Capítulo 9.

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Christian

En casa me costaba trabajo dormir la mayoría de las veces, tenía que dormir con música o algo similar ya que el silencio me incomodaba, me hacía sentir ansioso. Sentía que me asfixiaba, que estaba atrapado en algún lugar sin salida, pero esta vez no, esta vez pude dormir sin tener aquel sentimiento abrumante. A pesar de que Liam estuviera muy furioso conmigo y deseara que estuviera muerto, me sentí un poco tranquilo al estar acompañado de alguien en medio de ese silencio.

La noche era agradable, todo era perfecto: la compañía que tenía, la serenidad y calma que sentía, el descanso, todo, hasta que un ruido estrepitoso y molesto destruyó aquellas cosas en un instante. Abrí los ojos y me senté aun adormilado buscando el origen de aquel ruido. Todo seguía un poco oscuro por lo que ver se me dificultaba. Me puse de pie y seguí aquel ruido hasta que encontré el origen de la alarma en lo que parecía un escritorio. Tomé el celular y apagué la alarma.

Volteé en dirección a donde estaba dormido y pude ver como Liam seguía profundamente dormido. Se veía tan tranquilo y algo agotado, me pareció algo gracioso y tierno, pero tenía que despertarlo para ir a la escuela. Me acerqué hasta su cama y estaba por despertarlo justo cuando murmuró algo que no pude entender. Me agaché hasta estar a la altura de su rostro y así entender lo que estaba murmurando.

—No me dejes.

Lo repetía una y otra vez.

No entendía a qué se refería, no tenía forma de hacerlo. Me le quedé viendo un rato hasta que un par de lágrimas salían de sus ojos aun cerrados. Deduje que estaba teniendo un mal sueño por lo que, sin pensarlo dos veces, lo sacudí un poco mientras le hablaba para que despertara. Abrió los ojos de golpe e intentó levantarse, pero su frente chocó con la mía, ambos no quejamos del dolor y yo me alejé de él, con la mano en la frente.

—¿De qué está hecha tu cabeza? —me sobé la frente mientras lo veía sobarse también, intentando levantarse.

—Eso debería decirlo yo, además ¿qué hacía tu ros...? —su voz se vio interrumpida y sus ojos se llenaron de sorpresa y luego de enojo. —Intentabas besarme otra vez, ¿verdad?

—No, yo sólo intentaba despertarte, sonó la alarma y fui a tu lado, pero comenzaste a hablar dormido y luego una lagrima salió y supuse que estabas teniendo un mal sueño y fue cuando te desperté.

Al escuchar eso, su semblante cambió completamente al igual que su actitud. Su mirada se perdió en la pared de su cuarto, pero inmediatamente volvió a ser él mismo e hizo como que no pasó nada. Se levantó y encendió la luz del cuarto, y todo era más claro ahora. Abrió la puerta y me volteó a ver.

—El baño esta por allá, en aquella puerta. —señaló una puerta que estaba a la izquierda del pequeño pasillo que había.

Fui hacía donde me indicó y abrí la puerta. Entré y al instante abrí la llave de la regadera marcada con una "C" mientras me desvestía. El agua fría se sentía tan bien y relajaba cada uno de mis músculos. Me vi invadido por algo parecido a la alegría, pero que no supe identificar con exactitud. Era un sentimiento que me incitó a cerrar los ojos y comenzar a cantar la primera canción que me llegó a la mente.

And oh, oh, oh. I was the King under your control. —mi voz salió con fuerza y resonaba por todo el baño.

No me importaba que estuviera Liam, tenía muchas ganas de cantar y, además, él ya sabía mi secreto.

And oh, oh, oh. I wanna feel like you've let me go. —me sentía tan bien en esos momentos que todos mis problemas se iban con el agua. Nada me importaba más que seguir cantando y dejar que el agua me refrescara.

Ojala me amaras como me odias...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora