11

7.5K 446 80
                                    

DANIEL.

Llegué a casa hace media hora y esperé a Luna. Pero no venía.

Sonó mi teléfono, dejando ver el nombre de mi amigo.

– Luna está en mi casa - dijo Fernando con la boca llena - ya le dijo a Vanessa que le pegaste a Juan por ella.

– ¿Y qué hace Luna en tu casa?

– Pasará la noche aquí - dijo - ¿a dónde llevarás Vanessa mañana?

Me pareció extraño que mi novia se quedara en la casa de mi amigo. Supongo que esto también forma parte del plan.

– No tengo ni idea, supongo que a un restaurante - respondí.

– Sí, lo más normal para una primera cita. Escucha atento ahora. Mañana mi padre y su esposa irán a visitar a mi abuela. Yo también iré con ellos. Bueno, pues tengo un plan. Vanessa suele guardar las llaves de la casa en el bolsillo exterior de su bolso. Cuando veas el momento perfecto, coges las llaves y guárdalas, sin que te vea. Después de la cena tráela a casa y verá que no tiene las llaves. Y tú estarás allí esperando a que te lo diga. Ofrécele quedarse en tu apartamento y supongo que aceptará... En caso de que no quiera ir, no se, oblígala. Y bueno, el resto ya lo sabes. Y no hay nada que no se solucione con un poco de alcohol.

– ¿Tan pronto vamos a hacerlo?

– Sí, su cumpleaños se acerca y se llevará una gran sorpresa.

Sentí que me faltaba el aire.

¿Por qué acepté hacerle esto a la chica?

– ¿No podemos hacer algo menos duro para ella?

Escúchame bien. El plan es perfecto, y no por tu culpa vamos a frenarlo. Dime, ¿le haría gracia a Vanessa que le dijera que sólo estás jugando con sus sentimientos? - tragué mi saliva.

– Pero habrá otra forma de... - me interrumpió.

– Llévate dinero de sobra por si ella quiere acabar toda la comida del restaurante - y colgó.

Suspiré frustrado y me metí en mi cama. No tenía ni idea de como iba a acabar esto.

***

Al despertar sentí un malestar en mi cuello. Había dormido en una posición rara y ahora no puedo girar mi cabeza hacia la derecha.

El reloj marcaba las 13:00. Wow, sí que había dormido. Faltaban siete horas para mi cita. Tenía tiempo para visitar a mis padres.

No vivo con ellos desde que trabajo en la tienda del centro comercial porque está más cerca, aproximadamente hace dos años casi. Y los visito cada dos semanas. Su casa quedaba a media hora lejos de la mía.

Me vestí después de ducharme y desayunar y me monté en mi coche para partir.

Mi coche fue un regalo de mi padre cuando empecé a conducir. Él no quería que yo condujera el suyo, entonces me compró este.

Giré la esquina y reconocí mi casa. La habían pintado de color beige, no está mal.

Vi a mi hermana pequeña jugar con dos chicas en el jardín. Salí del coche y no tardó en venir a abrazarme.

– ¡Naniel! - gritó mientras la alzaba del suelo.

– ¿Cómo está mi reina? - pregunté.

LA GORDA [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora