Capítulo 4

3K 316 125
                                    

—Apúrate Tut, se nos acaba el tiempo —exclamo mientras continúo recogiendo los vasos y las cajas de pizza en bolsas de basura.

—Ya voy, ya voy —contesta mi amigo sin dejar de barrer.

Caín se encuentra en la cocina lavando los platos y vasos que ensuciamos la noche anterior, esta parece una casa de locos, y quizá lo sea en un par de horas, todo comenzó la noche anterior, en la cual me estaba preparando para dormir, o al menos eso hasta que alguien se atrevió a tocar mi puerta a media noche.

No quería abrir, no quería hacerlo, lo único que quería hacer era dormir, pero lo hice, abrí y todo fue un caos a partir de ese momento, cinco cajas de pizza, demasiado refresco para tres personas, algunas cervezas, una pila de películas y juegos de mesa y mis dos guapos vecinos detrás de todo esto.

Apenas abrí la puerta este par ingreso a diestra y siniestra como si de su casa se tratara, no me dejaron preguntar nada y simplemente se apoderaron de mi cocina y sala, quince minutos después nos encontrábamos sentados en el sofá, con Woler echado en mis pies y miles de zombis en la pantalla, hasta ahí todo se encontraba perfectamente, sin tener en cuenta que habían interrumpido mi noche de sueño, el caos comenzó cuando aburridos por el par de películas que llevábamos a Caín se le ocurrió repartirnos una cerveza a cada quien, sacar unos naipes y jugar strip póker, no tengo idea de cómo sucedió lo demás, pero apenas había pasado un rato cuando a Tut ya le faltaba la playera, Caín se encontraba en ropa interior, cabe resaltar que casi me da un infarto ante esto último, y yo estaba por perder la parte de arriba de mi pijama.

Al día siguiente la forma de despertarnos fue muy extraña, un molesto ruido proveniente de mi habitación no dejaba de sonar, por lo que algo molesta intenté levantarme, cuál fue mi sorpresa al encontrarme atrapada entre las extremidades de mis dos amigos, Caín se había puesto su pantalón, pero Tut no se había molestado en volver a colocarse lo que había perdido en el juego, por mi parte y aun medio dormida creía estar completamente vestida, hasta que al ingresar a mi habitación y pasar frente a un espejo descubrí lo contrario, mi sujetador blanco se encontraba a la vista, algo de vergüenza se apodero de mí al no contar con la pequeña dosis de alcohol que había ingerido la noche anterior, Dios, ¿Cómo se nos pudo haber ocurrido jugar a eso? No, mejor dicho, ¿Cómo fue que Caín nos convenció?

El ruido volvió a escucharse por lo que colocándome una playera fui hasta donde se encontraba mi móvil.

Mis padres volvían, al parecer no me habían dicho nada para que fuera como una especie de sorpresa, vaya sorpresa, apenas colgaron no tarde en despertar a los chicos para que me ayudaran a ordenar el desastre que hicimos.

—Caín, la cocina se encuentra limpia ¿Podrías vestirte ya por favor? —pido algo alterada, estamos contra reloj y este hombre no hace más que retrasarme contoneándose por todas partes sin su playera.

Mi amigo ríe y asiente acercándose y besando mi frente, haciendo que su calor corporal se mezcle con el mío, Dios.

—De acuerdo Alex, ya me visto —habla él alejándose antes de que caiga desmayada.

Cuando vuelvo a la normalidad puedo ver como Tut ríe por mi reacción, niego avergonzada y continúo limpiando.

Caín se encuentra guardando las cosas en el cuarto de lavado cuando la puerta es tocada, mi cabeza gira con velocidad y vuelve a girar para observar a mis amigos, tenía la esperanza de que pudieran desaparecer de aquí antes de que mi familia llegara, no es que no quiera que los conozcan, pero no de esta forma.

Resignada avanzo por el pasillo con los chicos detrás, a medida que lo hago la emoción crece en mí, al fin podré ver a Nicole, después de un mes la podré ver de vuelta.

El infierno en tu sonrisa (V1) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora