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PV KUROKO

Kagami-kun cogió mis cosas y las metió en el maletero de su coche. Uno normal, nada extraordinario. Un Ford negro. Me abrió la puerta del copiloto con una sonrisa y yo, temeroso, subí. En lo que tardé en ponerme el cinturón, él subió al coche, se puso el cinturón y arrancó el coche.

Entre nosotros apareció un silencio incómodo que solo era roto por el ruido de la radio. Noté que Kagami-kun quería empezar una conversación, pero no sabía cómo empezar. Decidí tomar las riendas de la conversación.

-Antes, dijiste que era profesor de infantil ¿no?

-Todavía no, estás haciendo la prácticas.

-¿Y se me da bien?

-Si, según me dijiste, los niños te querían mucho.

-Vaya...

El silencio volvió a reinar dentro del coche. No sabia que más preguntarle o que decirle. Era como un extraño. Bueno, a medias.

-Kagami-kun

-Dime Kuroko

-¿Qué relación tenemos?

-Pues somos pareja desde hace cinco años.

Me quedé mudo. Kagami-kun y yo éramos pareja antes de que tuviera el accidente. La verdad es que Kagami-kun era muy guapo y tenia un físico que te dejaba clavado en el sitio pero no me sentía atraído por el.

-Ya estamos en casa.

Kagami-kun aparcó el coche y me ayudó a bajar. Cogió mi mochila e insistió en llevarla él. Realmente se notaba que me quería mucho. Subimos hasta la tercera planta de un bloque de apartamentos y se colocó delante de una puerta.

- Bienvenido a casa Kuroko.

Abrió la puerta y...

-¡SORPRESA!

Me asusté. En la casa había un montón de gente a los que no reconocía y otros a los que si. Todos ellos me abrazaron y me hablaba de cosas que no entendía. Busqué a los chicos de la Generación de los Milagros, pero todos estaban hablando con gente que yo desconocía o no estaban. Kise-Kun estaba hablando con un chico que creía que fue compañero suyo del Kaijo, y Aomine-Kun parecía que no estaba pero Momoi-san me dijo que le había visto pero que no sabía dónde estaba ahora. Noté una mano tocando mi hombro y me asusté más de lo que ya estaba.

-¿Kuroko estás bien?

-No me encuentro muy bien Kagami-kun.

- Ven, te llevaré a la habitación.

Me cogió de la mano para no perderme en el camino a la habitación. Entré y me senté en la cama y Kagami-kun se apresuró a "echar" a todos los que había en la casa.

Verdaderamente no me encontraba bien. Ver a tanta gente que me conocía y yo no era capaz de recordarles a ninguno de ellos. Era frustrante. Sin darme cuenta, había empezado a llorar.

-Bueno, pues ya se han ido todos. Kuroko, ¿Por qué estás llorando? ¿Qué ha pasado?

Kagami-kun se apresuró a sentarse a mi lado y a abrazarme. En ningún momento lo aparté, sino que me acurruqué a su lado y lloré hasta que me tranquilicé.

-¿Ya estás mejor?

-Si. Es que es muy frustrante no recordar nada ni a nadie.

-La culpa ha sido mía. No debí haber montado la fiesta.

-No te disculpes.

Se me empezaron a cerrar los ojos y bostecé.

-Te dejaré solo para que puedas dormir.

Antes de que pudiera decir algo, Kagami-kun me dio un beso en la cabeza y se marchó. Me acomodé en la cama y me quedé dormido al instante.

Por la mañana me despertó el sol que entraba por la ventana. Me levanté y vi que había dormido con la ropa que llevé ayer. Abrí el armario, cogí algo de ropa y salí. Camino por la casa y llegué al comedor donde me esperaba una sorpresa.

-Buenos días Kuroko. ¿Has dormido bien?

-Si... ¿Y esto?

La mesa estaba llena de comida: fruta, tostadas, tortitas con nata, salchichas, huevos fritos, café y zumo. No podía creer lo que Kagami-kun había hecho por mi.

-Es mi forma de pedirte perdón por lo de anoche.

-No te preocupes Kagami-kun.

Nos sentamos y empezamos a desayunar. Me di cuenta de que me observaba y le sonreí sonrojándome levemente. Me devolvió la sonrisa. Una sonrisa cálida, amable, tierna... Suspiré.

-Esto... Kagami-kun...

-Dime Kuroko.

-¿Qué cosas solía hacer yo antes del accidente?

-Pues... Tu hacías el café, mirabas el correo, paseaba Nigou y luego ibas a las prácticas en la guardería.

Empecé a desanimarme. Hacía muchas cosas y no sabía si seria capaz de hacerlo todo. Kagami-kun debió notar mi desánimo.

-Tranquilo Kuroko. No hace falta que lo hagas todo ya mismo. Descansa, yo te ayudaré.

Ya más tranquilo, terminé de desayunar. Vi que Kagami-kun terminó y se puso a fregar los platos. Después cogió su chaqueta y se dispuso a salir. Me asusté.

-¿A donde vas Kagami-kun?

-Tengo que ir a trabajar. Es lo que tiene ser el jefe de bomberos. Te veo por la noche. Descansa Kuroko.

Se acercó a mi y me dio un beso en la cabeza. Salió y me quedé solo en el apartamento que compartíamos aunque no lo recordara.

CONTINUARA

Shadow and LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora