Capítulo 13.

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Christian.

Después de aquel fin de semana comenzaba a preguntarme si, por fin, Liam estaba dispuesto a perdonarme, a aceptar lo que era obvio. La mayor parte de mí pensaba que estaba por hacerlo, si no es que ya lo había hecho, pero simplemente no lo quería admitir (cosa que, conociéndolo, no me sorprendería) y quería preguntárselo. Sin embargo, la oportunidad no se había presentado pues los últimos 3 días Liam había faltado a la escuela. Quería ver cómo se encontraba, irlo a visitar, pero con esto de la escuela y el trabajo el tiempo no me sobraba y no tenía forma de contactarlo pues no tenía su número o el de su casa.

En cierta parte tampoco lo hacía porque ya lo había atosigado el fin de semana y siempre me veía en la escuela, no quería que pensara que lo estaba acosando o algo por el estilo.

Estaba tomando mi desayuno mientras cantaba en mi mente cualquier canción hasta que dos personas a las que supuestamente tenía que llamar "mamá" y "papá" se sentaron frente a mí en la mesa, me observaban fijamente cosa que resultaba extraña y al mismo tiempo molesta. Entrecerré los ojos ligeramente observándolos; sabía que iban a hablarme de algo, pero simplemente no entendía por qué tanto silencio y misterio.

—Si están tratando de decirme algo, usen sus bocas.

—Tu padre y yo tenemos que viajar a la empresa principal, no sabemos por cuánto tiempo estaremos fuera, pero...

—¿Y eso que tiene que ver conmigo, o por qué me lo dicen?

—Te lo decimos porque estarán solos Claire y tú, Dylan viene con nosotros. Conoces las reglas cuando estamos fuera. —mi padre alzó la voz remarcando eso último. Entendía a qué se referían y no eran las típicas reglas que les dejan otros padres a sus hijos cuando los dejan solos, estas eran algo distintas.

—Partimos esta noche. —en cuanto mi madre dijo eso se levantaron de sus asientos.

La verdad es que no era muy distinto a si ambos estaban en casa o salían de viaje; casi nunca estaban en casa y si estaban sólo se la pasaban en sus pequeñas oficinas con sus computadoras y celulares. A mí me había dejado de importar hacía un tiempo, pero eso no quitaba que las cosas fueran de esa manera.

Me preguntaba por qué se llevarían a Dylan, nunca nos permitían viajar y mucho menos si era para allá. Pronto decidí dejar de pensar en eso porque no eran mis asuntos. Mejor me pregunté si hoy por fin vería a Liam, no es que no pudiera vivir sin él o algo así, pero en cierta forma extrañaba su sarcasmo y, más que nada, su presencia.

Pasaron los minutos y yo ya me encontraba de camino a la escuela. Tenía que llevar una bufanda pues a pesar de que la mayoría de los chupetones ya se estaban borrando, aún quedaban marcas en mi cuello.

Había llegado algo temprano a la escuela y tenía ganas de un café por lo que decidí ir a la cafetería. Por desgracia sólo vendían café caliente, pero era mejor que nada.

Llegué y pedí un café espresso, y después de un rato me senté en una banca a esperar que el tiempo pasara. Saque mi teléfono y me metí a mis redes sociales para ver en qué me distraía, pero al cabo de unos momentos mi atención se vio interrumpida por una mano que se posó sobre mi hombro, haciendo que volteara en busca del rostro propietario de aquella mano. Al principio pensé que era Liam, pero en cuanto mis ojos se posaron sobre aquel rostro me percaté de que no estaba ni cerca de serlo.

Jess debió notar que no era la persona que creía porque no tardó en hacer un comentario al respecto.

—¿Esperabas a alguien más o por qué el rostro de decepción? —nos saludamos de beso en la mejilla y después Jess se sentó frente a mí. —¿O es que acaso extrañas estos labios?

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2018 ⏰

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