VANESSA.
No me podía creer lo que me estaba pasando. ¡Tenía una cita con Daniel! Estaba muy emocionada, y a la vez tenía miedo. No sé cómo reaccionarían mis padres si se enteraran. Ellos son muy estrictos en este tema. Pero la verdad, me empezaba a dar igual lo que pensaran.
A las 20:00 llegaron mi madre y su esposo. Cenamos los tres juntos ya que Fernando no tenía hambre.
Al acabar recogí los platos de la mesa y fui a la cocina.
– ¿Después de lo que has comido en la mini-fiesta y aún tenías hambre para cenar? - preguntó mi hermanastro.
– No sé qué es lo que te importa.
– Me importa porque desde que habéis venido, mi padre se gasta más dinero en lo que comes.
Él tenía razón. Yo comía mucho.
Pero no pude evitar no ofenderme. Podía aguantar este tipo de comentarios, de hecho rara vez me afectaban, pero ahora había dejado que las lágrimas corrieran por mi mejilla.
Estaba llorando.
– Bueno - dijo rascándose la nuca - por lo menos alguien se fijó en ti a pesar de lo que eres - sonrió maquiavélicamente - gorda.
Subí corriendo las escaleras y me encerré en mi habitación. Odiaba que me hicieran sentir así, cada uno tiene sus defectos, pero la gente prefieren fijarse en los de los demás.
En ese momento entró mi madre.
– Escuché todo - dijo sentándose a mi lado - no debes afectarte por lo que te digan los demás, Vanessa...
– Es fácil decirlo.
– Creo que os lleváis mal porque él aún no superó a su familia.
– ¿Y tiene que descargar su furia en mí? - pregunté - tampoco es que me haga mucha ilusión quedarme.
– Pero es mejor que vivir con tu padre.
– Lo dudo. Papá no me hería de esta forma.
– Encontráremos una solución, te lo prometo. Ahora, escuché a Fernando decir que alguien se fijó en ti.
– No sé de que hablaba - dije peinando mi pelo.
– Sí lo sabes.
– Vale, sí, hay alguien que se fijó en mi, ¿es un delito?
– Más o menos. A tu padre no le hará ninguna gracia, sabes que es un pesado. Pero te apoyaré.
– ¿De verdad? - pregunté sonriendo. Asintió - ¡gracias! - dije abrazándola.
– Ahora, tienes que presentármelo. No acepto un no por respuesta.
– Mañana tengo una cita con él, supongo que podéis hablar un rato cuando venga a recogerme.
– Mañana temprano vamos a salir Luis y yo. Visitaremos a su madre.
– Bueno, pues otra vez será - se puso de pie para salir de mi habitación.
– Ten cuidado con los chicos, pueden ser infinitamente estúpidos.
– Ya lo sé.
Salió y empecé a pensar que podría ponerme mañana. ¿Me llevaría a un restaurante o a un parque? Miré mi armario.
Podría ponerme un vestido. Pero descarté la idea ya que estos días el clima estaba irregular.
Tocaron mi puerta.
– Adelante.
– Hola - dijo Luna apareciendo.
– Hola, ¿qué haces aquí? - pregunté.
– Vine a pasar la noche con mi novio y pasé a verte a ti también. Me dijo que tenías una cita con Daniel.
– Sí. Es mañana y no tengo ni idea de que podría ponerme.
– Vamos a ver qué tenemos aquí - dijo acercándose a mi armario - mañana creo que será un día frío.
Sacó unos pantalones y empezó a mirar qué camiseta pegaba con él.
– Me llegaron rumores - dijo.
– ¿Sobre qué?
– Sobre Daniel y Juan. ¿Viste el espectáculo que formaron antes? - asentí - pues creo que fue porque Daniel te defendió de un comentario que hizo Juan.
– ¿Por mí? - pregunté. Empecé a sentir mi corazón acelerarse.
– Sí. Juan dijo que quería follarte o algo así y Daniel le dio su merecido.
Vaya, ahora todo lo bueno que veía en Juan se había esfumado.
– Es un idiota - dijo - siempre lo fue. Mira lo que te elegí - dijo señalándome el conjunto. No estaba mal, de hecho estaba bastante bien.
– Gracias, sin ti no hubiera sabido que ponerme.
– Es un don - dijo sonriendo - ahora voy con mi novio, luego me cuentas todos los detalles de la cita.
– Sí, adiós.
Se despidió y me quedé otra vez sola en la habitación. Mi teléfono vibro indicando la entrada de un nuevo mensaje.
"Mañana pasaré un poco tarde por ti, ¿qué tal a las 20:00?" - decía el mensaje.
"No hay problema" - respondí.
"De acuerdo, nos vemos mañana. Buenas noches, sueña conmigo" - leí el mensaje sonriendo.
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LA GORDA [COMPLETA]
RomanceVanessa es la nueva hermanastra de Fernando. Él la odia y hay que poner un remedio. ¿Y qué remedio sería? Humillar a Vanessa, además de que esta gorda, será fácil, ¿no? Pero no lo hará Fernando, sino su mejor amigo Daniel. Pero el mundo gira y la g...