Cap. 12 -¿Ya inicio?

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Pov's Ian

Me desperté con un poco de dolor en mi espalda, han pasado los días, creo que ya estoy mejor que días anteriores, el plan seguía en marcha, solo tenían que esperar a que me recuperara del todo para dar el último paso, Elizabeth hemos hablado, dijo que después de que nos encarguemos del mocoso podríamos intentarlo, claro me interrogo, hubo de todo tipo de preguntas, desde que hice todo el tiempo desde que se fue, que si no había más prometidas locas o novias locas, era graciosos de cierto modo, pero sabía que más vale prevenir que lamentar.

Ya podía estar de pie, aunque al principio estuve con muletas he mejorado mucho, el plan iba perfecto, pero aun así en mi pecho se instalaba ese presentimiento de que algo posiblemente saliera mal, quería hacerlo a un lado y concentrarme, los chicos habían salido a no sé dónde a hacer no sé qué, no le tome importancia, estaba en mi "oficina", tenía mucho papeleo que hacer, muchos pedidos que se habían atrasado.

(...)

Puertas siendo cerradas de golpe fue lo que me despertó, como siempre me había quedado dormido, creo que saque la mala costumbre de mi padre, una punzada de nostalgia se hizo presente al recordarlo, pero no era momento de ponerme sentimental, tengo que averiguar que pasa para que estén cerrando las puertas así.

Solo mire a los chicos correr de un lado a otro, algo normal en ellos, pero el hecho de que estén tomando armas me sorprendió, silbando llame su atención.

—¿Qué diantres ocurre aquí? —todos me miraron nerviosos, algo me ocultan —más vale que hablen con la verdad —Roy soltando un suspiro se acercó hacia donde me encontraba.

—Ya inicio —susurro mirándome preocupado.

—¿Ya inicio? ¿Qué inicio? —todos me miraron mal, de la nada sentí mi mejilla arder.

—¡Entiende puta madre! —Roy me había dado una cachetada —¡La guerra con el mocoso ya inicio! ¡Ya dieron su primer golpe! —mi boca estaba abierta y por mi mente solo paso Angel lastimada.

Sin importarme el dolor que tenía, que estoy recién levantado, corrí hasta la oficina, presionando un botón del cuadro de mis padres, vi como los sillones eran remplazados por estantes con armas, tome varias, empecé a acodarlas, cuando termine estaba armado hasta los dientes, salí rápidamente y me encontré con los chicos.

—Vamos —solo asintieron —Roy tu conmigo, quiero que me informes de todo lo ocurrido.

(...)

Faltaba poco para llegar a casa de La 'Ndrangheta, con lo que me conto Roy estoy muy intranquilo, al parecer el mocoso había hecho su primer movimiento, tomado mercancía, revenderla, pero lo que más nos sorprendió fue que robo dos de los autos de ellos, eso nos dio a entender que pudo entrar a su casa, en estos momentos estoy seguro que estar reforzando su seguridad, pero no puedo estar del todo tranquilo, no dejare que nada le pase, no dejare que nadie le toque un solo cabello.

Una vez fuera de su casa Matt llamo a Antonio para que nos abrieran, después de unos segundos la puerta fue abierta, rápidamente hice rugir el motor para entrar, los chicos detrás míos, cada uno dejo el auto en la parte delantera, rápidamente nos bajamos del auto y llegamos a la entrada, la puerta fue abierta de golpe, entramos, el sonido de la puerta siendo cerrada de golpe nos hizo brincar del susto.

—Qué bueno que llegaron —la voz de Estefan era rasposa, lo mire a los ojos estos estaban rojos.

—¿Qué ocurre? —todos me miraban con cierta pena en su rostro ­—¿Dónde está ella? —todos agacharon la mirada.

—Ella era la única en la casa cuando ocurrió —mi cuerpo se helo.

—¡¿Dónde está?! —sé que no era el momento para estar gritando, pero me estaba poniendo de nervios y nadie cooperaba.

—Su habitación —no lo espere mucho, corrí escaleras arriba.

Al no saber cuál era su habitación fui abriendo una por una, solo escuchaba el eco de las puertas que yo cerraba de golpe, iba a la mitad del pasillo cuando escuché aquella melodiosa voz.

—¡¿Quién mierda está haciendo tanto escándalo?! —me gire hasta donde provenía su voz, estaba al final del pasillo.

Me quede viéndola como estúpido, pero no me culpen, verla recién levantada, vistiendo solo una camiseta que no se quien sea, sus hermosas piernas al aire, pero me concentre en su rostro, tenía uno que otro raspón, moretón, rápidamente llegue hasta donde estaba, la abrace, ella rápidamente correspondió mi abrazo.

—Pensé que te había pasado algo —la tomé por las mejillas —¿Qué ocurrió?

—Ven entremos a mi cuarto para platicar mejor —se separó de mí, tomo mi mano.

Una vez dentro de su cuarto nos sentamos en la orilla de cama, me empezó a explicar que se encontraba entrenando cuando escucho pasos, pensando que eran los chicos siguió con su suyo, pero cuando recordó que los chicos dijeron que llegarían hasta pasadas las 10 de la noche, así que tomando un arma salió a enfrentarlos, cuando reviso que nadie estuviese cerca, luego de escuchar el rugir de sus autos corrió a averiguar quién los tomo, solo alcanzo a ver una mano con el dedo levantado, después varios chicos la rodearon, al principio se quisieron sobrepasar con ella, obviamente eso me molesto, ya después empezaron los golpes, por lo que miro todos eran inexpertos en la pelea cuerpo a cuerpo, por lo cual fue fácil terminar con ellos, pero no se salvó de uno que otro golpe, pero que no era nada por lo cual preocuparse.

—Y eso fue lo que paso —solté un suspiro de alivio.

—Los chicos me han asustado —mire con odio la puerta como si alguno de ellos estuviese ahí.

—Solo dramatizaron las cosas —se recostó en la cama.

—¿Qué ocurrirá ahora? —me recosté a su lado, de un movimiento hice que recostara su cabeza en mi pecho.

—Fácil —susurro mientras alzaba su cabeza para verme —ya empezara el plan —yo solo empecé a negar.

—No quiero que estés involucrada en esto —me miro con molestia —me preocupa tu seguridad -me mostro una hermosa sonrisa.

—Tranquilo —acaricio mis mejillas —no me pasará nada, todo saldrá bien —se acomodó en mi pecho.

—Quiero que estés bien, a salvo -susurre mientras pasaba mi mano por su cintura -quisiera poder encerrarte en un cuarto, jaula o una burbuja -alzo la mirada de golpe y me mostro un rostro serio -pero te conozco pequeña, sé que encontrarías la forma de escapar y estoy seguro de que no me salvaría de la paliza que me darías.

-Lo bueno es que lo sabes -me sonrió con burla -Ian -la mire a los ojos -sabes que no puedo quedarme sin hacer nada, se ha metido con nosotros -miro hacia otro lado -se metió con mi mafia, mi familia -tome su barbilla he hice que me mirara.

-Lo se nena -le sonreí para que se tranquilizara -sé que el pagara por cada cosa que está haciendo -en un rápido movimiento se acomodó arriba de mí.

-Pero -me sonrió mientras recostaba su cabeza.

-Tu seguridad -susurre, estaba hechizado por cómo se miraba.

Era la viva imagen de un Angel, válgame la redundancia, pero es lo que es, su rostro con pequeñas cicatrices, sus hermosos ojos brillando de una hermosa manera, sus labios rosados incitándome al pecado, su apodo encajaba a la perfección con ella, era hermosa cara de Angel, pero todo ella era peligro, sensualidad, era un perfecto Dark Angel, la mire a los ojos, la tranquilidad con la que me miraba, con esa hermosa sonrisa, sabía que haría todo lo posible por protegerla, dar mi vida, dejar todo por ella, matar y una sin fin de cosas.

-Sé que te preocupa -se acomodó en mi pecho -pero estaré bien -susurro -si hacemos esto juntos todo irá bien.

Sin más empecé a acariciar su cabello, sus palabras me emocionaron, pero aun así ese presentimiento de que algo hiciera que se fuera al coño no me dejaba sentir tranquilo, tenía que idear planes por si todo sale jodidamente mal, todo por protegerla.

Poco a poco el sueño me estaba jugando en contra, quería seguir admirándola, pero poco a poco caí en la inconsciencia.

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Dulce ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora