sentido leyendo antes - Todos los alumnos reclamaron entre si mismos, conversaban del tema con sus compañeros de mesa y otras veces con los que se sentaban en mesas cercanas; mientras tanto Laurel se encontraba feliz. Laurel quería estudiar literatura y ser una escritora reconocida. Luego de todo el bullicio, el profesor volvió a hablar -Salgan en orden a la biblioteca y recuerden que los otros alumnos están en clase.

El día no estaba comenzando tan mal para Laurel. Entonces comenzó a escribir.

"En un pueblo lejano vivía una pequeña niña llamada Camila, esta pequeña niña tenia cabellos castaños y ojos de color café. Con los años se convirtió en una adolescente dulce, pero luego de que una tarde su padre se suicidara se volvió una persona fría. Camila no encontraba sentido a la vida, hasta que una tarde conoció a una chica de piel morena y ojos color mar y se enamoró. El nombre de esta chica era Josefa, ambas tenían miedo de como reaccionaría la gente a su amor. Entonces no lo dijeron. Se encontraban cada tarde en la casa de la otra, con la escusa de que eran mejores amigas. Y así fue, pero nunca cumplieron su propósito en la vida; amarse una a la otra sin ocultarse. Vivieron mil vidas y reencarnaron en cada una con un nombre distinto, hasta que en la última se encontraron como en todas las otras, pero el mundo era un lugar mejor y pudieron amarse libremente. Fue entonces cuando realmente vivieron y por fin pudieron morir sin que volviesen a reencarnar". -Laurel Armstrong.

-Sé que no es tan largo, pero... creo que a veces no se necesitan grandes explicaciones para cosas tan simples y a la vez tan... complicadas.

Dijo la chica de ojos verdes insegura mientras recibía la mirada critica del profesor.

-¿Qué vino a su cabeza para escribir esta historia?

-Simplemente es un tema que se esta dando en la sociedad y creo que si la gente se da cuenta de lo mucho que sufren las personas por no poder amar libremente, quizás puedan comenzar a aceptar a todos tal y como son. Creo que el arte, es la forma más bonita de cambiar la forma de pensar de alguien.

-Muy bien, a seguir escribiendo.

Laurel asintió con la cabeza y se dio media vuelta para ir a su asiento. Sinceramente no le caía mal ese profesor, era su favorito, pero Laurel no podía evitar enfadarse con el hecho de que la gente entrometiera en asuntos que no eran de su pertenencia O quizás era el hecho de que odiaba que todos supieran que estaba con Patrick, cuando internamente quería gritar al mundo entero que llevaba meses mintiéndose a si misma diciendo que le amaba. Sonó el timbre para el descanso, Laurel guardo sus cosas y salio junto a Laura y Lucia, quienes eran hermanas gemelas, por cierto, para nada parecidas físicamente. Las dos iban hablando sobre alguien que Laurel no conocía, por lo que esta se puso sus audífonos y escogió su playlist para cuando estaba algo melancólica. Justo cuando iba a guardar su teléfono celular en su bolsillo este vibra.

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Nathaniel.night
¡Hola!

-¿Quién es Nathaniel?

Fue lo único que se le ocurrió decir a Laurel. No era extraño que gente desconocida le hablará, pero este chico en particular le causó curiosidad.

-¿Qué dices?

Pregunto Lucía y seguido de esto Laura miró con curiosidad.

Cielos grisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora